❝El amor y la traición no van de la mano. Y donde hay secretos y falsedades... hay demonios acechando más allá de las sombras.❞
|TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA KINGDOM|
*No leer sin antes haber leído BLACK y WHITE*
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—¿Te fijaste de la cara que puso? —rió con burla —estaba roja del coraje. Quedó como una estúpida con Niall.
El altercado.
Bien, hace unas horas durante el almuerzo, la reina había pedido un menú en específico a sabiendas que nadie en general lo había organizado. Sería filete de Ternera y todo estaba bien, hasta que durante la misma hora, Aisha la culpó de haber sacrificado a otro animal cuando para empezar ella había ordenado sacrificar un pavo para el almuerzo sin considerarlo antes siquiera con la chef en cuestión. Eris no lo sabía, de otra forma, no habría pedido aquellos filetes y no se desperdiciaría tanta carne.
Se nota que la ambición por molestar se le da bastante bien a la morena.
—Aisha, estás jalando mucho la cuerda. —menciona Elena tendiendo perfectamente la cortina del harén. Mientras tanto, una de las mucamas, Julissa, llama a Elena pero en cambio, es Aisha quien se voltea enervante y deja a un lado su taza de té.
—Elena... —la muchacha menciona pero nisiquiera la dejan terminar cuando Aisha se encuentra atacandola.
—¿Tú que haces aquí, eh?, ¡Largo!, ¡fuera, no te quiero ver cerca de las estancias privadas!, ¿Te quedó claro? —entonces la reina hace presencia siendo acompañada por Kalani e Isabel escuchando absolutamente todos los gritos desde su posición. —¡Lárgate con los puercos, que ese es tu lugar!
—¡Julissa...! —es Eris quien levanta la voz totalmente indignada por las palabras con las que Aisha se refirió a la manecionada. La morena volteó exasperada y caminó hasta encararla. El harén seguía siendo Harén, pero sería Aisha quien se encargara de este por órdenes del rey ya que Eris tenía obligaciones como reina y salía de sus manos el poder hacerse cargo de la dirección del mismo. —Tú no tienes porque hacerle caso a ésta... que no tiene más autoridad que tú o Daye en este lugar. —Aisha ríe con amargura cruzándose de brazos con la mirada desafiante.
—Pues ésta... es quien da las órdenes aquí, Niall así lo pidió. —la reina asiente optando su misma postura.
—A lo mejor así eran las cosas antes pero...
—No, no, no, no pero nada. Después de su regreso de Escocia, Niall me pidió que me hiciera cargo... porque sabe perfectamente que yo puedo llevar el harén mucho mejor que tú. —Isabel estaba por hablar, pero Eris se lo impidió. —La prueba está en toda esa carne que se desperdició por su culpa.
—¡Se acabó Aisha... se acabó! —un par de pasos las distanciaron, aunque Eris no tardó en caminar hasta ella y ahora si, estar a centímetros de distancia, mismos donde cualquier cosa podría pasar. —¡De ahora en adelante nadie va a hacer nada en este harén si yo no lo ordeno antes! —habla lo suficientemente fuerte como para que sus palabras sean dirigidas a todas las chichas y sirvientas que se encuentran presenciando la discusión. Esta vez si mira directamente a los ojos a Aisha.
