Nuevamente aquella impoluta habitación celestial volvía a darle la bienvenida.Dánica sabiendo que alguien la recibiría comenzó a caminar en busca de su querido amigo Filliph. Aunque tras unos buenos instantes aguardando y observando a su alrededor, éste no se había aparecido.
Se detuvo en su andar sin rumbo, extrañada al no verlo ni escucharlo.
Hasta que un aroma especial tocó su lastimado corazón arrancándole lágrimas de añoranza tras reconocer ese distintivo olor a flores y fruta tropical.
- Cuanto has madurado mi niña... - Se dirigió a ella una mujer de cabello castaño ondulado, largo y suelto vistiendo un vaporoso y hermoso vestido floral que le daba un toque hermoso a aquella dama de sonrisa materna y gran parecido a Megan. - Eres toda una hermosa mujer ahora.
Extendió sus brazos y Dánica corrió hacia ella sin querer desperdiciar ni un segundo de su presencia y cercanía.
- ¡¡Mamá!!. - Lloró desconsolada al verla y se aferró a ella no queriendo dejarla ir.
Se la habían arrebatado injustamente siendo solo una adolescente.
No pudo siquiera despedirse y se lamentaba cada día el no tenerla cerca. Ella había sido su roca a la cual aferrarse para mantenerse firme desde su llegada al mundo y en cuanto la perdió, Dánica quedó flotando en el vacío para luego caer ante la dura vida de adulto que debia asumir y obligarse en sostener a una pequeña niña de apenas ocho años totalmente dependiente de ella.
- Cuanto tiempo ha pasado desde mi partida... Aunque hallas crecido para convertirte en una hermosa mujer, solo yo puedo apreciar a la pequeña jovencita tenaz y a la vez temerosa que le encantaban mis caricias en el cabello. - Contó con añoranza la dulce mujer mientras acunaba el rostro de Dánica sobre su regazo para peinar sus doradas hebras. - No sabes cuanto me dolió dejarlas a la deriva cariño...
Una gota cayó en su mejilla para luego deslizarse y mezclarse con sus lágrimas. Al observarla Dánica notó la tristeza de su madre quien no dejaba de acariciarla y arrullarla.
¿Qué podía decirle? ¿Cómo consolarla cuando en su momento sintió rabia hacia ella y su padre por dejarlas? Solo para terminar reprochándose esos terribles pensamientos.
Después de todo había sido muy joven.
No sabía que decirle y ella lo comprendía mejor que cualquiera.
- No es necesario que hables mi amor. Solo disfruta de este breve momento juntas y permíteme decirte cuan orgullosa me has hecho sentir. - Le sonrió feliz a su hija quien aunque quisiera no podría decir palabra alguna, el nudo en su garganta por la congoja no le permitía hablar. - Sin embargo, también te pido perdón...
Antes de que continuara, Dánica se alzó de repente y comenzó a negar.
- ¡Tu no!...
- Ya lo sé. - La interrumpió. - Sé que dirás que no debo disculparme ya que fue un accidente el que nos separó. Aun así me disculpo por haberlas dejado solas en ese mundo de lobos y corderos, pero en especial me disculpo contigo por encargarte la gran y difícil tarea de criar a Meg, sacrificando tu felicidad. - Le acarició la mejilla con delicadeza y limpió una lágrima descendente con su pulgar. - Fuiste un gran ejemplo para ella y te debo el haberla guiado en su crecimiento. Hiciste un trabajo maravilloso.
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DOBLE CORAZÓN
RomanceCasius y Deviant están en busca de la humana indicada para formar un núcleo familiar. Ya están en la edad de procrear y tanto el inminente colapso de su pueblo como la presión de sus padres, los obliga a hacer un viaje a la tierra para escoger a la...