Escape

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Tenían todo preparado, solo había empacado lo necesario aunque a decir verdad no tenía mucha ropa ya que solo portaba el uniforme constantemente, sin embargo su hermana le había sorprendido al salir de la sala arrastrando dos maletas negras con se...

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Tenían todo preparado, solo había
empacado lo necesario aunque a decir verdad no tenía mucha ropa ya que solo portaba el uniforme constantemente, sin embargo su hermana le había sorprendido al salir de la sala arrastrando dos maletas negras con seguro de combinación y una mochila de deporte en color gris y rosa a un lado del cuerpo.

Intentaba mantener el equilibrio mientras caminaba, eso era mucho equipaje para llevar pero no le reprocharía nada, su querida hermana estaba renunciando a todo por ella y nunca la vio más feliz que en ese instante mientras colocaba las cosas en el suelo y observaba con diversión a Deviant y Casius devorar otro lote de galletas como si no hubiera un mañana.

- ¡¿Sí que les gustan las galletas eh?!...

Ambos le prestaron atención mientras cada uno tomaba una mitad de la última galleta entre sus grandes manos, aplicando la fuerza necesaria para no soltarla pero a la vez evitando romperla toda.

- ¿Hay más? - Casius le preguntó con la esperanza de recibir una respuesta afirmativa. Pero cuando Megan negó él volvió a observar a su hermano, quien no se rendiría fácilmente.

- Es el tercer lote que preparo desde que llegaron... Y eso sin contar las que ya estaban listas antes... ¿Cómo pueden comer tanto?

- Nuestro metabolismo funciona de manera diferente.

En este caso fue Deviant quien respondió ante la curiosidad de Megan y Dánica, que escuchaba todo con atención mientras su cerebro lo iba archivando para aprender más sobre ellos.

- A los que utilizaron como experimento se les alteró de manera molecular para que pudieran aprovechar los alimentos al máximo, que el cuerpo quemara aquello que no fuera necesario a mayor velocidad y desechara el restante.

- ¿Entonces no engordan? - Les preguntó Megan incrédula, solo para confirmarlo.

- En pocas palabras, podremos comer tantas galletas como queramos y nuestro cuerpo seguirá permaneciendo de la misma forma.

- Eso es increíble e injusto... - Se quejó Meg con fingido dramatismo.

Ellos hablaban sobre su naturaleza sin miedos. Ambas sabían que eran y estaban dispuestas a ir a su planeta. Mientras antes se adaptasen a todo lo que comenzarían a asimilar, mejor.

Dánica estaba de acuerdo con su hermana.

Su debilidad eran esas galletas pero tenía un límite. En cambio ellos habían acabado con tres tazones en un dos por tres y por sus expresiones supo que no eran suficientes para saciar sus apetitos.

Lamentablemente ella dudaba de poder volverlas a comerlas, lo que le recordó que debían marcharse rápido.

- Meg. ¿Estas lista?... Solo disponemos de dos horas.

Aun le asustaba la amenaza sobre sus cabezas, no quería encontrarse con los hombres de Marck estando en presencia de Casius y Deviant ya que dudaba que aquel hombre manipulador de Marck, cumpliese su palabra de dejarla ir del pueblo solo con su advertencia. Si los chicos supieran su situación, pensarían que los utilizaba para salvar su pellejo, lo que no era falso, pero quería que siguieran creyendo que ella era decidida y por ende optaba por marcharse rápidamente y sin dudas, le preocupaba mantener esa buena imagen de chica tenaz ante ellos. Si se enteraran de lo contrario tal vez no le ayudarían y estaría a la deriva con Megan, no podía arriesgarse.

DOBLE CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora