Capítulo 29: Escuchando a Alex X

33 20 3
                                    

Tenía la sensación de que el tiempo se me iba de las manos, como si todo a mi alrededor estuviese en constante cambio, pero yo fuese lo único que permanecía intacto.

Probablemente Jock ya habría vuelto a la ciudad, y Abril no tomaría mucho tiempo para que me enviase alguna noticia de que ya se encontraba nuevamente aquí.

¿Debería decirles todo aquello a ambos? ¿debía contarles todas y cada una de las razones por las que he llegado a ser así? ¿o debía reservar algunas partes de la historia para mí?

Pensaba en ello una y otra vez mientras me encontraba sentada en el jardín de la casa leyendo el último libro que mi padre me habría regalado en mi cumpleaños.

Pues dentro de mí pensaba que podría perderlo todo, si ellos no resultaban ser lo que antes me habían demostrado.

Después de haber estado la mayor parte de mi día cocinando y la otra mitad estudiando para mis exámenes de la universidad, decidí llamarlos a ambos para invitarlos a cenar el próximo viernes. No sabía cómo resultaría todo aquello, no obstante, estaba dispuesta a intentarlo.

Mis nervios se calmaron cuando ambos me confirmaron que estarían gustosos de asistir a aquella cena, ambos se ofrecieron a traer algo preparado por ellos para complementar nuestra velada, yo asentí sin dudarlo, y nos despedimos acordando la hora de nuestro encuentro.

—No olvides lo mucho que te quiero. Buenas noches cariño.—Me sonrojé al leer el mensaje que Jocker me había enviado al móvil, mientras la pantalla iluminaba mi rostro. 

—Te quiero—Respondí casi enseguida y me dispuse a apagar mi móvil. 

Los días posteriores mientras caminaba de vuelta a casa recordé que Clark me había mencionado de una psicóloga aquí en la ciudad, pensando en que alguna vez podría necesitarla. 

Pues durante mis años en el instituto Chastain fue él quien poco a poco llegó a conocerme mejor, al ser mi orientador podía indagar en mi vida sin que pensara en cuestionármelo, además sin haberme presionado, él se había ganado mi completa confianza.

La última vez que hablamos fue el día en que le entregué mi gafete de estacionamiento y con ello, él me entregó mi historial educativo. Aún recuerdo perfectamente esa última escena nuestra.

—Será difícil no ver a diario a aquella joven caminar por primera vez por los pasillos—Me miraba a los ojos mientras yo notaba como los suyos se volvían cristalinos.

—Gracias a ti...—Se me cortaba la voz anunciando que podría soltarme a llorar en cualquier momento.

—Gracias a ti esto no se volvió un infierno, fuiste tú el primero que me acogió al llegar aquí, me hiciste sentir... mejor que en casa—Sin pensarlo mucho solté la carpeta de documentos que me había entregado y corrí hasta él para abrazarlo por primera vez, como siempre quise hacerlo.

Él dudó si debía devolverme aquella muestra de afecto, pero al verme refugiada entre su pecho decidió corresponder aquel noble abrazo. Estando los dos en aquella oficina, no pude evitar el mar de recuerdos que venían a mi mente, desde aquella primera vez entrando a su oficina, las veces que sentía que todo saldría mal, la vez en que derramé café en su traje.

3 años se habían ido tan fugaces como viaja la luz de un rayo. Probablemente estaría lejos, o quizás jamás volvería a ver a ninguno de todas esas personas que conocí ahí.

—Siempre te recordaré pequeña, haz dejado una huella que dudo que alguna vez se pueda borrar, sólo te pido una cosa, vive la vida que quieres y sé feliz en ella—Me acarició suavemente las mejillas y depositó un tierno beso en mi frente, entregándome una tarjeta con la dirección y teléfono de aquella psicóloga.

BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora