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-Pienso que eres demasiado impulsivo –soltó un rubio bastante animado

Ikki estaba esperando una causa de la respuesta, pero sólo obtuvo la necesidad de saber lo demás.

-También creo que esa marca tuya te hace ver como un pandillero

El más joven estaba poniéndose rojo.

-Y también...

¡Alguien ayúdeme!

Un grito de Albafica sacó de sus pensamientos a Ikki, lo cual lo hizo levantarse de su asiento e ir a ayudar a su amigo.

-Fica ¿qué sucede?

-Minos se desmayó –el peliceleste estaba asustado y con la ropa a medio poner

-¿Tu cliente?

Radamanthys, al escuchar las palabras de los chicos, salió casi corriendo para ver qué era lo que acontecía con su hermano.

-¿Se desmayó? –el mayor llegó a imponer

-Ehm –Albafica estaba atemorizado- sí

Radamanthys se acercó a su hermano, quien estaba sentado en uno de los sofás con el pantalón y el bóxer abajo y, efectivamente, no reaccionaba. El mayor sacó su celular e hizo una llamada.

Las personas no tardaron en hacer alboroto en las cabinas del burdel, lo cual atrajo la atención de Kagaho.

-Albafica ¿cierto? –dijo el mayor de los Yomotsu- necesito que me acompañes, llevaré a Minos con nuestro médico de cabecera y al ser tú la persona que vio a mi hermano colapsar necesito tu versión

-Pero –intentaba contestar

-Supongo que no te gusta a la manera bruta ¿verdad?

-Anda Rosa, deberías de ir –Kagaho alentaba a su trabajador

-Está bien –terminó por aceptar

-Todo saldrá bien Fica –Ikki se hallaba fijo en querer consolar a su amigo

Radamanthys se encargó de vestir el cuerpo de Minos y cargarlo a la camioneta que él mismo le había regalado, Albafica ayudó con el saco de Minos y el del rubio aunque estaba más bien en estado de shock, Ikki iba detrás de ellos y ayudó a acomodar a Minos en la parte trasera.

-Gracias Pandillero

-Espero no sea algo grave

-Créeme, somos huesos duros de roer –el rubio se montaba para conducir el vehículo

La camioneta ya estaba encendida y había soltado un rugido proveniente del motor.

-Asquerosamente adorable

-¿Disculpa? –Ikki se sorprendió ante tales palabras

Radamanthys sólo pudo soltar una carcajada, luego arrancó.

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Hades siempre fue un hombre sabio, lleno de conocimientos de todo tipo pero lo que más le llenaba el alma eran sus tres hijos.

-Jamás me arrepentiré de mis tres estrellas

Aunque sintiese mucho amor por ellos nunca se los demostraba de una manera afectuosa, más bien, hermética.

Hades recordaba las circunstancias de su entorno en las que sus herederos sufrieron su transformación, excepto la suya, eso se debía a ciertos acontecimientos en la 2da Guerra Mundial donde fue víctima de cientos de experimentos.

Blood Singer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora