Casius y Deviant están en busca de la humana indicada para formar un núcleo familiar. Ya están en la edad de procrear y tanto el inminente colapso de su pueblo como la presión de sus padres, los obliga a hacer un viaje a la tierra para escoger a la...
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Besos rosaban su nuca, otros se burlaban entre sus pechos y manos la acariciaban con delicadeza por sobre su cadera del lado derecho. La piel le cosquilleaba y en su interior se comenzaba a construir el deseo lentamente por esas delicadas caricias empleadas con el propósito de despertarla y por supuesto excitarla.
Tenía los ojos cerrados por el agotamiento y en su mente turbada logró recordar el motivo de su estado exhaustivo. Sin embargo, no podía reunir las ganas necesarias para, aunque fuese un segundo, abrír el párpado de uno de sus ojos.
No recordaba haberse dormido y aunque era obvio que lo habia hecho, sentía que no había sido suficiente, pues de no ser por los dos activos machos que intentaban despertarla ella estaría rendida en cuanto a descansar todavía más.
Sonrió al escuchar una queja de parte de Deviant cuando intentó alzarle la pierna y ella la tensó. Rió sin hacer ruido y luego cedió al tercer intento de él, notando a la perfección las longitudes de sus tallos deslizarse por su sexo y entre sus gluteos provocandole un suspiro tembloroso de anticipación. Casius estaba tras su espalda y Deviant de frente, la tenían flanqueada como dirían en la armada.
- Al fin despertaste mi lady. - Se alegró Deviant besando sus labios con delicadeza pero ella se apartó.
-No me he lavado los dientes... - Dijo entre dientes y tapandose la boca. No quería que olieran su aliento matutino.
-Yo tampoco. - Y sin importarle al seductor, tomó su mano para apartarla y la besó con hambre nublando su mente y derribando su resistencia.
Se apretó a él cuando comenzó a succionar su lengua y curvó el trasero cuando Casius mordió un poco su hombro y rotó uno de sus pezones entre sus dedos. Ella gimió en la boca de Deviant y tomó una respiración veloz cuando ambos comenzaron a penetrarla muy despacio.
Les gustaba hacerlo de ese modo que a ella le resultaba una tortura. Pero solo así podían evitar lastimarla y más aún, cuando no estaba del todo lubricada sin el juego previo.
Intentó relajarse para que entrarán en ella con mayor facilidad, pero le era difícil. Estaban bien dotados sin rallar la exageración, por lo que a medida que se retiraban y deslizaban en su interior para lubricarse con su escensia, ella podía sentirlos con intensidad abarcando sus entradas. Era demoledor, hacer el amor con ambos en su nueva naturaleza, fundía sus neuronas por la maravillosa sensación de dominio y posesión doble que ejercían pasionalmente y a la que Dánica solo le permitían sentir al ser el foco y objetivo principal de sus lujurias.
Disfrutar y emitir con su melodiosa voz aquellos sonidos gustosos que a ellos les aceleraba el pulso y los motivaba a ser más impetuosos era la gasolina que ponía en marcha sus motores.
- ¡Sí! ... Mmmm así... - Les dijo rodeando sus nucas con una mano en cada uno. - ¡Más rápido!. - Ordenó alzando el rostro y contoneando su cadera a sus ritmos, acelerando sus embestidas y potenciandolas.
