Capítulo 20: Jocker

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Al llegar a mi departamento Shawn ya está recostado en mi cama hablando por llamada con su novia, dejo mi mochila en el perchero y me coloco la pijama para leer un poco algunos temas de la escuela que se complican, entre ellos el sistema nervioso.

Después de unas 2 horas guardo mis libros y me dirijo al baño para cepillarme los dientes e irme a dormir.

Cuando Shawn termina de hablar con su novia empiezo a contarle lo que me ha ocurrido esta noche, tuve que contarle quién era Alex exactamente, ya que a él nunca le platiqué de ella cuando nos hicimos amigos, le narré a detalle toda la experiencia que viví al volverla a ver, que ya sabía dónde buscarla después de la escuela e incluso la universidad a la que asistía.

Entonces qué estás esperando Jock?-Me cuestiona algo adormilado.

Háblale y dile lo que ambos quieren, y cuando ella haya aceptado quiero conocerla...alguien que es capaz de hacerte olvidar que yo existo debe tener algún don especial no lo crees?-Me responde con burla.

Por qué crees estar tan seguro de que aceptará?-Lo cuestiono mientras me meto y arropo en la cama de al lado.

Si le cuentas todo lo que a mí me has contado que hiciste para ella, no podrá decirte que no...además has visto la carita que te cargas?-Me dice burlándose mientras acomoda su cabeza sobre la almohada para dormir.

A la mañana siguiente bajo para prepararme un licuado de fresa con chocolate y preparo mis cosas para ir un rato al gimnasio, decidí empezar con mi entrenamiento esta mañana ya que Shawn tiene membresía para dos personas en el Gym Khronos y porque me han cancelado la clase de este día.

Tomo mi teléfono y le escribo un mensaje al número de Alex antes de empezar con mi rutina de ejercicio: TEN UN LINDO DÍA ALEX :) PD1: Espero no volver a tomar el bus equivocado este día. PD2: Soy Jocker.

Cuando voy de regreso a mi departamento reviso mi celular y tengo su respuesta: Me sorprende que no hayas terminado fuera de la ciudad las veces anteriores PD1: Disfruta tu día al máximo :) PD2: Me gustan las posdatas.

Y desde aquella vez, solía mensajearme con Alex casi todos los días, al salir de la escuela, durante el desayuno y después de llegar a casa. Me gustaba disfrutar de sonreírle a la pantalla de mi celular de vez en cuando. A pesar de eso, nunca se volvió algo tedioso o monótono, era como si cada vez que hablábamos ambos renacíamos interesados aún más en el otro.

Cada uno eran tan distinto al otro que era imposible no querer saber más. Me sentía tan único hablando con ella. Éramos tan diferentes y al mismo tiempo como si hubiésemos sido creados como una sola persona que tuvo que ser dividida en 2 para encontrarse algún día.

Al cabo de 1 mes y medio comenzamos a hablar por llamadas a diario, siempre era una durante el camino de regreso a casa para asegurarme de que Alex llegase segura después de salir de la escuela y otra al ir a dormir, y era aquí donde ambos nos contábamos lo que habíamos hecho en todo el día, las cosas que nos habían asombrado aprender en la escuela, y algún pensamiento extra que se le ocurriera a Alex.

Y después de esa charla, alguno de los dos se quedaba dormido primero. Cuando era Alex siempre le daba las buenas noches y un te quiero cuando ya estaba más que inconsciente y en una ocasión dejé grabando mi llamada cuando me quedé dormido y fue que la escuché darme las buenas noches con esa voz ronca y dulce que surge cuando estás arropado en las cobijas, seguido de esta frase: Me alegra que hayas vuelto.

Puedo decir honestamente que... jamás me aburrí de esos días.

Había escuchado conversaciones de personas adultas e incluso de mi edad decir que muchas veces las rutinas hacen que se pierda el interés por hacer algo que realmente te fascina, pero esta rutina a mí me llenaba de vida y dudaba de que en alguna ocasión quisiera dejar de hacerla.

Transcurrieron unos 3 o 4 meses más, y para ese entonces ya había iniciado a hablarle a mi familia y amigos acerca de Alex, muchas de esas veces era de manera inconsciente, ya que su nombre brotaba en alguna conversación que me hiciera recordarla.

La recordaba al estudiar por las noches, la vez que volvimos a encontrarnos... Siempre había una excusa en cualquier conversación para hablar de ella.

Con el tiempo, Alex y yo acordamos volver a vernos, ya que en estos 8 meses solamente habíamos estado comunicados por mensajes y llamadas.
Quería una cita con ella, quería ver el brillo de sus ojos al tenerme cerca, quería asegurarme de que sentía exactamente lo mismo que yo.

Una noche de septiembre le escribí que quería verla al día siguiente porque tenía planeado hacer unas compras en la ciudad y quería que ella viniera conmigo.

Me respondió al cabo de unos minutos, aceptando acompañarme.

Recuerdo haber pasado a recogerla a su casa un sábado, haber esperado varios minutos parado en el pórtico caminando de lado a lado, esperando que saliera de casa.

Cuando por fin escucho sonar el seguro de su puerta y al abrirla encontrarme nuevamente con su angelical rostro.
Quizás eran los rayos del sol, mi vista agotada por las horas de estudio  simplemente... no lo sé, pero ella irradiaba tanta belleza y energía, si la tenias cerca era imposible no sonreír.

Me faltan palabras, dibujos, canciones, poemas incluso, para poder describir todo lo que era Alex Forbes.

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BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora