XVII

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XVII. Creyente

—Es alucinante, todo tan excéntrico, tan elegante, ¿No crees?

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—Es alucinante, todo tan excéntrico, tan elegante, ¿No crees?

—Maravilloso. Es claro que su majestad siempre ha dado lo mejor y más exclusivo a sus hijos.

—Me encanta la decoración.

—Y la champaña es deliciosa...

Isabel sonreía orgullosa caminando por todo el salón entre la gente con el mentón en alto mientras los invitados se percataban de su presencia y revereciaban la omnipotencia, el vestido y corona que se robó la atención apenas puso un pie en el salón imperial.

Se había redoblado la seguridad ya que el palacio y sus alrededores estaban atestados de periodistas. Los medios de comunicación no se daban a basto, no habían podido obtener una imagen clara pues al ser este un evento de talla internacional, el rey quería que todo quedase a puertas cerradas.

La familia real hizo su primera aparición. El rey y los príncipes portando trajes diseñados para parecer un juego completamente parecido, a diferencia de los pañuelos en el saco. El de Niall sería de color rojo, mientras el de los príncipes un azul rey bastante suave que contrastaba con la tela oscura y los mocasines negros perfectamente pulidos. Pulcros, adoptando posturas rectas.

Aisha portaba un bonito y elegante vestido Uterqüe en color Avocado.

¿El código de vestimenta? Etiqueta rigurosa. Cada invitado, cada palacial, cada duque, Archiduque, conde, Vizconde, Lord o Lady conocían el gusto indumental de los Royal. Elegancia, discreción, versatilidad.

La madre de la princesa Turca aguardaba usando un bonito vestido completamente cubierto, mangas largas y un Hiyab en tonos tierra, beige y Avocado.

La duquesa de Sussex (Bárbara), los padres de la reina y el príncipe de Liverpool (Harry) optaron por algo más casual, colores otoñales sin dejar atrás las joyas y piedras preciosas para las mujeres.

—¿Y Eris?

Se cuestionó la madre de la misma, mientras Isabel daba la bienvenida y agradecimientos a los invitados que esperaban emocionados en la sala de actos.

—Alisson tampoco está por ningún lado. ¿Dónde está Kalani?

—No lo sé. —respondió el soberano.

—Que desfachatez la impuntualidad de esta gente. —susurró Ayşe solo para que Aisha pudiese escucharla.

—Esto es lo que pasan por alto madre, no hay respeto.

𝐒𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑 #𝟑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora