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El cielo ya estaba claro y la ansiedad se apoderaba de la casa Yomotsu, el silencio de la incertidumbre embriagaba a Radamanthys y Albafica estaba en la mesa con un mapa de la ciudad y sus alrededores.

-¿Tienes idea de dónde pudieron llevarlos? -cuestionó el pisciano

-Si tan sólo el idiota de Minos hubiera puesto el localizador a la camioneta como se lo dije...

-Oye, Cejón, no es momento de reprochar -bufaba- las primeras horas son importantes cuando suceden estos casos

-Sólo porque eres la única persona cerca que puede ayudarme permito que me hables de esa manera

-También hay que pensar en qué haremos con ella

Marín seguía inconsciente, atada a la camilla que era de Aiacos.

-¿A qué hora llegan tus padres?

-Ya no deben de tardar -pensó- espero que Hades llegue también

-Me cuesta admitirlo pero tienes buena cabeza, ya sabes, para estas cosas

-Se llevaron a mi novio y a mi mejor amigo, no esperes que actúe como damisela en peligro

-Regresando a tu pregunta -estaba más tranquilo- no hay muchos lugares que yo conozca, como casas abandonadas o terrenos baldíos 

-La única opción es que esa maldita hable pero dudo que lo haga

-Hades puede hacerla hablar

-¿Tan seguro estás?

-Créeme, Hades es implacable y si no mueren los que hicieron esto entonces rogarán por hacerlo

-Al menos ya puedo decir que algo de mi suegro me cae bien

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-Señor Cid -Phantasos estaba un poco decaído

-Deja de lado las falsas modestias -sonriendo

-Afuera está su esposo

Cid no comprendía a qué se debía la visita de Sísifo.

-Haz que pase, por favor

El menor acató la orden, haciendo que el el tercero entrara y dejándolos a solas.

-¿A qué debo tu visita?

-Cid, por favor, sé que hice mal pero no puedes pedirme el divorcio

-Ya lo hice

-Cid, yo te amo

-Sabes, yo te amaba, mucho, y pude haber pasado tu insolencia por alto pero por amor a todos los dioses ¡cortejabas un alumno tuyo! 

-Ya no lo haré más

-Eso no puedo asegurarlo 

-A esa edad siempre buscan diversión y yo...

-Y tú eres tan imbécil como para acceder -suspirando- tú eres un adulto, Sísifo, se supone que deberías de tener la suficiente mentalidad ética para no acceder así sea él quien se insinuara

Un silencio parecido a la penumbra indagó en el intruso de aquella oficina.

-Retírate, por favor

Aunque quería quedarse, Sísifo optó por irse, sabía que había perdido todo.

-¿Señor? -entró el rubio- ¿todo bien?

El mayor sólo pudo aferrarse a su amante en un abrazo buscando reconfortarse.

Blood Singer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora