𝐓𝟐 𝐄𝐏𝟑𝟖

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Trigger warning: Crackship, no habrá lemon o lenguaje altisonante en exceso, Hurt/Comfort, Angst, drama, escenas gráficas de autolesión, drogadicción, trastornos mentales, estrés postraumático, temas de salud mental, depresión, ansiedad, autodesprecio, conductas autodestructivas, conflictos con la imagen corporal y deseos suicidas.

 La hicieron sentir culpable cuando no había sido su culpa, pidió perdón por cosas que ni siquiera había hecho, no recibió ni la mitad del cariño que dio, fue una buena persona con autentica escoria, intentó arreglar cosas que no había roto, amó i...

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La hicieron sentir culpable cuando no había sido su culpa, pidió perdón por cosas que ni siquiera había hecho, no recibió ni la mitad del cariño que dio, fue una buena persona con autentica escoria, intentó arreglar cosas que no había roto, amó incluso sin ser capaz de amarse a sí misma, y aún así, no les deseaba el mal a nadie que estuviera relacionado con el acto que iba a cometer.

Solo tenía que reunir el suficiente valor como para dejarse caer de la silla y todo el dolor por fin terminaría, deseó haber besado a Yoongi más fuerte, ahora arrepintiéndose de no haberle dado el último gran beso de su vida, pero eso ya no era importante.

«Hay un montón de estrellas como si llenaran el espacio de las espesas nubes, brillan como una plegaria, casi como un grito, y mi pecho se está comprimiendo» pensó Ayumi en puntas de pie, conteniendo el aire y apretando los ojos al final del camino «Espero que el mañana llegue pronto, porque no puedo ocultar más mi debilidad».

—Cariño, la cena ya está lista ¡Ven a comer! —la asustó la dulce pero cansada voz de su madre, haciendo que sus pies se tambalearan, pero el sobresalto hizo que se quitara bruscamente el cinturón del cuello, guardándolo y poniendo la silla en el lugar en el que debería estar, se limpió las lágrimas y escondió sus proyectos, Ranko tocó la puerta con insistencia, necesitando suplir esa necesidad de corroborar que su hija se encontraba bien.

—salgo en un minuto, mamá —Ayumi se limpió las lágrimas con un pañuelo, su madre había evitado que se quitase la vida, ahora lo sabía, no podía hacerlo cuando estuviese en casa, no podría hacerle eso.

Quitó la cerradura de la puerta y se encontró con su madre cruzada de brazos, pero con un semblante zozobrado, como si temiera que su hija fuera a hacer una locura. Fue una ironía de la vida que le haya salvado y sin saberlo, tuviera la ligera sospecha de que Ayumi fuera a cometer suicidio. Algo que tristemente ocurría a diario en Japón, día sí, día también.

—No me gusta que cierres la puerta con llave, Ayumi —el regaño de su madre sonaba más como una suave petición que como una imposición, Ranko estaba también muy estresada, tenía unas enormes ojeras negras y sus labios estaban secos y agrietados, no había dormido en los últimos días y se le notaba mucho, la mujer estaba exhausta—. Vamos que la cena se está enfriando, hice sopa de pollo y fideos.

Se sentaron y después de servir la comida, abuela y madre le miraron como si estuviesen esperando una buena explicación sobre el altercado con el CEO de Avex Trax. Ayumi se encogió de hombros, conteniendo lo máximo posible sus ganas de ponerse a llorar.

Iba a tratar de decirle a su familia que solo se trataba de una admonición que iba a dejarla sin trabajar unos meses, pero no tenía ningún sentido mentirles, tarde o temprano lo descubrirían al verla sin hacer nada y dándose cuenta poco a poco que el dinero le escaseaba cada vez más. No es que se le terminase rápido, pero nada duraba para siempre.

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