37.

14 4 54
                                    

Ambos chicos estaban de pie y sus piernas tambaleaban, sentían debilidad en todos los músculos y los mismos se tensaban entre ingobernables sensaciones de escape.

Sendai se abalanzó sobre los muchachos y estos cayeron con una mano en el cuello cada uno impidiendo que respiraran, posteriormente se desmayaron debido a la falta de oxígeno. Hades se levantó y caminó hasta la mujer pero fue empujado por esta y su nueva presa estaba a su merced.

-Perséphone nunca te amó -musitaba- y tú jamás lo entendiste

La vampiresa estaba encima de él y salivaba de forma excesiva haciendo que los hilillos cayeran sobre el pecho de Hades.

Hades percibió el aroma de rosas al rededor y un calor abismal nacía junto a él. Un siseo se escuchaba en el aire y la bestia que ahora era Sendai se puso alerta, dispuesta para atacar pero ninguno veía quién o qué provocaba esas sensaciones, incluso Hades percibía una presencia poderosa.

Un orbe de luz caía desde el techo, bajaba tan lento y enigmática era su luz, cada vez brillaba  más y más. Radamanthys y Minos se reincorporaban a la situación mientras algunas de sus heridas iban sanando de forma gradualmente veloz.

-¿Quién eres? -cuestionó Hades quien también iba sanando

En una especie de explosión de luces el orbe se expandió y dejó ver a un joven moreno con cabellos medianamente largos de colores vivos como el fuego, los ojos ardían con la misma intensidad que las hebras de su cabeza, la diadema que adornaba los costados de su cráneo simulaban alas pequeñas como en la antigua Grecia, una fina armadura dorada recubría partes de su piel y en la espalda había más armadura en forma de alas, una túnica que cubría desde la cintura hacia abajo dejando caer partes más largas en la parte de atrás y unos tatuajes en los brazos que irradiaban como el sol.

Aquel hombre se acercó a Ikki y Albafica y posteriormente se inclinó pero se vio interrumpido por Sendai quien se atrevió a tocarlo y este, en reacción inmediata, abrió la piel y su sangre, que también era dorada, se transformó en agujas que atravesaron a la vampiresa quien después de unos segundos comenzó a envejecer de forma inaudita hasta quedar hecha polvo.

El semblante de aquel hombre era el mismo; inmutable.

-Espera -gritó el rubio

Aquel ser se detuvo en seco.

-¿Qué les vas a hacer? -secundó Minos

Ninguno de los vampiros podría haber asegurado si los estaban mirando ya que los ojos no tenían iris alguna pero sólo obtuvieron una media sonrisa como respuesta.

Volviendo a lo suyo, se inclinó de nuevo y al parecer murmuró algo para después desvanecerse en el aire.

El peliceleste despertó como si hubiera salido de la piscina, como si le faltara el aire y tosiendo con dificultad.

-Ikki -Radamanthys corría hacia donde estaba su novio

Todos se percataron de que el moreno no respiraba.

-Despierta corazón -el rubio se estaba quebrando- n-no puedes dejarme -las lágrimas comenzaron a estancarse en los orbes de aquel vampiro

Minos se acercó a abrazar a Albafica quien no comprendía del todo la situación. Hades se acercó a su hijo y a Ikki.

-Hijo -musitó el mayor cuando el moreno empezó a toser 

-¿Ganamos? preguntó Ikki mientras sentía los brazos de su amado rodearlo

-Eres un imbécil -respondió

-Ya me habías salvado -continuó el moreno- era mi turno

El silencio se adueñó de toda la escena y Hades sonreía, muy pocas veces lo hacía pero esto lo ameritaba puesto que sus hijos eran felices, prensados de brazos y emociones a los que ahora eran sus yernos.

-Vamos a casa

------------------------------------------------------------------

Ya era tarde y en la casa Yomotsu Zaphiri estaba hecho un lío.

-Deberías de tranquilizarte -Cheshire soltaba

-¿Cómo me pides eso? 

-Seguramente están bien 

-No podemos asegurar nada y sin embargo estamos cuidando a esta estúpida

-Oye, seré del bando enemigo pero no tienes por qué ser grosero -respondía Marín

El sonido de la puerta principal llamó la atención de todos, incluso la de Lugonis quien estaba arriba con arma en mano.

-Iré a ver quién es -remató Zaphiri mientras ya estaba de pie casi corriendo

El pelirrojo bajó y pudo ver a su hijo abrazando a Zaphiri mientras este lloraba.

-Papá, me estás avergonzando -decía el peliceleste

-Siempre voy a preocuparme por ti 

-Gracias -dijo Lugonis mientras se acercaba a Hades y este sólo asintió

-Joven Minos -decía un entusiasmado Cheshire

Perla! -gritó el mencionado cuando abrazaba al otro vampiro

-También me da gusto verte 

Ikki observaba a todos muy felices y algo dentro de sí mismo se sentía en soledad pero duró muy poco esa sensación cuando el rubio lo abrazó por detrás.

-¿Qué sucede Mon lion?

-No, nada importante

-¿Seguro?

-Por supuesto -volteándose para besar al ajeno- es sólo que a veces...

-Luego terminas de besar a tu hombre -Albafica interrumpía- quiero presentarte a mi padres

-C-Claro -respondía

La escena era de verdad agradable mientras Zaphiri elogiaba la cicatriz del muchacho Lugonis se acercaba para abrazarlo y susurrarle algunas cosas, Minos, como siempre, exageraba sus historias cuando estaba con Cheshire y Hades simplemente fue por un trago de whisky, el rubio optó por ir a donde estaba la vampiresa.

-Veo que tuvieron suerte -fueron las palabras de Marín

-Será mejor que no volvamos a saber de ti -decía mientras la desataba

-¿Está viva?

-No

Marín sonrió y decidió salir a paso veloz dejando atrás la casa a la que nunca debió de haber entrado.

----------------------------------------------------------------

La noche llegó y con ella un ambiente familiar de lo más placentero envolvía el comedor de la gran casa de los Yomotsu; por el lado izquierdo  de Hades teníamos a Cheshire, Radamanthys e Ikki y por la diestra estaban Minos, Albafica, Lugonis, Kardia y en frente quedaba Zaphiri.

-Aquí comienza todo -hablaba el vampiro mayor- y creo que no puedo imaginar un futuro mejor para ustedes dos aunque claro me gustaría que su hermano estuviera con nosotros 

Un silencio incómodo y frío se apoderó del lugar salvo por algunos sonidos que provenían del pequeño Kardia.

-Por Aiacos -Minos se atrevió a alzar su copa en señal de brindis

-Por Aiacos -secundaron todos 

Todo continuó su curso; terminaron la cena y algunos fueron a dormir mientras otros se quedaron.

-Mon lion -empezaba el rubio- deberíamos ir a un hotel ya que la casa está llena

El vampiro estaba abrazando al moreno por la espalda, casi ronroneando en su oreja exigiendo cariño y tal vez una felación.

-¡Radamanthys! -recordando

-¿Qué sucede? -asustado

-Vamos a ser padres

El rubio, así como la noche, estaba taciturno, callado, misterioso, amoroso y bello. Con la luna en el firmamento y las estrellas en sus ojos.



Blood Singer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora