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Advertencia: Crackship- pareja hetero- no habrá nada de lemon ni palabras altisonantes en exceso- temas de violencia de género- self-harm- abuso de estupefacientes- angst.

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Durante la última semana de junio, serían los días en los que Ayumi daría los ulteriores conciertos en el Domo de Fukuoka. Prácticamente tenía Tour casi todos los días, así que tenía que ponerse las pilas y entregarlo todo.

Asimismo, seguía compartiendo escenario con BTS. A ella le hizo mucha ilusión porque se había hecho muy cercana a Taehyung, ya lo consideraba uno de sus amigos, y si podía estar cerca de él, mucho mejor. Siempre quiso ser amiga cercana de un fan, y parecía que el chico coreano estaba encantado de serlo ¡Era tan adorable! Por más que fuera mucho más alto, era más joven, y cualquier hombre que fuera menor, su cerebro lo asimilaba con un niño.

No importaba que ese hombre tuviera treinta años, si ella tenía treinta y uno, seguía comparándolo con un infante, o un adolescente. No era de sentirse atraída por hombres menores, aunque nunca iba a decir nunca.

Era lunes por la mañana y Ayumi no decidía si utilizar un conjunto u otro. Acabó vistiéndose con una blusa al hombro con volados en la parte de arriba y en la cintura, y mangas hinchadas, acompañado de un short y unas sandalias de Yello.

Se dio algunos retoques en el cabello con la plancha, humedeció sus labios con bálsamo labial y dejó la casa en manos de Daruma, para arrancar en su Audi a5. En el trayecto puso su iPhone en el manos libres para llamar a Tyson.

—¿Hola? —contestó un confundido universitario.

—Hola cariño ¿Te desperté?

—no, descuida, todavía no me he ido a la cama —en Bridgeport iban a ser las once cuarenta y cinco de la noche, mientras que en Fukuoka eran las doce del mediodía—. ¿Qué tal todo por allá, sigues de Tour?

—Sí, estos días son los últimos en el Domo, luego tengo en el Fukuoka Symphony Hall, y en julio tengo que trasladarme a Chiba para seguir con el Just the Beginning.

—¿Aun eres amiga del marica? —dijo de repente su novio sin ser consciente de que eso le hacía hervir la sangre a Ayumi. Odiaba ese tipo de epítetos, y aunque le repetía que eso ya no se debía decir, que ya estaban en 2016, el simplemente hacía oídos sordos. Ya estaban un poco grandes para entender que no se debía discriminar por razones tan banales.

—Se llama Shuya y sí, aun somos amigos —le respondió tranquilamente mientras conducía por el puente de Ushioihama.

—¿Y eso por qué?

—Porque no puedes prohibirme relacionarme con otros hombres, y ya te he dicho que a él no le gustan las mujeres ¿Por qué sigues sin querer que sea su amiga?

—porque no necesitas a ningún hombre aparte de mí ¿No es obvio, alma de cántaro? Y supongo que también sigues viéndote y hablando con esa zorra que se toca el pussy cada vez que puede y con el británico degenerado ese...

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