q u i n c e

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Me aclaré la garganta mientras echaba un vistazo sobre la agenda celeste en el mostrador. La castaña me miró tan confundida como yo lo estaba con el horario de Hyejin. Estaba seguro de que había un Kim Taehyung junto a la comida de las 4:00 p.m. creí que habían terminado con lo que sea que tuvieran hacía años.

—¿Se le ofrece algo señor?—levantó las cejas.

—No—balbucee—, es decir, sí ¿Podrías borrar ese Kim Taehyung y colocar Park Jimin?

—Lo siento, señor, no puedo hacer eso.—sonrió modosa.

—¿Por qué no?—viré los ojos— Tú no tienes ni idea, pero Hyejin y yo... Escucha—miré el nombre en su gafete—, Minu—. En serio necesito hablar con tu jefa esta tarde, es de vida o muerte—me mordí el interior de la mejilla tratando de darle algo de lástima pero a cambio sólo recibí una mirada sobre el engargolado negro.

Sin ningún tipo de disponibilidad para:

×Kim Namjoon

×Oh Yeongmi
×Jeon Jungkook
×Min Eunji
×Oh Hana
×Kim Jowoon
×Park Taeyeon
×Im Hyang
×Park Jimin

Era muy complicado describir mis sentimientos en ese momento, porque mi mejor amigo era el primero en la lista, pero yo era el último.

—Esa es la peor de mis fotografías—farfullé— ¿Quién diablos la eligió?—continué mirando—. Debió poner un dibujo de mi cara o algo así, Dios...

Hacía años que no veía mi fotografía de graduación, y por alguna razón se sentía bien que ella la hubiera considerado incluso para evitarme.

—La señorita Kim—la castaña se encogió de hombros risueña. Ese era mi encanto.

—Pues es grosero—me quejé—. Sólo quiero hablar con ella, Minu, ayúdame esta vez y te prometo que cuando me case con Hyejin tendrás un aumento.

—No es que yo no quiera hacerlo, señor. Es que la señorita Kim es tan estricta con los detalles de su vida personal que me asusta mucho desafiarla.

—Sí, lo sé. Ella puede ser aterradora—suspiré—. Pero es adorable en otros cientos de ocasiones ¿Le has visto tratando de abrir un bote de jalea o jugando con los guisantes en su plato?—sonreí— Los detesta...

Nunca le había dicho a nadie cosas como esas. Yo jamás me había atrevido a admitir en público lo mucho que amaba cada partícula de su persona.

—Ella puede despedirme si le digo que está en la cafetería entre la avenida 230 y la 237. Junto a librería negra...

—Lo único que saldrá de mi boca es un reclamo por esa horrible fotografía—le guiñé antes de volver a subir a mi auto.

Un día antes, todo lo que pude hacer antes de volver al trabajo fue advertirle que volvería a intentarlo. Y ni siquiera tuvo oportunidad para tratar de rechazarme, el señor Oh interrumpió todo.
Lo más importante, era averiguar si Taehyung había tomado lo que le arrebaté antes, y por supuesto, si él sí había sabido como cuidarlo.

Lo más raro, es que había estado en esa cafetería más que un par de veces cuando recién me mudé. En ese entonces no tenía demasiado dinero, y el gerente me permitía sólo comprar una baguette y quedarme ahí a estudiar durante horas porque el WiFi era gratis.
La gran interrogante era el por qué jamás nos encontramos.

twisted|p.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora