n u e v e

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Cuando Jihee me dejó, no pude levantarme de la cama durante un mes entero. Había veces que realmente quería hacerlo, pero en un segundo volvía a desmoronarme. Desperdicié todas las vacaciones de verano llamándola para que me diera una explicación razonable para romper conmigo. Sin embargo, todo lo que recibí a cambio fue una fotografía suya con alguien más. Ella ni siquiera se tentó el corazón conmigo. Así que no era capaz de entender, qué diablos era lo que estaba haciendo ahí.

—¿Has estado bien?—sonrió.

—Sí, gracias—junté los labios pretendiendo no sentirme demasiado incómodo.

—Es un alivio, creí que nunca ibas a detenerte. Llamando y yendo a casa de mis padres...—suspiró.

—Me habría detenido si hubieras sido sincera desde un principio. Pero no fuiste capaz de ello.

—Es porque lo obvio estaba implícito. Sabías que no soy la clase de persona a la que le gustan las relaciones largas. En realidad, creo que dos años, fueron un excedente. Fuiste mi única excepción en ese entonces.

—En ese entonces—me reí amargamente.

—Quiero decir, a partir de ese entonces, eres una excepción. No estaría aquí si no te hubiese extrañado tanto...— Se sintió como si hubiera atravesado mi pecho con la mano y estrujado mi corazón sin piedad.

—Vete—murmuré.

—Pero si esto es por lo que habías estado esperando. Sé que tardé un poco, pero estoy aquí.

—Sí, esperaba eso hace un año. Ahora no quiero ni siquiera mirarte.

—Sigues furioso—frunció el ceño incómoda—. Llámame cuando hayas sido capaz de asimilarlo.

—Eres lo peor que me pasó, Jihee. No volvería a llamarte nunca.

Comencé a sentir que el aire comenzó a faltarme cuando logré cerrar la puerta tras de mí. Y al final, mi cabeza terminó enterrada en el retrete.

Sí, estaba furioso. Quería gritarle para pedir explicaciones, aunque yo quería besarla también... Porque cuando rompió conmigo, todo lo que yo quería era rogar, incluso arrastrarme hasta ella para que volviera. Perdí toda mi dignidad. No atendía mis llamadas y ni siquiera se molestó en volver por sus cosas. Habían sido dos años increíbles, por eso me costaba tanto asimilar que me había botado. Fue tan difícil lidiar con la vida en ese entonces, que recordarlo me ponía inquieto.
Me quedé sin estabilidad emocional a partir de ese punto, comenzó a ser difícil relacionarme con las chicas de manera sentimental. Todo lo que yo quería era lo físico, pensaba qué, no soportaría que volvieran a romperme el corazón.

Y tan ebrio como pude estar esa noche, terminé en la casa Kim. Con la cabeza dando vueltas y la esperanza de encontrar a Namjoon en el pórtico. Mi amigo sabría que hacer con todo ese desastre. Sin embargo, volví a encontrarme con el bonito y adormilado rostro de Hyejin.

—Él no está aquí—hundió los labios en un triste mohín.

—¿Aún así puedo quedarme?, te prometo que guardaré silencio en serio—murmuré.

—Entra—me ayudó a deshacerme de los zapatos mientras yo me sostenía del umbral de la puerta—. Siéntate aquí, te  traeré algo de café...

Mi mano atrapó la suya antes de que pudiera dar un paso siquiera. Era difícil explicar lo aliviado que me sentí cuando le vi minutos antes.
Todo lo que yo quería era algo de compañía mientras lidiaba con mis sentimientos, quizá me apetecía llorar en el hombro de Hyejin. Nada más que eso.

—No vayas a ningún lado—me limpié las lágrimas con el pulgar—. Jihee volvió... Y no sé que más hacer además de beber así... Nunca sé qué hacer cuando se trata de ella.

—Entiendo—asintió tomando asiento junto a mí—. Está bien si quieres llorar un poco, supongo que es difícil enfrentar algo así.

Y lo hice. Lloré alrededor de una hora y media hasta que me quedé dormido. Para cuando desperté estaba en la habitación de Namjoon otra vez. Sintiéndome tan avergonzado como la primera vez que dormí ahí.
Mi ropa estaba intacta, a excepción de los calcetines. Mi móvil estaba conectado al cargador y en la mesa de noche junto a la cama, alguien había dejado un par de aspirinas.

—No lo sé. No me dijo mucho—. La voz de Hyejin me golpeó en la cabeza con fuerza. Bebí demasiado.

—¿Estás molesta por algo en particular? ¿o sólo es que Taehyung se quedó esperando por ti en el juego de anoche?

—A veces es agotador tener que fingir que me nace ayudar a todo el mundo—suspiró—. Y sí, me fastidia haberme perdido el primer juego de mi novio como titular.

"Novio". Eso golpeó con más fuerza dentro de mi campo pensante. Recordaba haber escuchado que saldría con Jung antes. Otra vez no entendía la situación.

—Vamos, Hye. Taehyung puede entender que estabas haciéndome un favor.

—Él lo entiende—suspiró—. Pero desde que tienes novia Jimin ha estado vagando por ahí como si estuviera perdido. Lo dejaste de lado.

—Ha sido él que decidió hacerse a un lado de pronto. Igual que tú cuando comenzaste a salir con Taehyung...

—Nuestras situaciones, no son iguales—masculló.

—¿Entonces debo continuar fingiendo que no me he dado cuenta de que Jimin y tú se gustan?

—Sí.

—Hyejin, escucha... Jimin y tú son totalmente de mundos diferentes. Él no es capaz de tener una relación estable, no ha podido superar a Jihee.

—Es por eso que te he llamado.

No podía recordar mucho de lo que dije antes. Recordaba mi posición entre sus brazos y la forma tan minuciosa en la que limpiaba mi rostro con ese pañuelo blanco. Pero no había más. Como subí las escaleras y conseguí dormir, era un misterio.
Algo andaba mal, era obvio que había dicho algo malo mientras estaba ebrio.

Escuché sus pasos alejarse mientras la puerta de la habitación se abría y mi corazón se aceleraba. Sabia que Hyejin se había marchado, pero enfrentar a Namjoon de pronto se volvió una situación de vida o muerte.

—Háblame—el colchón se hundió junto a mí.

—Jihee volvió y Hyejin es muy bonita. Lo siento—bisbee—. Sé que era una regla implícita entre nosotros y yo no sólo la rompí, también la pisotee.

—No estoy molesto—sonrió—. Pero lo estaré si se lastiman el uno al otro. Ella es dos años menor que nosotros, y aunque parece que ya no le importa, le gustabas cuando estábamos en secundaria. Y también sé que era recíproco. Pero pensé que lo dejarían atrás con los años.
No fingiré que me incomoda el hecho de que estuvieran viéndose a escondidas, porque me jode muchísimo. Pero tampoco voy a culparte sólo a ti. Eres mi mejor amigo, y lamento mucho lo de Jihee y tú. Sin embargo, agradecería mucho que dejes de usar a mi hermana para olvidar a tu primer amor.

Lo último en lo que había pensado era en sacar a Jihee con ayuda de Hyejin. Sólo estábamos teniendo sexo consensuado, no era en absoluto que mis sentimientos estuvieran revueltos entre todo ello. Lo cierto, es que me encantaba la forma en la que me besaba cuando se movía encima mío. La risa tonta que se aventuraba a mostrarme cuando me hacía babear con esa interminable variedad de lindas bragas y lo inquieto que me ponía el tintineo del móvil cuando veía su nombre en la pantalla.

Empero, no volví a verlo en un mes. Volvimos a la rutina habitual. Me ignoraba cuando llegaba a toparme en la sala de estar con Namjoon y a veces fingía haber olvidado algo cuando sabía que teníamos que viajar en el mismo auto. Ahora Kim Taehyung le iba de la mano todo el tiempo.
El castaño nunca escatimaba en besos o risas estúpidas.
Me encontraba con ellos todos los días después de los entrenamientos. Y si no era suficiente el hecho de estársela comiendo a besos en mi cara, de vez en cuando la sujetaba de la cintura con tanto deseo como lo era el mío sobre patearle el rostro a él.

Ella dejó de mirarme incluso en las cenas familiares. A veces ni siquiera bajaba y otras tantas me di cuenta de que estaba pasando el rato en la casa de  Taehyung.
Y lo odiaba, detestaba que Hyejin estuviera en otro colchón y con otro tipo. Estaba comenzando a cansarme, tanto como para ignorar el hecho de que Namjoon de verdad se molestaría conmigo.

twisted|p.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora