Capítulo 6

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— ¡Oh tu! voy a matarte— Mina salió de forma apresurada de su escritorio en cuanto vio como él salía del ascensor. Con su metro sesenta centímetros le plantó frente a su propio jefe — ¿Por qué no me lo dijiste? —.

Él recargó su peso sobre una pierna y la miró sin entender — ¿Decirte qué, cariño? —.

Ella chilló indignada por el apodo — ¡No te hagas el imbécil!, sabes de lo que estoy hablando —.

Los ojos de él brillaron con cierto enfado — Mina, no me gusta que me llames así, lo sabes — parpadeó confundido — Eijiro no me dijo a qué hora pasaría —.  

Ante la mención de su socio la pelirosa olvidó un poco su enfado y se puso colorada. Shoto sonrió, a Mina le gustaba muchísimo su socio y amigo, desde la primera vez que lo había visto había quedado encantada con él y Kirishima, por su parte, parecía no serle indiferente, pues cada vez que lo visitaba siempre llegaba con anticipación a la hora pactada para poder charlar con su secretaria y en algunas ocasiones le traía algún tipo de detalle, de modo que todo el escritorio de la pelirosa estaba repleto de las chucherías que le traía.  

Ella pareció recordar su anterior enfado y lo miró de forma burlona.  

— Me tomaría en serio ese tono de advertencia si no supiera lo mucho que me quieres y que has aguantado insultos peores de mi parte — Ella tenía un punto, él la quería como a una hermana — Ahora, ¿Por qué no me habías dicho que has terminado con Momo y andas haciendo tiempo con _______?, creí que las flores que me pediste ayer eran para esa chillona mujer por alguna especie de reconciliación, casi me desmayo cuando anunciaron que habías terminado con ella —. 

Shoto sonrió, estaba impresionado de la efectividad de sus relaciones públicas. 

Antes de que pudiera responderle la puerta del elevador se abrió y por la reacción de Mina supo que Kirishima había llegado.  

Estaba vestido de negro, traje y camisa, con el pelo largo orientado hacia atrás y alrededor de su rostro; lucía serio pero en sus ojos se notaba que le causaba curiosidad ver a Mina haciendo frente a un hombre que le sacaba al menos unos treinta centímetros de diferencia.  Kirishima y Shoto eran bastante parecidos en gustos, por eso eran buenos amigos, pero en tanto personalidad, eran todo lo contrario.  

— ¿Tengo que preguntar? — Shoto se dio la vuelta mientras negaba.  

— No, solo respondía algunas dudas de farándula a mi carismática secretaria — Kirishima sonrió de lado ante eso — Es un placer verte, hermano —.  

El oji rubí pasó su mirada de Shoto a Mina unos segundos antes de volver a mirar a su socio — Igualmente, siento lo de Yaoyorozu —.  

Shoto se encogió de hombros con indiferencia — No importa, en serio — miró de reojo a su secretaria — Dame unos minutos mientras termino de llegar y te atiendo —.  

Kirishima asintió con una pequeña sonrisa cómplice — De acuerdo, esperaré aquí, tómate tu tiempo — Shoto entró a su oficina dejándolo solo con su secretaria.  

Hoy ella estaba particularmente bonita, vestía una blusa blanca algo ceñida a sus curvas y una falda tubo roja, igual que sus labios, que se le ceñía a las caderas. Su cabello estaba suelto y tenía algunos mechones rebeldes adornando el margen de su cara.  

— Me gusta — Comentó sorprendiéndola.  

— ¿Perdón? — preguntó ella ligeramente confundida por aquellas palabras. Había estado perdida pensando en lo bien que se veía vestido de negro y escuchar su voz la  hizo regresar de forma abrupta al mundo real.  

Love DealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora