Capítulo 13: Jocker

74 36 13
                                    

—Me gustaría seguir escuchando tu historia amigo, me gustaría concentrarme en poder ayudarte a recobrar tus recuerdos sin importar cómo termine este viaje—Apaga el televisor de la pequeña habitación y me invita a continuar narrando.

—Haz hecho más de lo que cualquier persona puede hacer por un extraño en una embarcación y aún más al quedarte a mi lado cuando creí que moriría—Le doy un apretón de manos y reclino la cabecera de la camilla.

Tomo mi teléfono y decido llamar a Kendall, un gran amigo mío y aparte es un primo muy querido de la familia. Un agradable tipo de 24 años, es bastante alto, quizás más alto que yo, de tono de piel claro y cabello rubio rizado, lleva tiempo yendo al Gym, así que tiene mucha tonicidad en cada músculo de su cuerpo, él siempre ha sido de esos pocos seres humanos con personalidad servicial y no le molesta poder ayudar a alguien si está en sus manos; además lo necesitaba para esa ocasión, ya que tenía  unos pocos meses de haber puesto un negocio de cafetería, en donde preparan crepas, skimos, frappés, hamburguesas, alitas y toda esa clase de cosas que solemos consumir en un tiempo libre del día. 

Recuerdo que el servicio era muy bueno y el lugar era bastante agradable para ir con amigos, familia o incluso una cita.

—¿Hola?-Responde el teléfono, pero suena algo atareado.

—Kendall, ¿Cómo estás? estás ocupado ahora?—Lo cuestiono esperando no molestarlo para pedirle lo siguiente.

—¡Ey!... eres tú, ¿Qué tal? Tengo algunos clientes hoy y ando preparando sus órdenes, pero tranquilo amigo para ti nunca estoy ocupado, dime ¿en qué puedo ayudarte?—Me responde interesado.

—He estado bien gracias, por ahora con los planes de la graduación, pero todo bien fuera de ello. Si te hablo es porque justo ahora necesito un favor muy importante para mí y espero que puedas aceptar—Sabía que sin importar lo que fuese él me ayudaría, así era Kendall.

—La graduación del instituto Chastain ¿Cómo han pasado los años, eras un pequeño novato cuando te mudaste aquí y ahora estás por entrar a la universidad, supongo que estoy invitado a  la ceremonia amigo, por ningún motivo me gustaría faltar a este evento tan importante—Me asegura.

—Sabes que lo que necesites y esté a mi alcance lo haré con gusto. Cuéntame.—Al fondo se puede escuchar el ruido del horno indicando que algo está listo.

—Quiero que reserves por una tarde tu cafetería el próximo martes, planeo algo especial ese día, pero si tienes clientes o algún otro plan, lo entenderé—Me sincero con él, esperando que acceda a mi inoportuna petición.

—¿Bromeas? De ninguna manera sería molestia para mí, aunque, si no te molesta, me gustaría preguntar ¿de qué se trata exactamente?—Me cuestiona intrigado por mi petición, esperando mi respuesta.

Podía escucharse mientras el sonido de la campanita en la puerta sonar una y otra vez, indicando que habían clientes entrando a la cafetería

—Te sonará gracioso, pero tendré una cita ese día con una chica, no soy bueno en esto de las citas, y deseo que resulte casi perfecto, así que espero puedas ayudarme también con eso—Le explico un poco nervioso frotándome el cuello por detrás. 

—¡Mi amigo tiene una cita!—Exclama. 

—Tengo que confesar que estoy muy emocionado por ti, ¡vaya! no te preocupes por ello, reservaré para ti la cafetería entera y no te agobies por la cuenta, esta vez invito yo, así que pidan lo que gusten porque estaré feliz de atenderlos—Se oye demasiado entusiasmado a través de la llamada.

—Te debo una, muchas gracias amigo—Me aclaro la voz.

—Iré en estos días a la cafetería para ayudarte y ver que todo esté listo para ese día, por cierto ¿todavía tienes las bocinas en tu negocio?—Le pregunto mientras mastico un pedazo de galleta que he encontrado en mi mochila.

—No tienes por qué agradecer, claro todavía las tengo y además en la bodega tengo varias lámparas y adornos que podrían servirte, cuando vengas las sacaremos de las cajas y podremos estrenarlas ¿te parece?—Todavía recuerdo su voz casi intacta en mi memoria.

Esa voz tan dulce y servicial, que te hacía pensar que ningún ser humano en el mundo era cruel, en el instante que él hablaba, sentía que me rodeaba de Kendalls en todos lados. 

 Sinceramente creo, que hay voces tan enormes que llenan cualquier silencio, cualquier vacío.

—Por cierto ¿conozco a la chica que vendrá contigo?—Me cuestiona interesado por conocer a aquella dama que se robaba toda mi atención.

—No lo creo amigo, es la primera cita que tendré con esta chica, aunque ella probablemente ya haya visitado tu cafetería en alguna ocasión, pero me complace decir que la conocerás el día que vayamos a la cafetería—Le informo.

—Nunca me habías contado que hayas hecho algo parecido por alguna otra chica, me tienes intrigado y estoy ansioso de conocerla. Amigo, tengo que dejarte, acaban de llegar más clientes, pero nos vemos en unos días aquí, cuídate y dale un saludo a tus padres de mi parte—Se despide satisfecho por la breve charla y luego cuelga.

Estoy nervioso, me sentía demasiado tenso porque al fin llegara el día, pero tenía que terminar de hacer todo lo que necesitaba para aquella cita.

Quería que Alex terminase completamente impresionada y anhelara volver a verme.

Al día siguiente llego a la cafetería para ayudar a Kendall a dejarla con un ambiente más romántico, más elegante.

En las cajas que sacamos de la bodega, encontramos unas lámparas en forma de enredadera, que lucen bastante bien cuando las hemos colgado en toda la cafetería, dándole al ambiente un aspecto tenue y cálido. 

Colocamos varias luces en forma de cascada por todo el largo de las paredes, y entre ellas dejamos algunas masetas de plantas pequeñas.

Por último conectamos las bocinas todo alrededor de la cafetería para poder emitir mucho mejor los sonidos de cada canción, pues me había tomado la molestia de descargar en una USB las canciones  favoritas de Alex y también las mías.

El lugar quedó irreconocible cuando añadimos velas aromáticas de color azul sobre los muebles y la mesa principal. 

Olía y se veía como si fuese sacado de un libro de amor. En el fondo sabía que le encantaría tanto como a mí. 

Porque ella y yo éramos así...Amando lo que uno hacía por el otro.

Creo que no importa los kilómetros de mar que recorra, las miles de noches que no pueda dormir a causa de mis propios fantasmas, incluso teniendo la peor amnesia, siempre podré recordar quién es Alex.

Porque ella siempre llevará puesto mi color favorito en lo más profundo de su ser, y sé que yo viviré por siempre en su corazón.

. . .


BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora