31

77 5 2
                                    

Advertencia: Crackship- pareja hetero- no habrá lemon ni palabras altisonantes en exceso- temas de violencia de género- self-harm- abuso de estupefacientes- angst.

 La luz del sol le iluminó por completo la cara, dándole mucho calor y haciendo que realizara muecas porque no le gustaba nada estar mucho tiempo bajo los rayos ultravioletas A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La luz del sol le iluminó por completo la cara, dándole mucho calor y haciendo que realizara muecas porque no le gustaba nada estar mucho tiempo bajo los rayos ultravioletas A. Entreabrió los ojos, tapándose y rascándose la nuca, todo le daba vueltas y se sentía aturdido, al notar las botellas de vodka, supo el porqué de su cefalea.

Sí que habían pasado una noche agitada, ni siquiera pudieron llegar al sofá, sino que se durmieron en el suelo. Trató de erguirse, pero se dio cuenta de que Ayumi le estaba abrazando.

Se paralizó cuando observó a la chica dormida encima suyo, con sus brazos alrededor de su cintura y su cabeza puesta sobre su estómago, casi en su regazo. Por su parte, Ayumi dormía muy plácidamente, sus manos parecían estar pegadas a sus caderas, era tan bella incluso dormida, parecía un querubín.

Puso su mano sobre el hombro de su enamorada, moviéndola apenas haciendo fuerza para despertarla. Ayumi respondió con un quejido somnoliento, esbozando una sonrisa y apretando la pequeña cintura del coreano, cosa que lo puso aún más nervioso porque estaba peligrosamente cerca de su parte noble. «No puedo recordar nada más después de nuestro baile ¿Será que habremos...?» pensó al mismo tiempo que su corazón se aceleró como si hubiera corrido un maratón.

Si se hubieran acostado, tampoco hubiera sido un crimen, pero no estaban en poca o nada de ropa, parecía simplemente como que se pusieron tan ebrios que acabaron quedándose dormidos uno encima del otro. Sin embargo, tal vez para Ayumi no iba a ser muy bonito despertar en las condiciones que estaba.

—Ayumi... cariño... —insistió frotándole el hombro, hasta que la muchacha nipona despertó algo desorientada.

—¿Yoongi... dónde estamos? —preguntó adormilada, cuando recobró del todo la consciencia lanzó un pequeño chillido de sorpresa y vergüenza—. ¡Dios mío! Perdóname, no fue mi intención tomarme tanta confianza —se puso de pie y acomodó su ropa, no quería saber las cosas que habían hecho la noche anterior—. Creo que bebimos demasiado, no puedo recordar mucho, estábamos bailando las canciones que habías pedido y de repente todo se volvió oscuro... ¿Tú recuerdas alguna cosa aparte de eso?

—No, la verdad es que no, solo... nos quedamos dormidos y fue una situación incómoda, pero no creo que hayamos hecho algo de lo que podamos arrepentirnos...

—Bueno, es temprano ¿Qué quieres de desayunar? —cambió bruscamente el rumbo de la conversación, sin querer enfatizar mucho en la posición en la que quedó dormida.

—Quisiera café, jugo de naranja, tostadas con mantequilla, cereal con leche y... Croissants con Nutella, por favor.

—vale, voy a cepillarme los dientes y lavarme la cara ¿Has traído cepillo de dientes? —Yoongi asintió. Mientras Ayumi se cambiaba en su dormitorio, Yoongi se arreglaba un poco, eran las ocho de la mañana así que tenían todo el día para ellos.

El último en mi Loco MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora