Me despierto con frío. No era algo de extrañar, hace mucho tiempo que el hielo se había vuelto parte de mí. El frío, y el odio a la primavera solo habían sido comienzo.
Tengo las mantas enredadas en todo mi cuerpo, es como si alguien me hubiese enrollado ahí antes de dejarme en la cama, con más mantas encima. Aún con todo el peso de la ropa de cama, al frío del invierno próximo se cola por mis huesos.
Suspiro. Y es ahí cuando noto el extraño aroma. Es como desodorante y colonia, y tal vez, manzana. Es como la extraña combinación de aroma de Zayn.
¡Zayn!
Abro los ojos de golpe, encontrándome en una habitación de paredes blancas y azules marinos, la cama en sí, es negra, salvo sus sábanas, que son del mismo tono blanco que las paredes.
Me incorporo algo extrañada de encontrarme en unos enormes pantalones, y un sweater que es tres veces mi tamaño. El dolor de mi estómago es lo único que mantiene a las voces calladas.
Mis mejillas se colorean al recordar los hechos de anoche. Aunque solo fue un desmayo, siento como que he dejado a Zayn en ridículo frente a los demás, y frente a Liam y su hermana. Soy una tonta.
Sí, lo eres. Una tonta y estúpida niña gorda. Tan, tan gorda, que no pudo permanecer en las gimnastas por más de un año y medio...
—Despertaste —La voz de Zayn viene tranquila, con su precensia pacífica y calmada. De alguna manera, Zayn siempre me hizo sentir segura, aunque nunca llegué a saber de qué.
Zayn viene con una botella de agua, y la agradezco suavemente mientras tomo un largo trago de ella. Entonces veo la mano extendida de Zayn.
Solo cinco almendras. Tal vez por esto es que me llevo tan bien con Zayn.
—No me habías dicho nunca que eras tan buena actriz —Zayn dice con una sonrisa mientras entra en su armario. Él se asegura de cerrar la puerta.
—¿Por qué lo dices? —Pregunto a cambio, confundida.
—El ataque de pánico, realmente me asusté...
El recuerdo llega demasiado nítido para no gusto. Recuerdo la escultura, los huesos sobresalientes, la falta de músculos, la pintura detallada... Ella era hermosa. Solo fue mi desesperación de saber que yo nunca sería como ella.
Siempre fui de manos pequeñas, por eso nuestras manos calzaban. Yo estoy demasiado gorda para eso.
—Solo... Necesitaba salir de ahí. Lamento haberme dormido después. —Miento, pero se siente tan natural que a él no le importa.
—De todas formas, de eso iba el trato —Él me responde saliendo de su armario con unos jeans rasgados, y una camiseta blanca de cuello V. Él lleva poca ropa en comparación de mí, y yo tiemblo todo lo que temblarían cien personas. Pero para nosotros es normal.
Recuerdo la vez que conocí a Zayn hace dos años. Yo había llegado recientemente a Bradford, y Zayn estaba en serios problemas para conseguir cigarrillos. Yo tenía catorce, y él tenía quince.
Marie había huido conmigo, mi custodia aún no estaba a cargo de ella, y con los problemas que teníamos ella solía fumar todo el tiempo.
Yo solo había visto a Zayn gruñiendo por todos lados, y alguna persona me dijo que él era un demonio cualquiera, que era demasiado peligroso acercarse a él.
Entonces yo había ido luego de mi clase de gimnacia. Tenía mi horrendo pantalón gris, de deporta, mis zapatillas sucias, y una camiseta que creía que se veía bien. Era tres veces más gorda que ahora, y Zayn estaba perfecto y enojado contra una pared trasera del edificio.
Y sucedió.
—Toma —Le dije pasándole la caja de Marlboro Light que tenía en mi bolsillo.
—¿Quién diablos eres? —Él me había gruñido tomando la caja de malos modos.
—Soy Skylar.
—Nunca antes te había visto. —Él comentó mirándome de arriba hacia abajo —¿Qué quieres?
—¿De qué hablas?
—Nadie entrega una caja de cigarrillos sin querer algo a cambio. —Él rodó los ojos —Ahora dime lo que quieres.
—Quiero... —Me había tomado mi tiempo para pensar, los suficientes cinco segundos en que Zayn había encendido el primer cigarrillo, entonces él había calado dos veces antes que yo respondiera —Quiero que dejes de tirar mis cosas.
No era mentira, Zayn había pasado a tirar mis cosas tres veces esa semana, y no se había dado cuenta. De forma que había tenido que explicarle que sí lo había hecho, y entonces él había aceptado eso.
Había pasado menos de una semana cuando Zayn nuevamente tiró mis cosas, solo que esa vez se había detenido a recogerlas por mí, y pedirme disculpas. Yo había tomado eso como un avance, y entonces, cada jueves luego de clases, yo podía darle a Zayn una caja de cigarrillos, mientras Marie se auto odiaba por fumar rápido.
Nuestra amistad había comenzado así, Zayn fumaba en exceso, y me apodaba “Ana”, ya que, “—Eres demasiado delgada para tener catorce años”. Y así había comenzado.
Ahora, dos años —Casi tres —Más tarde, las cosas seguían así entre nosotros. Zayn fumando en exceso, y yo buscando un cuerpo perfecto. Ana era un apodo de todos, pero solo con Zayn nunca fue ofensivo.
Solo Zayn realmente llegué a ser yo misma.
—Tengo visita —Zayn dice luego de un rato, dándome mi mochila, la cual tenía mi ropa de cambio, y un par de toallas. —Puedes darte una ducha, o lo que sea, y luego venir o... Hace lo que quieras. Es Liam, sigue algo preocupado por tu actuación. Realmente fuiste realista —Él se ríe antes de irse.Yo solo tomo la ropa y camino hasta el baño. Puedo preocuparme de Liam en otro momento, o al menos, cuando las voces dejen de gritarme que he sido una estúpida en esa sala de la galería.
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Ana || Liam Payne ||
FanfictionLas palabras lastiman, pero ¿Hasta qué punto pueden hacerlo? -¿Por qué todos te llaman Ana si ese no es tu nombre? -Porque todos creen que tengo anorexia -¿Y por qué les crees? -¿Y por qué tu no? ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Historia...