𝐓𝟐 𝐄𝐏𝟑𝟐

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Trigger warning: Crackship, no habrá lemon o lenguaje altisonante en exceso, Hurt/Comfort, Angst, drama, escenas gráficas de autolesión, drogadicción, trastornos mentales, estrés postraumático, temas de salud mental, depresión, ansiedad, autodesprecio, conductas autodestructivas, conflictos con la imagen corporal y deseos suicidas.

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Los karaokes para los japoneses eran como los moteles para los extranjeros, servían básicamente para lo mismo; tener relaciones sexuales en un sitio por el cual no tuviste que pagar gran cantidad de dinero. Y es que podrían haber ido a uno, pero estuvieron de acuerdo que pasar la tarde en Joysound «comiendo ramen» sería más entretenido.

Habían ordenado sushi con fideos junto a bastante Sake, y de los nervios, Junko estaba chocando sus rodillas, tenía que calmarse, pero era imposible. Terminó su vaso con alcohol y sintió inhibidas sus acciones, pero ya conocía desde hacía años a Shiratori ¿Cómo podía seguir sintiendo vergüenza?

Pero deseaba hacerlo, no quería que Yune sintiera que le estaba forzando, no, de querer, quería tener ese nivel de intimidad con su novia. Solo que... era su primera vez, y las primeras veces no eran perfectas.

Puso el vaso sobre la mesa, sintiendo como Yune agarraba uno de sus pechos y lo manoseaba, sin lugar a dudas el Sake había ayudado a desenvolver la situación. Habían perdido los atavíos y la situación había calentado hasta tal punto en que acabaron besándose sobre el sofá, Junko encima de la menor mientras Yune acariciaba sus senos. Desabotonó su camisa blanca y Junko se quedó en sujetador, sus hermosos pechos, mucho más grandes que los de Yune, aunque nada exagerado. Era un poco más «gruesa» que una japonesa normal, eso le encantaba.

—¿Estás segura de que quieres que tu primera vez sea conmigo? —le preguntó habiéndose soltado de su novia la más bajita—. Entiendo si no quisieras hacerlo conmigo...

Junko la interrumpió dándole un ardiente beso, cargado de pasión, y recargó sus senos sobre los de Yune, que tenía muy poco. Cuando se quisieron dar cuenta, estaban sin camiseta y solo en sostén, todavía con sus faldas. Yune estaba enamorada de la forma del cuerpo de su novia, y viceversa. Necesitaban un poco más de la otra.

—Cariño, si no quisiera tener mi primera vez contigo, jamás habría venido aquí. Claro que deseo hacerlo ¿Ves lo duros que están mis pezones?

La menor llevó sus manos hacia la abrochadura y con un movimiento rápido, Junko yacía encima de ella semidesnuda. Ambas sintieron como su ropa interior se humedecía. No es que nunca se hubieran visto desnudas, pero siempre había sido plenamente amistoso, pero ahora, transformadas en pareja, mojaron las pantis de la otra.

Sus besos consiguieron hacerlas desprender de toda la ropa de la cintura para arriba, frotando sus pezones, Junko apretó y arañó la espalda de la menor, quien la subía sobre su cuerpo cada vez más, metiendo sus manos debajo de su falda y prácticamente le arrancó las bragas, Junko soltando un gemido ahogado cuando sintió una respiración en su parte baja. Se habían vuelto locas y les encantaba.

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