Love Message ♡ 《 Jeon Jungkook 》

☁︎ ᴘ ʀ ᴏ́ ʟ ᴏ ɢ ᴏ ☁︎

Las clases estaban por terminar, todo el día estuvo lloviendo, por suerte siempre guardaba mi sombrilla dentro de mi casillero para los días lluviosos.
Al término de las clases, para mi mala suerte mi paraguas no estaba en su lugar, era lo único que hacía falta por lo que pensé que alguien lo habría tomado.

Me decidí a irme, bajé por las escaleras para llegar a la planta baja del edificio de la escuela, todos los alumnos me pasaban por un lado casi corriendo, por mi parte llevaba un ritmo tranquilo.

Salí de las instalaciones con la esperanza de encontrar a alguno de mis amigos o a mi hermano y que llevasen un paraguas para volver a casa sin mojarme pero por desgracia no veía a nadie conocido. Me paré debajo del techo en la puerta principal de mi escuela, esperaría a que terminara de llover, lo último que quería era pescar un resfriado.

Ya casi no quedaba nadie en el edificio y al parecer la lluvia no cesaría pronto por lo que me coloqué la gorra de mi sudadera que llevaba extra y me dispuse a caminar pero antes de dar el primer paso, alguien se paró detrás de mí, estiró su brazo con una sombrilla abierta la cual evitó que yo comenzara con mi caminata, estaba por darme la media vuelta y ver de quién se trataba pero me detuvo con su otro brazo, me tomó de un hombro impidiendome así el poder girarme para mirarlo.

— Espera... — Se detuvo un segundo. — No me mires.

— ¿Quién eres?¿Porqué no puedo verte? — Respondí dándole la espalda.

— Quiero seguir manteniendo mi identidad en secreto, soy el chico de los mensajes.

Sabía perfectamente que se trataba de aquel chico misterioso con el que llevaba un tiempo intercambiando mensajes, lo que no podía entender era como él sabía quien era yo o porque quería mantenerse en el anonimato.

— Te llevaré hasta la parada del autobús, caminaré detrás de ti, solo promete que no me mirarás. — Habló.

— ¿Cómo estás tan seguro en que te haré caso? — Cuestioné.

— Confio en ti. — Respondió con seguridad, a lo que yo sonreí en silencio y comencé a caminar.

Al ver mi acción, él la imitó y comenzó a seguirme el paso por detrás mientras sostenía el paraguas para no mojarnos.
En un par de minutos llegamos a la parada del autobús, el techo del banco de espera cubría la lluvia.

— Gracias por traerme, pero será mejor que te vayas o no podré resistir a la tentación de saber quien eres. — Añadí en tono de broma.

— Te enviaré un mensaje más tarde. — Replicó soltando una risa.

Escuché sus pasos marcharse, ya no sentía su presencia, pero no quería mirar atrás, aunque sabía que él ya no estaba ahí, algo muy dentro de mí me decía que no debía mirar, que tal vez terminaría arrepintiendome cuando me enterara sobre quien era esa persona, que terminaría siendo lastimada de una u otra forma.
Mi autobús no tardó en llegar y sin ver a mis espaldas subí al vehículo para volver a mi hogar.