Miradas

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Nota de autor:

Ilustración de @lemonowl1 en su cuenta de Twitter.

El caos inició con el primer grito de Astrid, la mujer, alta y curvilínea podía llegar a ser intimidante, pero Connor también podía llegar a serlo cuando se proponía algo.

-¡Es mi hijo! –Exclamó ella arrugando su nariz respingada mientras acomodaba las manos en su cintura en una postura firme- ¿Quién eres tú? Un simple robot que jugaba a la familia, te prohíbo que quieras tomar decisiones sobre mí y mi hijo.

-No es el momento ni el lugar apropiado para que grite de esa manera –Hablaba Connor con tono bajo mientras acomodaba sus manos tras su espalda al ver como la mujer se alteraba en cosa de segundos.

-¿Acaso te crees mucho porque fuiste el amante de Gavin? ¿Qué compartían? ¿Una cama? Yo comparto un hijo con él, no vengas a creerte mucho porque te dio un par de besos...

-Mamá... -Susurraba Elliot al tomar de un brazo a su madre para intentar calmarla, pero ella arrebató su brazo al voltear a verlo.

-Te vas conmigo y no hay más charla ¿Crees que mandas más que yo? Te equivocas, sigues siendo menor de edad y sigues siendo mi responsabilidad. Enviarte aquí con el fracasado de tu padre no hizo más que causar problemas.

Connor entornó los ojos un momento, mantuvo su mirada en Astrid y luego miró por un segundo a Elliot quien parecía nervioso ante la actitud alterada de su madre.

-Le pido amablemente que continuemos esta conversación después...

-¿Quién te crees tú para hacerme callar? –Gruñó la mujer al volver a voltear hacia Connor- ¿Quién...?

-Astrid –Interrumpió esta vez Elijah, quien se había levantado de su asiento al escuchar el primer grito- Cariño, no creo que este sea el momento apropiado para armar un escándalo, es el velorio de Gavin y parece que tú quieres ser el centro de atención.

-No, claro que no quiero ser el centro de atención, es este robot de mierda que quiere pasarme a llevar como madre...

-Lo entiendo –Volvió a interrumpir el CEO de CyberLife mientras sonreía con nerviosismo- Pero repito que este no es el momento ni el lugar ¿Podrías sentarte...?

-No –Interrumpió esta vez Connor con el ceño fruncido- No la quiero aquí, que salga de esta iglesia. Intenté ser razonable con ella pero no entiende palabras.

-¿Crees que le haré caso a un pobre hombre de plástico? –Exclamó la mujer con prepotencia y arrogancia.

-No, claro que no –Respondió el androide- Desafortunadamente no soy un simple hombre de plástico, soy un androide fabricado con la más alta tecnología y no soy de plástico, soy de metal y para concluir, hay un documento legal que afirma que en caso de que Gavin no pueda tomar una decisión, puedo hacerlo yo y adivine qué, Gavin está muerto, por lo que legalmente también soy responsable de Elliot y como tutor y encargado de él dentro del departamento de policía de Detroit, le prohíbo salir de la ciudad hasta que termine su pasantía ¿Y sabe por qué? Porque el papá de su hijo decidió acostarse conmigo en vez de volver con usted –Explicó con la misma arrogancia y tras ese breve discurso volteó para ir a su puesto, pero antes observó a Elijah un segundo- La quiero fuera de esta iglesia ahora.

El poder de Elijah había logrado dejar a Connor como tutor de Mathilda y por lo tanto, también de Elliot, siempre y cuando ambos chicos estuvieran de acuerdo. Las leyes actuales permitían a los padres ganar la custodia de sus hijos y Connor podía llevarse la custodia de Elliot si se lo proponía.

-Eso fue cruel –Susurró Hank, quien aún permanecía de pie cerca del ataúd, pero lo suficientemente lejos para darle espacio a Mathilda de seguir ahí.

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