PRÓLOGO

381 31 30
                                    

Durante el reinado del monarca Niall Horan y su bella esposa y reina, Eris Shallow, las cosas en Inglaterra iban viento en popa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Durante el reinado del monarca Niall Horan y su bella esposa y reina, Eris Shallow, las cosas en Inglaterra iban viento en popa.

Permíteme ponerte en contexto de los acontecimientos que han surgido a lo largo de esta historia.

Después de la separación, la pérdida y el cambio, los actuales reyes de la nueva nación decidieron dedicarse más a su reino y vida marital, por lo que, al cumplir los dos años de edad, el príncipe James no sería más el único hijo del joven matrimonio. Si bien es sabido que engendrar herederos, trae mucha más estabilidad al reino, aquellos dos seres que juraron amarse incondicionalmente, querían expandirse.

Fruto de ese amor, un segundo príncipe nació.

Las grandezas llegaron al palacio de Buckingham, cuando supieron que un varón sería el tercero en la línea de sucesión.

Elliot Wilhem Alexander Louis fueron los nombres escogidos para el pequeño royal.

El tiempo siguió pasando y con él, la idea de otro bebé, llenaba sus cabezas aunque  el pequeño Elliot apenas fuese uno y esque, ambos querían que sus hijos no se llevasen tantos años de diferencia, querían que en un posible futuro, fueran tan unidos por las mismas cosas y los mismos gustos como alguna vez lo fueron ellos con su grupo de familia en sus años de adultos jóvenes.

Después de intentarlo e intentarlo y miles de pruebas de embarazo negativas, Eris creyó que ya no podría tener más hijos.

Por supuesto, algo en ella se llenó de desilusión.

En aquel momento, ambos se dieron cuenta de lo grande que querían hacer a su propia familia, aunque ya no pudieran, ellos jamás perdieron la esperanza. No quisieron forzarlo demasiado, cuando el momento se diera, cuando Dios lo quisiera, tal vez y sólo tal vez, serían bendecidos nuevamente.

Y entonces, las cosas tomaron un nuevo rumbo.

Exactamente un año después del nacimiento del príncipe Elliot, el tercer, último e inesperado embarazo de la reina, se hizo público.

Fué una grata sorpresa para todos, para ellos más que nada.

La mejor de las alegrías.

Todo el mundo especulaba que aquel castillo destilaba testosterona hasta por las paredes. La mayor parte de los regalos que recibieron de parte de la gente, fueron de distintos tonos de azúl.

Todo el mundo creyó que sería otro varón, todos estaban seguros, incluso los mismos reyes. Pero la sorpresa les cayó como un balde de agua fría el día del parto, recibiendo así entre sus brazos a lo que Niall describe como "la luz de sus ojos".

Durante las ecografías, no se lograba distinguir el sexo del bebéya fuera por la posición en la que se encontraba u otro inconveniente, por lo que dedujeron que por la forma de sus piernas, sería un niño.

Y erraron en toda su magnitud.

Una fuerte, sana y hermosa princesa llegó al reino. Captando las atenciones de todo aquel que supiera de su existencia.

Lo curioso, fue que a diferencia de sus hermanos, la pequeña no heredó los ojos de su padre, sino los de su madre. Aquellos felinos y penetrantes orbes color ámbar le pertenecieron en su totalidad.

Un valioso y significativo rasgo fundamental, nisiquiera se necesitaba ser un genio para saber que aquella nena de ojos almendrados y abundantes pestañas sería reconocida como la primera hija legítima del rey.

Tenía la misma complexión de su padre y los ojos, nariz, boca y mismo cabello idéntico al de su madre.

Una copia exacta de ella pero también podías ver el rostro de Niall a través del suyo.

Desde entonces, ha sido la consentida de la familia. La consentida de su padre, de sus abuelos, tíos y hermanos.

Después de corroborarlo unas cuantas horas, se decidió a primera mano el nombre que la princesa portaría.

Allison Danelya Hannelore.

Desde entonces, la familia ha sido más feliz que nunca. Aunque en las reuniones siempre falte un miembro, esperan con ansias el día en el que por fin se reúnan todos como en los viejos tiempos.

El recuerdo de Louis al aparecer ya no duele, no como antes. Su simple mención hace que todos lo recuerden como un hermoso momento de sus vidas, uno que jamás será reemplazado por nadie.
Han pasado ya nueve largos años desde aquellos tortuosos acontecimientos. Los recuerdos no se van y solo esperan el siguiente impacto de bala que los llevará a la destrucción.

Pero esta historia aquí no concluye, adorados lectores, porque recuerden que alguna vez existió un sabio que dijo "La felicidad no es para siempre y mucho menos es eterna" las cosas que eventualmente inician y se desarrollan, al final tienen que terminar. En punto de colisión o en momento de arrepentimiento.

Tienes que saber que el golpe de la realidad duele más que una simple bofetada en la mejilla. Porque si tarde te das cuenta de donde se encuentran parados tus pies, el tiempo se te habrá agotado.

Y el efecto, jamás podrá ser revertido... ¿O si?

“Ni toda el agua del áspero mar puede quitar el óleo a un rey ungido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

“Ni toda el agua del áspero mar puede quitar el óleo a un rey ungido.”

AllfEdwardS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AllfEdwardS. ✨

𝐒𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑 #𝟑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora