-Entonces... Te quedas con un chico el viernes, ¿no? -Marie me pregunta.
Al llegar a casa había tenido que cenar con Marie, puesto que el idiota de su jefe le dio la tarde, y ella se esmeró en un perfecto plato de pasta. ¡Pasta!
Había ocupado todos mis trucos para evitar las quinientas calorías del plato completo y con sólo doscientas cincuenta ella se dio cuenta que "Algo me pasaba".
La oportunidad de perder mi cena con la verdad de Malik lo había hecho mejor. Mi conciencia estaba limpia y mi estómago estaba a medio reventar, pero eso no sería por mucho.
-Sí. -Respondí.
-¿Y por qué?
-Es un amigo, lo acompañaré a la galería que abre un desconocido en el museo de su hermana. -Comento recogiendo su plato, evitando que ella vea más tiempo el mío.
-¿Y debo creerme eso? -El tono de su voz, sarcástico, me advierte que va a volver a molestarme.
-Sí -Afirmo tirando los restos por el basurero.
Ella sigue con sus burlas y juegos mientras limpio las cosas que usamos para engor... Comer. Ella sigue incluso cuando me encierro en el baño para una ducha. Parece como una chica de trece de años y no como la mujer de veinticinco que trabaja como abogada.
La ducha hace un ruido infernal, y lo agradezco de por vida, el golpeteo del agua contra la cerámica y el ruido de la cañería hace una armonía con la música de mi teléfono.
El vapor hace que el espejo sea casi invisible, y solo cuando esta lleno de la fina capa blanca me dejo desvestir. Y me arrodillo contra el inodoro.
Mis dedos, índice y medio, rascan mi garganta suavemente, mi garganta los reconoce de inmediato, y es en ese momento que mis entrañas cooperan. Se apretan unas con otras y mi estómago hace un giro horrendo hasta que logra subirlo todo.
Una canción de The Beatles cubre mis arcadas.
Cuando estoy en la ducha ocurre algo extraño; algo que no pasaba hace mucho, pero lloro pensando en lo que he hecho. Purgar no fue mi elección, era algo necesario, las voces no me dejarían tener tantas calorías dentro.
Soy una esclava, y necesito que me rescaten.
El día jueves llega tras un examen de biología, y termino en la cafetería junto a mi nuevo novio de mentira. Malik trae entre sus labios un cigarrillo sin encender, y varias personas nos miran con curiosidad.
Malik es el chico malo, el que no se mete con nadie si no se meten con él, puede fácilmente romper en pedazos a una persona. Tiene problemas de ira y es adicto a la nicotina, tiene tatuajes y una motocicleta, viste de negro y algún color al azar, usa cuero y botas, y un corte de cabello poco común.
¿Y tiene que ver ese chico con la indefensa Ana?
Ana es el apodo de "Anoréxica". Es una chica débil y solitaria. Fue la chica que lo tenía todo y acabó con nada. Ana es la chica que todos miran raro, es la joven que no sabe la diferencia de delgada y desnutrida. Ana es mi apodo. Yo soy ella.
-¿Ya buscaste tu traje? -Es lo que se me ocurre preguntar. Nosotros hablamos, sólo que en estos casos no hay temas muy frecuentes.
-Mi hermana lo encargó por mi. Debes acompañarme hoy -Afirma tranquilo. Eso no es normal.
-¿Ingeriste algo? -Pregunto asustada y ríe con ojos muy cálidos.
Nunca voy a entenderlo por completo, pero siempre agradeceré la forma de ser que tiene conmigo. Él siempre estuvo ahí, cuando era la gran Skylar, y cuando soy la pobre Ana.
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Ana || Liam Payne ||
FanfictionLas palabras lastiman, pero ¿Hasta qué punto pueden hacerlo? -¿Por qué todos te llaman Ana si ese no es tu nombre? -Porque todos creen que tengo anorexia -¿Y por qué les crees? -¿Y por qué tu no? ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Historia...