Me despierto cálida. Abrigada entre muchas mantas y un aire dulce acariciando mi mejilla.
Me tomo mi tiempo para desperezarme, el no tener frío y dolor en mis huesos para comenzar el día es una sensación extraña y poco conocida. Así que cuando abro los ojos todo resulta extraño y agradable.
En la pared del frente, escondido bajo un cuadro, como si fuera una caja fuerte, hay un aire acondicionado, es sutil y no hace ruido. De ahí viene mi sensación de calidez.
Las sábanas tienen ese personal olor masculino, y una mezcla de desodorante y perfume. Es ese aroma embriagador, que consume de forma casi dulce a toda mujer. Incluyéndome.Cierro los ojos con la esperanza de volver a dormir, pero unos pasos silenciosos y cuidados, entran en la habitación con sigilo y una tranquilidad casi practicada.
Liam lleva sólo un par de delgados y caídos pantalones de chándal. Tiene el cabello húmedo y la espalda mojada, y me permito mirarlo por un momento.
¿Por qué no puedo permitirme eso? ¿Solo ser yo, e ignorar las voces de mi cabeza? Liam puede hacerlo, de ve feliz y nada acomplejado con tu gruesa figura, pero yo no...
Gorda.
Miro con desesperación mi muñeca derecho, pongo sobre esta mi dedo pulgar e índice. Mi muñeca calza un poco ajustada en el pequeño anillo. Debo, necesito adelgazar más.
-No te atormentes -Me sobresalto con la voz ronca de Liam al borde de la cama, en algún momento ha reemplazado el chándal por ajustados jeans mientras calza sus botas. -No harán que se dispercen.
Me pregunto si él sabe que es lo que está diciendo, si él puede comprenderme. ¿Como sabe que hay algo que me está molestando?
-¿Vas a salir? -Respondo a cambio.
-No, hoy es sábado. Necesito trabajar.
No comprendo del todo su respuesta. ¿Como trabajas sin salir de casa?
Liam se va a los diez minutos, con una camiseta roja cubriendo su pecho, y yo me quedo en la cama un rato más, hasta hartarme de las voces que gritan de mi obesidad mórbida incapaz de moverme.
Me levanto para encontrarme con una toalla junto a una nota.
"La habitación del frente, la que tiene flores, tiene suficiente ropa para ti."
Camino lentamente por la habitación, mis pies duelen, sobretodo en los tobillos, hasta llegar a la puerta. Justo en frente, donde no había mirado antes, hay dos puertas; una es de un color roble, con una perilla brillante. Se ve bastante pesada, como si dentro hubiese algo importante. La otra, es azul, y tiene demasiados detalles en las flores blancas.
La habitación tiene una pared blanca, mientras que el techo esta decorado por pequeñas luces de navidad, y las tres paredes restantes son: Una chica de espaldas, con los brazos en el cabello, en blanco y negro; un parque, como en primavera, con muchas flores y aves; y la tercera está completamente llena de fotografías.
Miro las fotografías con detenimiento. En la mayoría sale una chica; tiene el cabello oscuro, como negro, y grandes ojos de color té. En la gran mayoría, Liam sale con ella. Abrazados, juntos, sonriendo a la cámara, divertidos, felices.
Me desvío hasta el armario de puertas azules, y escarbo entre la ropa hasta encontrar algo que esconda toda la grasa que llevo en todas partes. Mi elección de pantalón algo suelto, y un gran sweater es perfecta.
Entro a la ducha, la cual se siente caliente y refrescante, y salgo luego de diez minutos bajo el grifo. Cepillo mi cabello y mis dientes, y luego salgo a recorrera casa.
La planta de abajo es tan abierta como la de arriba. Liam tiene un departamento que claramente fue unido a otro. El segundo piso resulta ser como un balcón gigante, y la planta de abajo no tiene divisiones más que cortinas y paredes simples.
Encuentro a Liam cuando carga un gran carro con un bloque de piedra blanca.
-Abre esa puerta. -Me pide señalando la puerta de color verde que está junto a un estante.
El interior es una gran sala, de paredes blancas y el suelo sucio. Tiene pequeños estantes que guardan brochas y grandes trozos de lija, junto a elementos de plástico, y ese martillo extraño que los egipcios usaban para tallar.
Liam mueve con un poco de dificultad el bloque hasta la mesa del centro. Se dedica a limpiarlo un poco antes de esconder el carro en un cajón oculto al lado de otra puerta.
-Supongo que no haz conocido la cocina. -Murmura mientras acaricia el trozo de piedra.
-No tengo hambre.
-Eso es falso. -Afirma antes de mirarme. -La tienes, pero no vas a reconocerla. Mucho de la sonda, ¿no?
No digo nada, y me quedo mirando la fotografía enmarcada en una pequeña cómoda. Es la chica, lanzando un beso.
-Es Kiara. -Me dice cabizbajo, antes de comenzar a golpear el bloque como un egipcio. -Mi hermana mayor.
-¿Vivían juntos? -Pregunto tomando la pequeña figura de un oso. Es suave y brillante.
-Lo hicimos, hasta que murió. -No comento nada, y dejo el oso en su lugar.
Liam "Trabaja" durante cuatro horas. Se mantiene rompiendo grandes trozos de piedra, y yo sólo deambulo por el lugar.
La sala tiene grandes sillones de colores azules, decorados con cojines a mano. Los cuadros y los muebles, son hechos por él. Todos tienen su firma, en algún lugar. La sala de estar es parecida a la principal, tiene cojines grandes y mullidos en frente de un gran televisor, Liam mantiene escondidos todos los calefactores bajo cuadros, y sólo mantiene un gran televisor y un equipo de radio.
La mayoría de sus paredes tienen diseños o colores fuertes. De alguna manera, todo es una combinación de cosas vintage y modernas. Incluso, mantiene un toque hipster, hay una mezcla de todo, y se ve endemoniadamente bien.
-No voy a obligarte a comer grandes cantidades de comidas -Dice luego de un rato en la cocina, él carga una pequeña ensalada. Mi estómago ruge, pero me obligo a mantener la calma. -Pero quiero que comas, al menos dos a tres veces en el día. Es una condición.
Su pequeña ensalda tiene muchas cosas, tomates de cóctel, lechuga, algunos trozos de queso y otros de pollo, tiene un poco de maíz, y zanahorias. Tiene calorías de diferentes colores.
Como la mitad, a pesar de que el recipiente es como mis dos manos juntas -Que son bastante pequeñas -las voces en mi cabeza no me permiten más. Ellas cuentan y cuentan calorías y números que no quiero saber.
Hay veces en más que quiero librarme, en las que quiero ser normal y no escuchar números y desprecios, y voces que no son mías molestando mi conciencia. Pero al mismo tiempo, quiero ser delgada, vacía, etérea, quiero dejar de ser la masa de grasa que soy, y lucir un traje de baño por una vez en mi vida.
36 kilogramos, ahí vamos.
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Ana || Liam Payne ||
FanfictionLas palabras lastiman, pero ¿Hasta qué punto pueden hacerlo? -¿Por qué todos te llaman Ana si ese no es tu nombre? -Porque todos creen que tengo anorexia -¿Y por qué les crees? -¿Y por qué tu no? ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Historia...