𝐓𝟑 𝐄𝐏𝟏𝟓

44 3 0
                                    

Trigger warning: angst, smut, temas psiquiátricos, violencia, daño psicológico, Trastorno de identidad disociativo, ansiedad, anorexia y bulimia, Hurt/Comfort, romance

 —No puedo creer que en serio te haya metido mano en una cafetería familiar —murmuró Yumi echándose una risa junto a sus amigos—, en serio que a Seokjin le urge tener sexo, las relaciones con Rieun deben ser tan sosas y desagradables que cualquier...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo creer que en serio te haya metido mano en una cafetería familiar —murmuró Yumi echándose una risa junto a sus amigos—, en serio que a Seokjin le urge tener sexo, las relaciones con Rieun deben ser tan sosas y desagradables que cualquier excusa es buena para hacerse el romántico contigo.

—That's so fetch! —la acompañó el muchacho nacido en Mánchester haciendo homenaje a su escena favorita de Chicas Malas—. Mientras que Yui estaba haciendo bailecitos en Musica.ly, vosotros os magreabais ¿Cómo hicisteis para disimular cuando volvió la pequeña?

—ya no tenía su mano en mi culo cuando Yui regresó, me ofende muchísimo que solo me busque cuando quiera sexo y luego le de totalmente igual ¿Sabéis? No soy un juguete sexual, no puedo hacerlo mientras sepa que sigue con ella, es simplemente repugnante.

—yo sigo sorprendida de que no le hayas sacado el ojo con un sacacorchos o enterrado el culo de una botella en la aorta —dijo Kumiko—. Eso sería algo fiel a tu personalidad, apuesto a que por dentro pensabas «¡Oh, miserable hijo de puta, voy a sacarte las tripas con un sacacorchos!» O algo por el estilo.

Los cuatro comenzaron a partirse el culo de la risa, Shuya había pasado de estar cabreado a estar carcajeándose junto a sus tres amigos. Les explicó todo lo que había pasado sin escatimar en los detalles, después de todo, les tenía la confianza suficiente como para revelar sus intimidades, tuvo la oportunidad de contarle a Yumi en mensajes, pero prefería hacerlo en una de sus visitas, quería ver su cara cuando se lo dijera. Fue una muy buena decisión, pues las reacciones sobretodo de Timothy y Yumi, no podían compararse a que si se lo hubiera dicho por texto. Era ilusorio.

—Quizá no utilicé esas palabras exactas, pero créeme que tuve ganas de darle una buena por tocarme el culo sin permiso, es que ¿Con qué necesidad? —le admitió a su amiga—. La verdad es que sí lloré mucho al final de ese día, me duele mucho que nuestra historia haya llegado a su fin, en verdad creí que envejecería con él, y no ayudó para nada que me dijera que le hubiera gustado tener una familia conmigo y no con Rieun, en verdad fue un golpe duro a mi corazón.

—lo sé, cariño, yo también tenía la ilusión de veros siendo felices, y a lo mejor en un futuro con familia, pero así es la vida, no siempre ocurre lo que nos gustaría.

—Muchas veces me he preguntado ¿Para qué fui hecho si nadie me ama?

Yumi presintió que su amigo estaba deprimiéndose y sin importarle que le viesen mal los extraños, le dio un beso en la mejilla a Shuya y lo envolvió con sus brazos para hacerlo sentir querido, aunque fuera un amor de mejor amiga, desearía poder amarlo como algo más, pero sabía que él la rechazaría de cualquier modo. Kumiko y Timothy estaban acostumbrados a la actitud melosa de Yumi, también lo había hecho algunas veces con Timothy, pero como a él parecía no afectarle de igual manera no encontrar su media naranja, porque como sus novias lo cortaban antes de que pudiera enamorarse, no habían sentimientos más profundos que transcendieran la cama.

El último en mi Loco MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora