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Advertencia: Crackship- pareja hetero- no habrá lemon ni palabras altisonantes en exceso- temas de violencia de género- self-harm- abuso de estupefacientes- angst.

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Esa noche todos habían bebido mucho alcohol, pero no a todos les afectaba de la misma manera. A las únicas que parecía que no les afectaba de manera muy significativa eran a Anna y a Ayumi, Fumika no contaba porque pues... ella no bebía otra cosa que no fuera Red Bull o Pepsi.

Shuya estaba en el baño, había bebido grandes cantidades de alcohol y estaba un poco almadiado, por lo que se mojó un poco la cabeza y la cara, además de enjuagarse la boca. Cuando salió del baño, estaba a punto de dirigirse a la sala, pero antes de hacerlo, se topó con Seokjin.

Lo hubiera pasado por alto, de no ser por el hecho de que lo cogió fuertemente del brazo y lo dirigió hasta su cuarto. Sin embargo, no lo hizo a la fuerza, puesto que Shuya no opuso demasiada resistencia, y en un parpadeo estaban solos en el cuarto de Seokjin.

No sabía con exactitud qué es lo que quería el mayor de los Kim, pero tras un rato en silencio absoluto, Shuya buscó algo para cortar el momento incómodo.

—Lo tienes en tu cama —el japonés señaló con alegría el peluche de Mario que le había regalado a Seokjin—. Pensé que la miserable de tu novia lo había tirado a la basura.

—Si Rieun le pone un dedo a Mario encima, yo la dejo parapléjica —Shuya miró asustado al coreano, pues estaba hablando de una chica, una chica horrible, pero una chica al fin y al cabo. No estaba nada bien golpear a una mujer.

—no es correcto ni mucho menos legal golpear a una mujer, incluso si hace cosas para hacerte daño, como es mi caso.

—¿Por qué lo dices?

—¿Tu linda novia te ha dicho que me mostró los senos cuando no estaba con vosotros y nos la encasquetaron a nosotros?

Seokjin levantó las cejas, sus carnosos labios formando una fina linea. Antes de que el japonés pudiera decir algo más, Jin lo arrinconó contra la pared, con el rostro enfurecido.

—¡¿Le has visto los senos a Rieun?! —le gritó, Mizuno pensó que lo iba a golpear, pero no le importó.

—¡Ella me los enseñó! Se puso delante de mí y me mostró sus pechos, pero solo causó que me diera asco, obviamente la rechacé, porque no me gustan las mujeres, pero tu novia no me cree, tienes que controlar a tu puta novia, Seokjin, o sino un día terminaré...

Nadie es inmune a los efectos al amor. Tarde o temprano, en mayor o menor medida, con más o menos frecuencia, todas las personas caen rendidas al poder del amor. Sumado a esto, los efectos del alcohol habían menoscabado la racionalidad y el sentido común de ambos. Tanto el coreano como el japonés estaban muy ebrios, y decían que los borrachos y los niños siempre decían la verdad.

Seokjin tomó con fuerza el rostro de Shuya, y por un nanosegundo Mizuno creyó que lo iba a golpear, pero sin embargo, lo que ocurrió fue que Seokjin terminó besándolo intensamente.

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