Casius y Deviant están en busca de la humana indicada para formar un núcleo familiar. Ya están en la edad de procrear y tanto el inminente colapso de su pueblo como la presión de sus padres, los obliga a hacer un viaje a la tierra para escoger a la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con varios ciclos transcurridos, Dánica y los chicos pasaron en trío una maravillosa unión como núcleo.
Se dedicaron en cuerpo y alma a amarse, como apoyarse en cada nueva situación que compartían dentro de su cúpula.
Siendo ella tan comprensiva como podía y tratando de adaptarse a las labores típicas de una convivencia marital como hacer los quehaceres entre los tres, solicitar alimentos y productos de higiene, realizar los controles protocolarios de seguridad diaria y lidiar con uno que otro inconveniente por diferencias de opinión, se alentaba para desempeñar su labor como ama de casa y esposa de la mejor forma que creía posible, a pesar de que ella nunca en su vida hizo labores semejantes.
Habían sobrellevado todo de maravillas bajo la hermosa sensación de pertenencia y apego que crecía diariamente, además de que en la intimidad se volvían cada vez más exigentes tanto por parte de ella como de ellos. Parecían no saciarse completamente y hasta podrían asegurar haber recorrido cada rincón, habitación y superficie de su cúpula entre sus encuentros sexuales.
Díez ciclos habían transcurrido en los cuales asistían a Dánica para que conociera y comprendiera las obligaciones que desempeñaba una líder a medida que las ejecutaba bajo sus tutelas.
Ya comenzaba a adaptarse.
Luego de cinco ciclos más le fue fácil seguir un ritmo en el que poco a poco incorporaba nuevas obligaciones.
Luchaba cuerpo a cuerpo contra las hembras en entrenamientos cada cinco ciclos, inspecciónaba el perímetro de la ciudadela cada dos ciclos en compañía de los chicos y visitaba las salas infantiles cada tres ciclos. En esas ocasiones le encantaba tardar más tiempo del estimado porque interactuaba con las crías, quienes debían reconocerla y respetarla como líder. Su corazón se estrujaba de ternura cuando veía a los infantes reír y maravillarse con ella, le prestaban toda su atención a cada cosa que decía o hacia e incluso varias pequeñas hembras ya la habían comenzado a imitar y algunos lindos machos la protegian apartando juguetes u objetos que estuvieran a su alrededor, eran una completa dulzura.
Ella había laborado gran parte de su vida solo en el ámbito de la defensa pero ahora como líder hasta debía saber planear eventos, dar consejos, resolver disputas, organizar personal para diferentes labores y asegurarse de que todo estuviese bien ejecutado. Era mucho trabajo pero comenzaba a tomar el ritmo.
Ahora tras treinta y ocho ciclos en los que se desempeñó seriamente, por primera ves disfrutaba de un día libre.
El plan había sido dar un paseo con los chicos disfrutando del día y sus compañías, ir a visitar a Síliana y los padres de ellos para luego apreciar las estrellas sobre el mirador en la copa de su cupula. Ya sólo les restaba hacer la última actividad así que a medida que andaban despreocupados, también eran consientes de como muchos asentían a sus pasos y les sonreían encantados.
Habían decido no comentar nada de la espera para los bebés, Cenae fue advertida igualmente, sabían que de todos enterarse se produciría un descontento colectivo. Esas habian sido sus decisiones y no tenían porque rendir cuentas si igualmente tendrían el mismo resultado, solo que en un lapso de tiempo despues.
