Un Juego De Tres

Un pequeño encuentro.

Así como lo había dicho la menor, Gavin y Hank debieron hacer una investigación fuera del lugar mientras Connor acomodaba los registros del caso junto a Mathilda quien curioseaba y preguntaba siempre que tenía una duda, afortunadamente se llevaba muy bien con el androide y a este le agradaba por lo que las tardes con él se pasaban rápido.

-¡Nines! -Exclamó la chica al ver al androide a su lado cuando ya eran las seis de la tarde.

-¿Tu papá aún no llega? -Preguntó este al recibir a la chica en sus brazos.

-Tienen para unas dos horas más -Respondió Connor quien apagaba su computadora- Ya estaba rogando para que llegara alguien, está haciendo frío y no es seguro que ella esté aquí hasta tan tarde.

-¿Nos acompañas Connor? -Preguntó la chica al soltar el cuello de Nines.

-Lo siento, pero debo terminar algunas cosas.

-¿Irás a casa? -Preguntó Nines viendo como Connor se levantaba de su puesto y tomaba sus cosas.

-Sí, son sólo informes, nada pesado -Respondió el más bajo y sonrió- No tarden tanto, hoy hará frío.

Nines salió con Mathilda hacia el centro comercial, aunque no tenía ganas de acompañarla, ya se había comprometido y no podía dejarla tirada, si algo le pasaba sería su responsabilidad y Gavin le cortaría el cuello si su princesa llegaba a casa con alguna lesión.

-No me gusta que los uniformes sean tan largos ¿Qué creen que soy? ¿Monja? Además ¿Quién usa uniforme en estos años? Es un jodido abuso -Gruñó la chica mientras veía una falda azul marino.

-Es el uniforme del establecimiento en la que la han matriculado. Esto es la imagen que representa su nueva escuela y evita niveles de jerarquía al usar prendas de marcas reconocidas. Usar el uniforme de la escuela en la que la inscribió su padre debería hacerla sentir orgullo, es un lugar de renombre.

-Sólo lo dices porque te vez jodidamente sexy con tu uniforme de policía -Protestó y sacó algunas prendas de los colgadores- Yo voy a parecer monja.

-Mathilda, cuide su vocabulario...

-Nines, mi papá me regaña todo el día, no empieces tú -Pidió mientras lo veía con expresión cansada- ¿Me sostienes esto? -Preguntó al entregarle la mochila para luego ir a los probadores.

Nines respiró profundo, miró la hora viendo ya que faltaban diez minutos para las ocho y aun no compraban la mochila ni los cuadernos, pero ya tenía el resto de cosas, pero ya estaba cansado de ir de un lado a otro buscando cosas.

-¿Qué tal Nines? -Preguntó Mathilda al salir de los probadores con su uniforme. Una falda cinco dedos sobre la rodilla, blusa blanca y un suéter azul con botones.

-Le queda muy bien, pero busque un abrigo, aún hace frio en las mañanas, unas medias largas y zapatos.

-¿No crees que la falda está muy larga?

-El uniforme escolar es para mantener orden, no irá a lucir las piernas Mathilda, creo que esa medida es la más apropiada.

-Eres peor que mi papá -Gruñó y volvió a los probadores- ¿Puedes traerme un número más pequeño? Creo que esta me queda suelta.

Nines giró los ojos y fue por lo que la chica pedía.

Al salir de la tienda fueron a la librería en busca de los útiles que faltaban y luego a una pequeña tienda de artículos femeninos, para comprar algunas cosas para el cabello de la niña, quien ya se había quedado sin dinero por lo que Nines debió pagar.

-Hola Pá -Saludó la niña al contestar su celular mientras un gran pompón colgaba de la funda nueva que le había regalado Nines- Estoy con Nines, ya compré todo y ahora me estoy tomando un helado -Sonrió y lamió el cremoso helado de chocolate en barquillo- Llevo muchas cosas así que no me iré en autobús, tendrás que pagar el taxi porque no me queda dinero.