Capítulo 3

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Habían pasado más de 10 días desde la conversación con Shoto en los termales; ese día, había sentido las cosas más extrañas en toda su existencia acerca de su mejor amigo y eso la había desconcertado a niveles grandiosos. Aunque fue perfectamente capaz de tener una tarde excelente a su lado, una vez en su casa se había deshecho en un manojo de nervios y lágrimas con respecto a sus sentimientos.

Ella quería a Shoto, siempre lo había querido, y no se había dado cuenta en qué momento el amor de amigo que le tenía había cambiado al que ahora sentía por él; sólo el hecho de pensar en que el bicolor tuviera que casarse le había permitido ser consciente de su situación sentimental porque hasta ese momento fue que descubrió que algún día ella dejaría de ser la única mujer, que no era de su entorno laboral o familiar, que era constante en su vida.

— _______, ¿Qué te pasa? —.

Saltó en su silla al escuchar la voz de Ochako Uraraka, su mejor amiga y su más grande rival. Se giró para observar a Ochako con un conjunto de lencería azul, llevaba unos tacones blancos y el cabello recogido en un moño alto, allí parada se veía preciosa, como todo un ángel castaño y de ojos avellana.

Dejó la brocha sobre la mesa y le sonrió.

— Nada, sólo pensaba —.

Ochako torció la boca.

— ¿Pensando en eso otra vez? — le vio bajar la mirada y suspiró — Ay, _______, hagamos una cosa, terminemos esta sesión e iremos juntas a por una malteada —.

_______ agrandó los ojos y se rió con suavidad.

— Ochako, tu nombre y las malteadas no pueden estar en la misma oración, a menos de que sea una de negación —.

La castaña se rió con suavidad apartando la bata de _______.

— Usualmente eso es verdad, pero esta ocasión amerita una, grande y de fresa — le sonrió mientras dejaba la bata de lado y contemplaba el conjunto verde que llevaba su amiga — Te ves preciosa, _______ —.

_______ sonrió mientras arreglaba su cabello, el tono del conjunto que llevaba le resaltaba los ojos y le gustaban los tacones dorados que hacían juego con la lencería, incluido el liguero que se ajustaba a su cintura.

— Gracias — haló a Ochako de la mano mientras la castaña se reía.

***

— ¡Ay, Shoto tienes que perdonarme que use tu televisor! — Mina entró corriendo a la oficina de Todoroki causándole una pequeña sorpresa que al instante se esfumó; ella solía entrar sin su permiso a su oficina solamente a mirar cosas de farándula.

Él había pensado casi un millón de veces que su autoridad frente a su secretaria estaba en tela de juicio, pero lo cierto es que apreciaba tanto a la pelirosa que no le importaba. Se reclinó en su silla y le quitó el control remoto de la mesa, ella lo miró con odio en esos ojos chocolate y encendió el televisor sin ayuda del control.

— ¿Que quieres ver? — le preguntó por pura curiosidad.

Ella soltó un suspiro soñador mientras localizaba un canal.

— Hoy saldrá por fin el comercial de Victoria's Secret en el que participa tu mejor amiga, Todoroki, ¡No puedo perdérmelo! —.

Eso llamó la atención del bicolor, quien levantó su cabeza hacia la pantalla. En efecto, estaban emitiendo un programa en el que explicaban algunos detalles como que el comercial de este año había sido grabado en Japón, en uno de los conocidos túneles de cerezo que habían por toda la ciudad. Cuando empezó a pasar por cada una de las modelos todas aparecían bastante sensuales, cosa que hizo que Shoto prestara más atención.

Love DealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora