Capítulo 19: Jocker

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Honestamente no creí volver a ver a Alex estando en esta ciudad, pensaba que la vez que volvería a verla sería después de varios años de terminar la universidad o si había decidido estudiar medicina en un futuro encontrarnos trabajando en el mismo hospital, en una noche que coincidiéramos turno.

Pero el destino quería reunirnos antes.

La tenía frente a mí y ninguno de los dos había tomado la decisión de apartar nuestras miradas, seguíamos contemplándonos el uno al otro por minutos eternos.

Fue Alex quien decidió romper el silencio primero.

No creí encontrarme contigo esta noche, honestamente creí que jamás volvería a encontrarte-Me dice Alex casi a susurros con los ojos tan cristalinos temblando de lado a lado al dirigirlos hacia mi rostro.

Nunca respondiste mi último mensaje, pensé que ya no querías saber de mí-Me continúa explicando mientras se acomoda el cabello detrás de la oreja.

No puedo creer que estés aquí, no pensé que fueses a elegir una de las universidades dentro de esta ciudad, pero me alegra saber que estás bien y que seguiste tu sueño-Me sonríe tiernamente y pronto se queda en silencio nuevamente.

Cuando planeaba volver a verte en ese parque, yo quería verte realmente ese día, y cuando no fue así sentí que tú te querías alejar de mí, fue por eso que nunca respondí tu mensaje-Le explico y noto que mi comentario la ha hecho tener un mal recuerdo.

Me hubiese encantado estar contigo aquel día, hubiese sido tan divertido como la última ocasión que te vi-Me dirige una sonrisa dulce y sincera al terminar la frase.

Y a dónde te diriges esta noche? Es decir, nunca te había visto en este bus, a dónde irás?-Me cuestiona.

A mi departamento para reunirme con un amigo, sólo que he tomado el bus incorrecto y tengo que bajarme lo más cerca que pueda de casa-Le respondo y comienzo a ver a todos lados para intentar ubicarme.

Mi casa está en la siguiente parada, baja conmigo y te ayudo a llegar a casa. Hoy fue un día bastante agotador, pero me agradará si puedo ayudarte-Toma su mochila y se levanta del asiento dirigiéndose a la puerta para tocar el timbre.

Sin pensarlo mucho tomo mi mochila y me dirijo al lado de Alex. Cuando llega la parada ella sujeta con fuerza mi mano para sostenerse y después ambos empezamos a bajar por las escaleras del bus.

Sabes, me gusta más la ciudad así-Le digo a Alex al observar la noche estrellada desde el puente mientras caminamos hacia su casa.

Como así?-Me pregunta al instante.

Así de solitaria, donde puedes caminar en silencio mientras ves todas las luces de la ciudad a lo lejos-Le respondo guardando un suspiro.

A mí me gusta más por su magia-Me dice sonriendo.

Cuál magia puedes observar tú?-La cuestiono intrigado.

La de creer que puedes toparte con alguna persona en algún rincón de la ciudad pensando en que es una coincidencia, pero con la única intención de hacerte pensar que la magia existe-Me responde sin pausas ni titubeos.

En ese transcurso de caminata, me había olvidado de mis planes con Shawn esa noche, creo que se me había ido el interés por llegar a casa temprano.

Cuando llegamos a casa de Alex toma sus llaves y me invita a entrar para esperar adentro mientras pedimos el taxi a mi departamento, ya que al parecer estábamos casi del otro lado de la ciudad de donde vivo, que serían unos 40 minutos en auto. Quizás era una de las constantes por las que ella y yo no habíamos coincidido en ninguna otra ocasión.

Entramos y yo esperé en la sala de su casa mientras Alex se había ido a cambiar el uniforme. Alex al igual que yo, vivía sola en esta ciudad, solo que a diferencia de mí, sus padres sí tenían una casa en la ciudad, así que no tenía que pagar alquiler. La casa era bastante elegante, desde el patio con luces en todo el corredor del pasillo, arbustos con distintas formas a su alrededor y una cascada de agua en toda la pared que conducía, supongo, a una piscina.

Pero dudo mucho que Alex pasara tanto tiempo dentro de casa, ya que con la escuela era más probable que estuviese en bibliotecas y solo por las noches llegaba a cenar y descansar.

Por dentro había varias fotos colgadas en la pared, algunas de esas personas ya las conocía en persona cuando fue nuestra graduación y otras más las había visto en las fotografías de facebook de Alex.

Me levanto del sofá y camino frente a los ventanales observando el inmenso patio, cuando por el reflejo de los ventanales observo que hay un librero enorme de madera con cientos de libros, el librero era tan grande que abarcaba toda una pared de aproximadamente 8 metros de longitud y quizás unos 6 metros de altura. Me dirijo hacia él y sigo admirando cada título de cada fila de libros que había, cada uno tan bello como el anterior y cuidados tan perfectamente de su pasta que simulaban no haberse leído nunca.

Cuántos crees que haya en total sin tener que contarlos uno por uno?-Me cuestiona Alex mientras se para justo al lado mío.

Sería loco pensar en 8,000?-Le pregunto asustado en la respuesta que pueda darme.

Podría ser, yo dejé de contarlos cuando llegué a los 12,342. Quise multiplicarlos para obtener un aproximado, pero muchos de ellos no son tan gruesos como los otros, unos son más granes y entre ellos siempre hay espacios, eso sin contar que no todo el librero está repleto, aún hay muchas filas disponibles. Y cada navidad compro uno nuevo para leer-Me responde dejándome impactado.

Son demasiados, pero para un lector nunca serán suficientes cierto? Es decir, uno disfruta de leer, enamorarse de lo desconocido y adentrarse tanto en ese libro que terminas deseando que sea real-Le respondo mirándola a los ojos.

He leído la mayoría, más de la mitad son míos y el resto se divide entre la poesía, historia y política de mi padre, el romance de mi madre, los comics, historias de terror y caricaturas de mis hermanos y la ciencia que al final nos apetece siempre a todos-Me responde Alex y voltea a verme casi automáticamente.

Vamos a preparar algo para cenar, te parece?-Me pregunta mientras se acaricia el abdomen en señal de hambre.

Nos dirigimos a la cocina para buscar cosas en el refrigerador, sacamos pimientos amarillos y verdes, tazajo, carne enchilada y quesillo; comenzamos a freírlos para preparar un alambre. Tomamos la lechuga, el aguacate y el jitomate y los cortamos preparando una ensalada.

Cuando terminamos nos sentamos juntos en la mesa y servimos la cena acompañada de agua de naranja. Recuerdo que fue una charla larga esa noche, pareciera que los meses nunca hubiesen pasado porque seguía surgiendo la misma conexión cuando conversábamos.

No quería irme de ahí, pero ya era bastante noche y probablemente Alex tendría cosas que hacer al amanecer.

Antes de retirarme ayudé a Alex a limpiar todo y pedí su número de celular para seguir en contacto con ella, a pesar de que viviéramos bastante alejados.

Me acompaña a la puerta y antes de entrar al taxi se despide con un tierno beso en la mejilla, sin saber qué hacer, entro al auto y cierro la puerta. Y poco a poco se pierde la silueta de Alex en el espejo retrovisor.

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BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora