Chapter 1O

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Lamento que sea corto, era mucho más largo, pero se borraron mil palabras y no podía escribirlas otra vez. Subo cuando pueda, lo más pronto posible. Gracias por sus votos y sus comentarios. Las amo! -Dani.

Me siento tibia al momento que logro volver en mí. Hay algo cálido rodeándome, al menos lo suficiente como para que mis huesos se mantengan a una temperatura estable y cómoda.

Las voces quedan en silencio, encerradas en esa caja que se destapa sin mi autorización. Se quedan quietas, espectantes de la mano suave que acaricia mi cabello.

A lo lejos logro escuchar el timbre agudo que va al compás de mi respiración, dentro de poco me voy dando cuenta de algunas cosas que no deberían estar, como el dolor agudo en mi brazo derecho y la sensación de lleno.

¿Te sientes llena? ¿Imperfecta? ¿Gorda?

La voz es tenue en mi cabeza, y la ignoro esperanza de saber en dónde estoy. Abro los ojos para cerrarlos por la luz blanca, incluso cerrándolos logro ver los puntos blancos danzar en mis párpados.

Me esfuerzo para abrirlos y ver las máquinas a los lados. Tengo una vía que conecta un suero y algo más, y hay un cable que desaparece por bajo las sábanas.

Llena.

Miro a Marie con desesperación, y enojo. Estoy en el hospital y... ¡Zayn! ¡¿Zayn esta en coma?! Levanto las sábanas, arrojando a Marie lo que sea que estaba encima y veo con asco la papilla amarilla que sube por una sonda que conecta a mi estómago.

Gorda. Gorda. Gorda. Gorda. Gorda. Gorda.
No escucho los gritos de Marie cuando comienzo a forzar el cable, y ella toma mis manos gritando que no lo haga. No me importa, no lo necesito. Un cuerpo perfecto, eso es necesario.

Marie grita mientras ambas forzamos, no quiero tener el cable ahí, no quiero sentirme llena, no quiero sentir que voy a reventar en cualquier momento. No quiero la sensación de haber comido. No quiero la satisfacción de haber probado un bocado. No quiero nada de eso, quiero ser etérea, vacía, hueca por dentro, quiero sentir el hambre...

Dos manos, grandes y fuertes toman mis muñecas, y lloro al ver los ojos de cachorro. Liam se ve sereno y tranquilo, mientras Marie corre fuera en busca de ayuda que no requiero.

-Ven aquí -Su voz en algo ronca y suave al mismo tiempo, sus brazos envuelven mi cuerpo con facilidad, y me aferro con fuerza contra el material de algodón de su camisa.

Dos enfermeras llegan, junto a un doctor, ambas traen todo lo necesario para inyectarme un calmante.

-No, no, no, no, no, no... Por favor, no. No... -Mi voz se rota, y las enfermeras me ignoran cuando toman las medidas, ellas tratan de tomar mis brazos y yo me niego a soltar la camiseta de Liam.

-¿No podrían solo no inyectarla? -Liam pregunta. El doctor saca su mirada de Marie y lo mira con atención, evalúa con seriedad todo lo que ocurre y me agito al pensar que me quieren en rehabilitación.

-Es anestesia, solo un poco. Lo suficiente para mover la sonda. -El alivio invade mis músculos y me relajo al escuchar eso.

No más sonda, no más comida.

No sentir mi estómago es algo maravilloso. No hay dolor de hambre, y tampoco voces inundando mi conciencia. No hay nada que pisotee al infierno mi cordura.

-Tienes que hablar con tu hermana -Liam murmura cuando los médicos se van con Marie, ella debe saber algo de "como cuidarme".

-¿Sobre que? -Liam me mira con sus ojos brillantes de sorpresa, no entiendo su mirada ni tampoco su curiosidad o porque esta aquí.

-Te... -El silencio que lo invade es incómodo antes que continúe. -Te enviaran a rehabilitación.

No sé a quién odio más, si a Marie, por que no se dará por vencida hasta verme en ese centro; a Zayn, por tener su estúpido accidente; o a mi misma, por mi estúpidez natural de joderlo todo.

Mis ojos se llenan de lágrimas y pienso todo un poco. Rehabilitación es enfermeras todo el tiempo, es comer todo el tiempo, es no purgar, es Lleno. Completamente lleno.

-Sácame -Ruego, tirando su camisa más cerca de mí. Noto su nuez de Adán moverse con rapidez, y sus ojos perdidos buscando un enfoque a centímetros de mi cara. -Sácame de aquí, Liam, por favor.

-Skylar, no puedo... -Él comienza y yo gimo tomando más de su camisa, si es posible.

-No lo entiendes, no puedo -Medio grito en susurros, con la vista borrosa y húmeda. -No puedo estar llena, por favor, necesito salir. No pueden encerrarme, no pueden hacerme comer...

-Skylar, es por tu bien -Él murmura. -Te estás desnutriendo, no hay comida en ti. Faltan nutrientes y casi no tienes músculos en...

-¡No me importa! -Lloro -Necesito que me saques, ni si quiera me importa si me llevas a un lado, sólo sácame de aquí.

-Skylar... -Él suspira.

-Liam, por favor -Gimo otra vez, no me importa parecer una tonta niña pequeña, haré lo imposible por no ir, no puedo ir -Haré lo que quieras, todo lo que digas, pero...

-¿Todo? -El murmura.

-Absolutamente. -Respondo.

Él se aparta con un suspiro, mientras que yo busco desesperadamente una manera en que no me internen. Estoy en medio de eso, cuando Liam sale.

Eres una estúpida.

(...)

Air Supply suena en el fondo de la radio mientras que Liam conduce su viejo auto. Hace veinte minutos que he salido del hospital, y nunca he sentido tanta alegría en mi vida.

El olor a desinfectante sigue en mi nariz, pero estoy fuera, lejos de una recuperación innecesaria.

Liam había salido por media hora, antes de volver con una enfermera que retiró la vía, y los cables de mi cuerpo. Luego de eso había podido vestirme, y Liam me había cubierto hasta ir donde Zayn.

Mi amigo estaba en coma, su cuerpo herido y magullado extendido en la cama, lo hacía ver frágil y tan vulnerable como nunca. Fue la peor faceta de Zayn Malik que vi jamás.

La salida del hospital fue sin problemas. Solo habíamos pasado rápido entre varios pasillos, y por la sala de espera. Luego solo había salido siguiendo a Liam hasta su auto.

El trayecto era tranquilo, hasta el calambre del proceso de digestión me invadió por completo. Odiaba comer, porque dolía, porque engordaba, porque era una estúpida.

Liam vive en un viejo edificio al norte de la ciudad. Es descuidado y algo feo por fuera. Un escondite perfecto. Por dentro es mal iluminado, y lleno de escaleras, pequeñas y largas, hasta que Liam abre una vieja puerta oxidada, donde un ascensor antiguo se abre paso.

Cuando llegamos a su piso, me fijo en el número #26 gravado con pintura amarilla. Esta será mi nueva casa, esta es la forma en que empiezo de cero, otra vez.

La pregunta es, ¿Puedo empezar una vez más?

Ana || Liam Payne ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora