¿Alguna vez te haz enamorado?
Jeon Jungkook creyó estarlo, creía que amaba con todo su corazón a una persona, pero estaba equivocado, el amor puede resultar muy difícil pero al mismo tiempo demasiado fácil.
Después de un desamor, encontró a la pers...
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᯽ Jungkook ᯽ ______________________________
Martes por la mañana, la temporada de lluvias había llegado, me encontraba sentado en mi lugar mientras esperaba a que el profesor llegara, veía a través de la ventana como el agua caía del cielo gota tras gota, no había hablado con Minji en ningún momento desde que me llamó y Jimim contestó.
— Brrr que frío hace con esta lluvia. — Reconocí la voz inmediatamente, era Minji quién había entrado al aula con las manos en su boca para darle ventilación caliente.
Se sentó en su lugar casi temblando, sin dudarlo tomé mi sudadera la cual tenía en el respaldo de la silla ya que yo no tenía frío.
— Pontela, si sientes mucho frío podrías enfermarte. — Se la acerque.
— N-no es necesario.
— Claro que lo es, anda aceptala. — Sonrió tímidamente, terminó por tomar la sudadera y ponérsela.
El profesor llegó, inició su clase yo esperaba ansioso a que Minji se decidiera y me invitara a salir. Cuando el maestro dejó el trabajo de clase se sentó en su escritorio para que nosotros trabajaremos, en ese momento Minji llamó mi atención.
— ¿Jungkook? — La miré inmediatamente para esperar que diría. — ¿Podrías prestarme tu goma para borrar?
Decepcionado le entregué mi borrador, lo utilizó y me lo devolvió. Cuando se dio por inicio el receso, Minji quiso entregarme mi sudadera pero se lo negué, la convencí de que se la quedara para que no pasara frío, salió al comedor, en cambio yo me quedé en el aula. Más tarde entro Jimin junto a Taehyung hablando entre ellos.
— No quisiste acompañarme a comprarlo, así que no te lo prestaré. — Dijo Jimin.
— Anda, también quiero jugarlo. —Añadió Tae rogando.
— Hola chicos. — Les llamé la atención.
— Hey hola. — Contestaron al unísono.
— Ah que suerte si la dejó aquí. — Jimin se acercó a la mochila de Minji.
— ¿Qué haces? — Pregunté curioso.
— Olvidé mi sombrilla en casa así que me llevo la de Minji.
— ¿Vas a dejar que se moje? — Repliqué.
— ¿Tu traes paraguas? — Asentí. — Entonces no se mojara, acompañala y cúbrela de la lluvia. — Sonrió haciendo que sus ojos desaparecieran.
