Chapter 13

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Ander se encuentra con un mocca en sus manos para cuando salgo. Es almuerzo, hace frío y llueve como los mil demonios.

—No es un buen día. —Él murmura a penas me dejo caer a su lado.

—Para nada.

Mis articulaciones gritan en un dolor agudo y punzante. Mis pantalones no hacen nada por mantener mis huesos calientes, y el enorme sweater que llevo parece haber perdido su capacidad calórica.

Ander me da un té, cargado y con un poco de leche, mientras entablamos una conversación que se resumen en Zayn y su condición.

Según Liam, no ha mejorado, pero mi esperanza no se desvanece.

—Eres increíble —La voz de Trish resuena con gracia y una notoria sonrisa en el momento que estoy buscando mi libro de química. —Primero te acuestas con Zayn, y ahora que él ha muerto te revuelcas con un hombre mayor. ¿Qué sigue? ¿Tu papi? Oh, espera, no tienes uno.

Las risas de las amigas de Trish suenan por el corredor, mientras mis mejillas enrojecen por las miradas en mi dirección.

—Deja eso —murmuro —Yo no me acuesto con nadie.

—Sí, y yo soy Megan Fox. —Ironiza. —Por favor, Ana, deja de mentirle a todos. Te haces daño tu misma por mentirte y consolarte en cosas que no son ciertas. Acepta que tienes un problema, y que te encanta hacerlo con el hombre del café en la hora del almuerzo.

El séquito de estúpidas que siguen a Trish ríen de forma estruendosa, y medio gritan comentario similares sobre historias de verme junto a Ander. Mientras que se escuchan más risas varoniles y pequeño murmullos.

Es porque estas gorda. Sí fueras delgada entonces todos creerían que puedes estar con alguien de tu edad, pero éstas tan gorda como la mujer de Ander, por eso te comparan con ella.

La voz en mi cabeza habla con seguridad, y me encuentro a mí misma viendo las piernas descubiertas de Trish. Ella no está tan delgada como antes, pero tiene novio, o algo así. Es obvio que el problema es la grasa acumulada en mi cintura y mi espalda, y esos sacos asquerosos que cuelgan en mis brazos.

La dieta, cariño. Sigue la dieta. Así estarás más delgada.

—¿Qué tanto miras? —La voz de Trish suena enojada. —¿Son mis piernas? Cariño, con mucho ejercicio logras estas bellezas...

—Por favor, Trish. —Una de las chicas bufa —Mira la panza que tiene, no alcanza ni sus pies, imagina que intente hacer sentadillas.

Gorda.

—¡Tal vez sí le atamos una hamburguesa ella comience a correr!

Imagina eso; una bola de grasa corriendo por más grasa.

—¡Imagina como corre! ¡Sería como una morsa!

Ni si quiera corriendo, arrastrándose por el peso de sus piernas o de su barriga.

—¡Como una babosa! ¡Absolutamente brillante de sudor!

Empapada de grasa que busca más grasa.

—Chicas, ya basta. —Trish murmura. —Si seguimos con esto ella lo va a intentar; y todos sabemos que sólo un milagro la va a salvar de un infarto.

Eres una asquerosidad con vida. ¿Para qué sigues aquí?

Mi respiración está agitada, y mis oídos tienen ese pequeño pitido extraño. Lo único que logró escuchar los los amagos de las risas y logró ver los dedos en mi dirección.

Ellas tienen razón, aún con todo mi ejercicio no voy a lograr entrar en el equipo, la grasa en mis caderas no me lo va a permitir.

—¿Skylar?

La voz de Liam suena confundida tras mi espalda. Volteo. Sus ojos escanean a la multitud envuelta en risa y se centran en mí mientras inclina la cabeza.

Gorda.

¿Por qué se están riéndo?

Por que la grasa que rebota es divertida.

—Y-Yo...

—¡Hey, Liam! —Trish grita y sonríe. —Te estábamos esperando.

—Sí, espera un minuto. —Liam responde a cambio antes de mirarme. —¿Estás bien?

De maravillas. Cada día más gorda y más rellena. A un día más cerca de la muerte. La grasa fluye por tus venas y amenaza con tapar tu corazón. Vamos por buen camino, tu sigue el tuyo, y deja que muera en paz.

—¿Skylar? —Murmura mientras me sacude. —¿Puedes oírme?

¿Nos escuchas, Ana? Estas volviéndote redonda, como un arándano. Tienes que volver al tiempo de antes: No comida, agua y un par de minutos en el retrete. ¿Por qué no descargas tres kilos de grasa este mes?

Mi vista está borrosa y extraña, mientras me alejó de Liam y comienzo a caminar. No llevo un rumbo y voy sin una idea en claro.

Siento mis manos pesadas y mis pies de acero, y avanzo entre las personas calladas y extrañadas que se atreven a mirarme. Avanzo todo el pasillo, hasta el final, donde sé que se encuentra el baño de mujeres.

Lo he hecho antes y lo haré ahora. Les voy a demostrar que puedo adelgazar. Que puedo ser mejor que Trish. Ya no es el equipo, quizás empiezo a ser yo misma.

Todos se apartan a medida que avanzo, hasta que entro al cuarto iluminado de colores crema. Mi reflejo en el espejo es ignorado, sé que estoy gorda, que el sweater lo remarca, que mis piernas no tienen forma.

Me dejo caer en el cubículo vacío del centro, no es necesario esconderse en el último. Tomo una de las amarras de mi mochila y ato mi cabello en una coleta alta. Dejó un poco de gel desinfectante en mis manos y espero a que seque, antes de apuntar con mis dedos hasta el final de mi garganta.

Mis dedos van solos, justo hasta la cosa suave del final, la cual menea de forma persuasiva y bastan sólo unos segundos t una respiración pausada para sentir la primera contracción de mi garganta y la fuerza de mi estómago.

Tocó el mismo punto de forma rápida y profunda antes de que la primera ronda de líquido ardiente y amargo se deslice fuera de mi cuerpo corrompido.

Aún cuando no he cobrado el aliento voy por la segunda vez, sé que si espero voy a tener que tratar más duro, y es necesario callar a las voces que gritan y aluden las palabras de Trish.

Es hasta que un sabor metálico llega a mí garganta que me detengo. Comienzo a ver el lugar rojo, y me doy cuenta de la sangre que hay en el lugar, junto con los gritos de afuera.

Mi respiración acelerada y mis ojos vidriosos se recuperan en minutos, y tiro de la palanca antes de limpiarme un poco y salir afuera.

El grupo de chicas que hay ahí me miran extrañadas y asustadas, viendo el pánico en sus ojos. Sí, la grasa asombra, y mata, pero sólo si la cargas tu.

Ignoró mi reflejo y tomo algo de agua antes de tirar la liga. No me detengo, y salgo de ahí en dirección a la puerta.

No puedo seguir en clases, así como no puedo decepcionar a Liam, de forma que salgo en dirección al norte, en busca de una ferretería para el punzón que necesita.

××××
Maratón 2/3

Wattpad no me dejaba subirlo :(
—D.

Ana || Liam Payne ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora