Capítulo 25: Escuchando a Alex Parte VII

50 25 17
                                    

La tarde en la que Jocker me pidió ser su novia y yo le pedí que fuese el mío, sentí que era un nuevo comienzo, uno donde sería más feliz que toda mi vida anterior, pensaba que la persona a la que había elegido seria el mejor compañero, amigo, amante y consejero que pude haber elegido.

Cuando volví a mi casa esa noche sentía que mis mejillas ardían al recordar una y otra vez ese beso tan pasional que me había dado Jocker, era imposible no sentir como mis piernas temblaban al recordarlo, como mi piel ardía imaginando sus húmedos labios.

—Tienes que contarme todo Alex, qué pasó en la cita de hoy con Jock?— Me cuestiona Abril por el móvil y se puede oír su televisor al fondo que ha dejado el canal de Fox para ver mis amados Simpson.

—Me llevó a recorrer la ciudad, fuimos a muchos establecimientos por comida, hablamos de todo lo que hemos vivido estando en la ciudad y encantó, es un encanto de niño, no comprendo por qué no lo vi antes en los pasillos del Chastain—Me quedo unos segundos mirando a la nada al pensar en este último dato, pero tengo que salir de mis pensamientos ya que Abril comienza a hablarme con voz de eco a través del móvil.

—Y cuando estuvimos bajo el quiosco me pidió que fuera su novia y nos besamos—Le digo casi a gritos y dando pequeño saltos sobre mi cama al recordar la mencionada escena.

—¡Oh por Dios!—Se exalta —¿Ya son novios? Ay no Alex, sólo a ti se te ocurre contarme hasta ahora, eso se dice en el instante en que ya le habías dicho que sí, debiste enviarme un mensaje desde ahí—Me reclama, y cambia su tono de voz de emocionada a un puchero.

—Yo te lo decía, ustedes van a terminar juntos, ¿si o no te lo dije cuando fue la graduación? Yo lo sé todo—Exclama, se oye tan feliz al saber esta noticia. Para después proponerme una cena los 3 juntos cuando hayamos cumplido 1 año.

Sentía que Abril tenía demasiada confianza en un chico, sobre todo en Jocker. Pensaba que nada nos separaría y que él sería quien me llevase hasta el altar.

Yo no quería pensar tan a futuro, es decir, me gustaba mi novio y nada me haría tan feliz como terminar a su lado, pero sabía que las personas pueden cambiar y que incluso viviendo alejados cada uno a un extremo de la ciudad podríamos conocer a muchas personas diario, incluso en nuestra facultad ambos podríamos llegar a sentir algo por alguien que estuviese más tiempo cerca.

No quería pensar en qué ocurriría en un futuro, quería disfrutar de tenerlo a mi lado, hacerlo feliz y hacer que esos ojos me miren cada día de la misma forma que brillaron cuando nos tuvimos de frente.

Ella lo conocía mucho más que yo, y quizás esto sería para siempre. Me aterraba un poco pensar en ese nivel de compromiso, no porque no quisiera que así fuera, sino todo lo que involucraba si las cosas se tornarían más formales, ir a casa del otro, presentarse con la familia, viajar juntos para alguna festividad familiar.

—¡Ok ya!—Digo esta frase casi gritando, porque mis pensamientos empezaban a atormentarme girando una y otra vez en mi mente como un tornado sin fin y apenas llevábamos unas cuántas horas de novios.

—¿Puedes venir el siguiente fin de semana a verme? Quiero ver la película de la monja, pero no quiero verla sola, ¿puedes?—Cuestiono a Abril, y hago un gesto bajando mi labio inferior en señal de puchero, cambiando mi tono de voz para hacerla sonar más tierna.

—Sabes que me dan mucho miedo esas películas, luego no puedo dormir y me cuesta ir sola al baño sola ¿No podemos ver Shrek o alguna de Barbie que te guste?—Pregunta casi implorando que le cumpla su deseo.

—Te acompañaré al baño si te asustas demasiado cuando la estemos viendo, te dormirás en mi cama cuando haya terminado, es más después de que veamos La Monja vemos la que tu quieras ¿por favor si?—Le ruego agudizando aún más mi voz.

BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora