Blood Singer.

26.

La noche hacía de las suyas cobijando la ciudad con sus ruidos y ansiedad convertida en sonido.

-A ver si estoy entendiendo -Zaphiri trataba de no perder la cordura- ¿mi pequeño Albita está embarazado?

-Zaphiri -Hakurei explicaba- es la quinta vez que te lo digo

El escorpiano estaba sentado en la sala y su mirada de odio iba dirigida a Minos.

-No tengo ningún problema con que tú seas el padre, Shion -atacó Zaphiri

-Créame que tampoco me opongo a la idea -Shion vacilaba- pero desafortunadamente no es obra mía 

-Cuando Albafica mejore tendrá que elegir por su bien

El vampiro sólo optó por volver a salir a la camioneta, pasaría la noche ahí.

-Ahora resulta que el raro va a salirse porque le incomoda

-Eres un patán -contestó Lugonis

-¿A qué viene eso?

-Disculpen -el pelirrojo se dirigió a las visitas- pero necesito hablar con mi esposo

Hakurei sabía de sobra que estaban estorbando.

-Vámonos Shion -dijo el gemelo- mañana puedes ver a Albafica, además ya es tarde

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La tarde en el castillo era demasiado buena por no decir entretenida. Hades se ocupaba en la biblioteca buscando información, Cheshire se dedicaba a atender las flores que había justo en la entrada, era su pasatiempo favorito. Por otra parte Radamanthys logró raptar a Ikki para irse a otro lado del jardín trasero.

-El césped se siente muy distinto incluso

-Eres demasiado observador

-Sólo con algunas cosas

-¿Como cuales?

-Las que me hacen feliz

Radamanthys sonrió.

-¿Acaso sonreíste?

-No es que lo haga muy seguido, no te acostumbres

-Eso ya lo sé, pero es lindo

-¿Qué cosa?

-No cualquiera hace que hagas eso -pausó- por lo tanto significa que soy importante

-Eso es cierto mon lion

-¿Puedo preguntar?

-¿Qué cosa?

-¿Qué soy para ti?

El rubio cambió su expresión a un semblante bastante sombrío.

-Eres una ilusión -suspirando- las ganas de lanzarme al vacío sin paracaídas, tu juventud, tu riesgo, tu alma libre, eso es lo que más me gusta, tu libertad

-¿Por qué?

-No lo sé Ikki -pausando- pero ¿tú estás seguro de esto?

-Me traes calma -mirando fijo a los ojos ajenos- ¿cómo no amarte?

-Es muy pronto para que me ames, más porque soy un vampiro

-No tengo el beneficio de la inmortalidad, si no te amo ahora ya no podré amarte después

El rubio esbozó una sonrisa enorme.

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