VI

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Era sábado otra vez, su día de descanso, la gran Tammy Thompson estaba dando una fiesta, era el último verano que todos pasarían en Hawkins, el siguiente año todos sus compañeros de clase irían a la universidad y estas fiestas se acabarían. Robin estaba loca por ir a esa fiesta, le había dado una y miles de razones por las cuales debían ir a aquella fiesta, el objetivo principal de la pecosa era porque anhelaba estar cerca de Tammy, esa chica la traía loca desde hace tiempo. Steve no entendí porqué, Tammy no era una belleza que se dijera y era una perra a veces.

Como sea. Él accedió en asistir, que más daba, era ir a ver cómo Robin fracasaba en su intento de ligarse a Tammy a quien ni siquiera le gustaban las chicas o quedarse en casa viendo basura en la televisión. Ver a su amiga fracasar en el intento sonaba una y mil veces mejor.

Lo tomen a mal, él no se consideraba un mal amigo y no le deseaba mal a Robin pero era de esto lo que la vida se trataba. Tener memorias, recuerdos, experiencias no importaba si fueran buenas o malas para así poder sentarte un día cuando estés viejo y poder reírte de ellas o incluso solo sonreír. Saber que no desperdiciaste tu vida y trataste de disfrutarla a pesar de que es una hija de puta a veces.

Steve a este punto, ni siquiera le interesaba como lucía, tomó un par de jeans, una polera con botones roja y sus sucios converse blancos. No se molestó en arreglar su cabello, solo paso su mano para acomodarlo, se colocó su reloj y un poco de loción. Tomó las llaves de su BMW y condujo a la casa de Robin.

Manejaba por las frías calles de Hawkins con el humor por los suelos. Los sábados ya no solían ser tan divertidos como antes, todo estaba cambiando y él parecía quedarse estancando el mismo lugar. Él no se sentía preparado para un cambio, no se sentía preparado para crecer aún. Solo pensar en esa palabra lo hacía sentirse atrapado de alguna forma.

Él no había pensando en una vida después de la secundaria. Era como que si todo perdiera sentido, sabía que tenía que tomar responsabilidades ahora, formar su futuro y tratar de convertirse en alguien. No tenía ni una maldita idea de quien quería ser, él solo no quería levantarse un día, saber que había envejecido y era una persona infeliz.

Robin se subió al auto de Steve una vez que el castaño se estacionó en en la acera de su casa, lo sacó de sus pensamientos, ni siquiera sintió cuando llegó ahí.

-¿Estás bien? -la chica de ojos azules preguntó preocupada.

-Sí, lo estoy. Solo estaba pensando. Te ves fabulosa y yo me veo como un indigente -bromeó.

-Sí, eso es lo que pasas cuando sales junto a mi. Termino opacando a todos de alguna forma -se encogió de hombros y ambos empezaron a reírse.

-Veo que tienes mucha confianza hoy, mi amiga.

-Será una asombrosa noche, lo verás.

-Eso espero.

Encendió el auto y empezó a conducir hacia la casa de Tammy.

-Se siente extraño esto. Es como estar de nuevo en la secundaria. ¿Qué demonios estamos haciendo? Se supone que es una era que debemos dejar atrás -la chica sacó la cabeza un poco por la ventana.

Era una vista de en sueño. El aire chochando contra su rostro, su cabello danzando y una sonrisa era notable en su rostro. Robin era bastante hermosa, no entendía como Tammy era tan estúpida para no ver aquello. Además de hermosa era brillante, era bastante inteligente.

-Ahora entiendo cuando los adultos dicen que la secundaria es la mejor época de sus vidas. El drama y las fiestas es algo a lo que te vuelves adictivo.

La chica entró su cabeza y se giró a ver al castaño.

-La secundaria apestó completamente para mí. A diferencia que tú, no era una celebridad. Era un bicho raro, lo sigo siendo. Solo que ahora soy amiga del rey del pueblo -bromeó.

RIBS [Harringrove]Where stories live. Discover now