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-Ow Ikki, por lo que veo no dormiste muy bien –Albafica tomó por el hombro a su amigo

La tarde ya había terminado y la negrura de la noche ya estaba dando comienzo, con su luna menguante y el típico aroma a ciudad sin embargo era una noche estrellada, algo muy raro.

-Sólo dormí dos horas, no es nada importante

-Me preocupas, si quieres puedo cubrirte esta noche

-Gracias Fica, pero necesito el dinero y es dispensable atender a los clientes para ello

-¡Shhh! No lo digas tan alto

-No me avergüenza decirlo, después de tanto uno se acostumbra

Albafica es compañero de trabajo de Ikki, tiene 23 años y es ayudante general en otra área de la empresa.

-Tienes razón –dijo más tranquilo- por cierto ¿cómo se portó Manigoldo?

Ikki detestaba a ese tipo y que su amigo fuera pareja de él le incomodaba, más por el acoso constante del mayor.

-¿A qué viene tu pregunta?

-Lo he notado bastante extraño

-¿Extraño?

-Me preguntó sobre la talla de anillo que uso así como qué tipo de rosas prefiero –acentuaba cada sílaba- yo creo que me va a pedir matrimonio

-Espero sea eso

-¿De verdad? –dijo sumamente asombrado

-Eres mi amigo, en estos últimos años has sido la persona que me ha acompañado en todas ¿por qué no desearte felicidad?

Albafica se lanzó a los brazos de su amigo, enternecido por las palabras y melancólico por su situación actual.

-Sólo no te olvides de los que seguiremos en ese burdel –Ikki dijo con total sarcasmo

-Jamás podría Pollito

-¡Ya te dije que no me llames así! –gritó el joven de cabellos cortos

-Deberías de controlar ese carácter –comenzó a reír

-Se está haciendo noche Fica, sabes lo que Kagaho piensa de los retardos

-Ahhh –suspirando- ese saco de plumas, tienes razón, es hora de irnos

Ambos se fueron caminando, no quedaba tan lejos su destino, después de todo necesitaban despejar la mente.

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Shun había pasado su tiempo limpiando lo poco que dejó su hermano. Hizo la cena y lavó los pocos trastos sucios así como guardó parte del dinero que Seiya le había entregado en una caja que su hermano escondía con recelo, después de eso, agregó agua a la maceta que Shiryu le había entregado.

El apartamento era muy pequeño, constaba de un baño sencillo, una habitación donde se encontraba una cama matrimonial y un ropero algo grande, un cuarto donde se hallaba el refrigerador, una parrilla eléctrica, una mesa pequeña y el minúsculo lavabo de los trastos. A pesar de su falta de recursos Shun siempre mantenía esa esperanza de que la situación mejorara además de ser un excelente estudiante.

Eran las 09:00pm y Shun ya necesitaba dormir, el cansancio se hizo presente pero no lo hizo sin antes pedir sus plegarias, como cada noche.

-Oh Dios –juntó sus manos- siempre he confiado mi vida a ti, muchas gracias por este día y por los buenos amigos que nos rodean a mi hermano y a mí –hizo una pausa- ya hablando de él, me agradaría que saliera un poco más, que estuviera con sus amigos y que encuentre a alguien especial –se aclara la voz- Ikki es un poco complicado, hay mucho de él que no podré comprender... tal vez un ángel lo comprendería

Blood Singer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora