XII

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-Cierra la puta boca, Max. Estás empezando a irritarme.

El rubio gritó desde su habitación, la pequeña pelirroja balbuceando desde el marco de la puerta de Billy, del porqué él debería dejar que pasara tiempo con Lucas.

Dios, el californiano no tenía tiempo para escuchar aquellas estupideces, estaba tratando de verse lo mejor posible porque iría a una fiesta donde estarían todos sus ex's compañeros de escuela y también estaría Steve.

Jodido Steve, le había puesto el mundo de cabeza, lo odiaba por eso. Pero habían pasado momentos de puta madre, todo el sexo, todas las risas, las pequeñas citas, todo estaba marchando bien, por una vez en tanto tiempo no se sentía tan miserable.

Se sentía en el paraíso cada vez que se miraban, cada vez que follaban, cada vez que se besaban e incluso cada vez que se tocaban de forma inocente.

El timbre de su casa sonó y sus sentidos se alarmaron, ambos, Max y Billy se miraron al mismo tiempo asustados. Eso llevó a que dejara de verse en el espejo, tomar sus llaves y sus cigarrillos y salir de su habitación con Max detrás suyo caminando hacia donde venía el sonido del timbre sonando.

Demonios, Steve iba a pagárselas, si que lo haría.
Su padre estaba en casa, él sabía perfectamente que se le tenía prohibido acercarse a esa casa.

Abrió la puerta de golpe y ahí se encontró a Harrington, viéndose re hermoso, como un Dios. Quería besarle ahí mismo pero lo más principal en esos momentos era alejarse lo más rápido que pudieran, antes que su padre les viera juntos.

Le tomó del cuello y lo saco del porche de su casa. El rostro del castaño mostraba confusión mientras el de rizos le iba alejando de la casa a pasos rápidos.

-Hola y adiós Max -le gritó, mientras le saludaba con la mano.

La pelirroja sonrió levemente y me saludo de igual manera mientras cerraba con rapidez la puerta de la casa.

Billy lo llevó de esa forma hasta su auto y lo empotró contra el veículo.

-Es agradable verte también, Billy -musitó con sarcasmo.

-¿Que es lo que te pasa?

-¿Qué me pasa a mi? -contraatacó desentendido- Solo estoy recogiendo a mi novio.

-¿En mi jodida casa sabiendo que aquí está mi puto padre homofóbico? Por Dios, Steve, pensé que ya habías superado esto.

-No sé de que me hablas, Billy -alzó la voz molesto- No estoy haciendo algo fuera de lo normal, o algo que haría enojar a tu padre. No estoy besándote o tomándote de la mano enfrente de tu casa a los ojos de tu padre, si es eso lo que te aterra tanto -murmuró lo último en voz baja.

El rubio rodó los ojos y tomó un largo suspiro.

-Lo dices como si es no algo que hacemos cada vez que estamos juntos, Steve.

-Tú lo haces sonar como que si fuera lo peor.

Se pasó un mano por el rostro, completamente frustrado. El sereno de la noche chocaba contra su rostro tratando de calmarlo. La luz del poste que había arriba de ellos, hacia resaltar aquellos ojos cafés llenos de tristeza.

-¿Qué es lo que quieres de mi, ah? -se alejó del castaño, extrañando aquella cercanía que compartían segundos antes.

-Quiero que dejes de tener miedo de estar conmigo -le gritó molesto.

Billy soltó una risa cómica mientras masajeaba su cien, mirando sus brillantes botas negras.

-¿Qué es lo que en serio quieres reprochar, Harrington? -volvió a acercarse a él mientras le hablaba con pesadez- Hemos tenido citas en lugares públicos, he sido gentil, te he besado, te he tocado, hemos follado como conejos, ¿qué más quieres de mi?

RIBS [Harringrove]Where stories live. Discover now