2. Mirar, torcer y abrir

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— ¿Quién se va a mudar a mí departamento?.

Boscha y la agente giraron su cabeza inmediatamente hacia la voz que habían escuchado. De hecho, la pelirosa lo hizo tan rápido que le quedó doliendo el cuello, pero por supuesto que disimuló el dolor transformando la mueca en una sutil sonrisa.

Sin embargo, al contrario de las otras dos, Amity giró lentamente y con la suma tranquilidad que la caracterizaba. No temblaba a la hora de hacer negocios por sumas gigantescas de dinero así que mucho menos lo iba a hacer a la hora de sacar a patadas al desagradable ocupante de su departamento... o al menos eso creía.

El temblor, que digo temblor, el terremoto, que digo terremoto, el tsunami que recorrió todo su cuerpo en cuanto sus ojos encontraron el cuerpo y rostro de la inquilina, tiró por la borda la tranquilidad y templanza anterior. En tan solo dos segundos, ese moreno cuerpo que se había quedado estancado en la puerta de entrada, había logrado hacerle sentir lo que en sus 24 años de vida no había sentido. Con tan solo una mirada de esos ojos chocolates de la chica que tenía a tan solo dieciocho pasos, calculó Amity rápidamente, había hecho que la empresaria se sintiera desnuda como su madre la trajo al mundo.

— ¿Se puede saber quien carajo eres?. - la voz de Boscha sacó a las tres mujeres de sus distintos pensamientos —. ¿Tuviste una cita con algún grifo o algo así?. - preguntó nuevamente la ojiazul, que claramente se había centrado en los moretones, rasguños y pequeñas cortaduras que ocupaban la mayor superficie del rostro de la persona. Aunque las heridas no eran recientes, le daban un aspecto tétrico a su rostro.

—Ella es Luz Clawthorne, es quien vive aquí. - antes de que la inquilina pudiera contestar, la agente inmobiliaria apresuró las presentaciones para tratar de aliviar el momento —. Señorita Clawthorne, ¿Se encuentra bien?. - preguntó, dando varios pasos hacia la castaña.

En cuanto vio que la agente dio varios pasos hacia ella, la inquilina retrocedió rápidamente, alejándose de cualquier inquisición. La pared hizo que no pudiera retroceder más y agradeció internamente que la mujer hubiera detenido su avance al notar su incomodidad.

— ¿Por qué están en mi casa?. - volvió a preguntar a ninguna en particular.

Era lo único que iba a decir Luz para después descansar contra la pared, esperando que alguna de las otras mujeres le explicara por qué estaban allí mientras ella se dedicaba a inspeccionarlas desde su lugar.

Cuando se topó con la mirada evaluadora de Amity, decidió que era mejor mantener la cabeza abajo, sus ojos contaban demasiadas historias que ni ella misma quería recordar.

Por otro lado, la peliverde acortó un poco la distancia sin sacar la mirada de la otra muchacha, no porque no quisiera, simplemente no podía.

—Señorita Clawthorne. - la vendedora carraspeó antes de seguir hablando —. Tengo entendido que usted le informó a mi jefe que no tenía problemas en tener compañeros de departamento. - le dijo.

Lejos de contestar, Luz se limitó a asentir con su cabeza.

—De acuerdo. - continuó la agente inmobiliaria —. Éstas señoritas. - señaló a Amity y a Boscha de forma inútil porque Luz seguía sin mirarlas —. Desean mudarse mañana mismo, si no hay inconveniente con usted, claro. - agregó, volviendo a mirar a Luz y obteniendo la misma apatía anterior —. ¿Usted quiere entrevistarlas o hacerles alguna pregunta?. - que más quería ella que alguien les hiciera pasar un mal momento a las dos mujeres que habían sido su pesadilla durante varias horas.

Luz, nuevamente sin palabras, se limitó a subir sus hombros, restándole importancia a lo que estaba diciendo la mujer.

Suspirando, la agente continuó.

No soy para ti (Lumity G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora