Capítulo 1: Jocker

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Envuelvo mi cuello en la bufanda de lana café, aquella que vi en el aparador el día de mi cumpleaños cuando caminaba por la ciudad, es tan suave como la imaginé cuando pensé en comprarla, suelto un gran suspiro que logra empañar la ventana del taxi, miro a lo lejos y puedo ver que esta noche la luna está tan grande y plateada como nunca se había visto en Londres, es como si flotase una pelota brillante sobre el agua y pudiesen apreciarse perfectamente sus grietas grisáceas, sus bordes ligeramente circulares y sus sombras tan perfectamente definidas sobre el agua cristalina; al fondo se escucha que las campanadas del Big Ben de la torre han comenzado a tocar, han dado las 10 pm y ahora frente a mí empieza a hacerse visible el muelle pues a ambos lados del taxi aparecen las luces que iluminan el puente del río Támesis.

Estoy apreciando lo enorme del barco, los detalles de la cubierta, el mástil mayor y en su trayecto el puesto de vigía, la enorme luz que sale por las pequeñas ventanas que rodean al barco; de pequeño siempre quise navegar en uno, pero en ese entonces la economía en mi familia no era nada estable, así que tenía que conformarme con jugar con ellos solamente en la bañera. 

Tengo que parar de recordar ya que el taxista me entrega mi equipaje, dejándome frente al barco, camino hacia la zona de abordaje para mostrar el boleto que compré por internet mientras venía en el taxi, ahora me dirijo hacia cubierta para ver por última vez la ciudad antes de empezar este viaje en busca de Alex...

El capitán ordena zarpar y los marineros levantan las anclas, estamos partiendo de Londres y puedo sentir cómo la brisa del mar invade mis pulmones, me acerco un poco más hacia proa para seguir viendo de cerca la luna y es entonces cuando un hombre de tez clara con abrigo de gabardina y capa negra se dirige hacia mí, mantiene un semblante indescifrable, es un hombre alto quizás de unos 180m, de apariencia delgada, pero su larga barba ya está teñida con ligeras pinceladas de blanco debido a la edad, posee un caminar bastante elegante hasta que llega a mí.

—Buenas noches—Me saluda con un acento bastante similar al mío, pero con una voz más ronca y elegante, aquel hombre era mucho más apuesto de cerca.

—Buenas noches caballero—Respondo con la voz más respetuosa que encuentro y noto por su apariencia que podría tratarse de algún  mercenario o por el contrario de un hombre verdaderamente sabio.

Debo decir que creo que somos los únicos que estamos fuera de nuestros camarotes.

—Me presento soy el conde Bell, pero me puedes decir Bell—Sujeta mi mano, al parecer me equivoqué con mi primer teoría.

—Es un gusto, yo soy el Dr. Jocker Doria—Le doy un apretón de manos y enseguida saca su pipa de tabaco para encenderla.

—¿Puedo llamarte Jocker?—Me cuestiona respetuosamente.

—Cuéntame ¿por qué has decidido realizar este viaje tan largo? ¿a dónde te diriges?—El sujeto me dirige una mirada bastante intrigado mientras fuma de su pipa, exhalando muy lentamente.

—Estoy buscando a alguien, la mujer a la que he amado desde la primera vez que nos conocimos, quiero encontrarla y es por ello que me dirijo a Centroamérica, aunque no sé exactamente qué voy a encontrar—Lo que le he dicho le ha sorprendido bastante porque se ha quedado un tanto boquiabierto ante mi revelación.

—En cuestiones de amor el mundo puede provocar hasta guerras—Tose un poco. —Yo he decidido hacer esta travesía debido a que voy a traer de vuelta a mi hijo, en unos meses le cederé mi puesto ya que no tengo a ningún otro hijo, así que también me dirijo a Centroamérica, tengo un gusto grande por las embarcaciones así que he decidido viajar de esta forma—Fuma nuevamente de su pipa y sonríe a la nada.

—Espero todo salga como usted planea con su hijo, le deseo lo mejor en este viaje—Me coloco mis guantes y estoy a punto de retirarme a mi camarote cuando me interrumpe.

—Cuéntame un poco más de ti Jocker, estaremos meses en este barco, me gustaría hacer nuevas amistades. Quiero escuchar esa historia de la mujer por la que estás cruzando el mundo, por favor—Me suplica y noto un pequeño cambio en su semblante volviéndose compasivo y me sonríe con gentileza.

Ambos estamos sujetados de los barandales viendo hacia el horizonte de todo el océano que se encuentra a nuestro alrededor y es aquí donde realmente comienza nuestra historia...

Estoy en segundo año ahora; me veo 15 años más joven, estoy sentado con mis amigos Ulises, Mike y Vilma en la plazuela del instituto Chastain la preparatoria en donde Alex y yo nos conocimos. Mis amigos y yo llevamos conociéndonos desde que estábamos en secundaria así que los considero como familia. 

Es como si pudiera recordar el aroma de los árboles de la escuela, tan fresco y tan limpio que al inhalar sientes que se purifican tus pulmones. 

Estamos planeando nuestra próxima fiesta de reunión cuando la veo entrar por primera vez al instituto, lleva una mochila verde sin llamar mucho la atención, una tez de tono vainilla, tiene un cabello lacio castaño que con el viento comienza a ondularse lentamente, es una chica dulce a la vista con un tamaño que no la hace ver pequeña sino tierna, quizás pueda llegarme a la barbilla, pero no entiendo por qué nunca antes la había visto.

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BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora