45. Que sea lo que Dios quiera

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―¿Camila? ―la morena no había cambiado su cara de confundida desde que Brittany entró a su departamento. No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Amity estuviera a su lado.

―Hola hij... hola Luz ―saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía en frente.

Luz se alejó varios pasos y Camila sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las mellizas, los señores Blight y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Luz, Camila había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con mucho cuidado.

―¿Qué... qué... que haces aquí? ―Luz aun no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Brittany con la presencia de su madre aquí― ¿Por qué la trajiste? ¿Por qué... ―no podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga.

Brittany y Camila se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra.

― Tu madre...―la tatuadora apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse― Camila estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas ―resumió los hechos ocurridos en Tiffany & Co.

Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Camila decidió hablar― Se que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mi misma ―agregó segura.

Luz agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ellas las iba a cuidar.

―Por favor Luz ―Brittany insistió mostrándole el smoking― Estoy desesperada ―la voz le salía como un chillido.

―Amity... Quiero hablar con Amity...―necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.

Esta vez fue Camila la que agarró su celular e intentó llamar a la empresaria. Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Luz era su nuera.

― Lo siento―se disculpó cerrando la llamada― No contesta...

―La señorita Banshees tampoco ―Brittany había intentado por otro lado.

―Entonces es mejor que me qued...

―Luz ―dijeron las dos mujeres al mismo tiempo. Brittany le hizo un gesto a Camila cediéndole la palabra― Si no quieres ir con Brittany está bien ―la madre de la morena no hizo caso al quejido de protesta de la joyera― Pero si ese es el caso, te pido que me dejes quedarme aquí, contigo, hasta que Amity regrese. Puedo ayudarte a cuidar a mis nietas―no iba a obligar a su hija a ir a una fiesta a la que claramente no quería asistir, pero al menos iba a intentar pasar tiempo con ella. Cualquier minuto que le concediera iba a ser bien recibido.

―Escuchen ―Brittany volvió a tomar la palabra y logró que la mirada de la morena se concentrara en ella― Camila se que tienes miedo de que Luz se sienta incomoda en este lugar, pero prometo ―miró a Luz― Te prometo que no me voy a separar de tu lado y que apenas quieras irte nos iremos ―le dijo con total sinceridad― Pero de verdad, de verdad te necesito a mi lado Luz. Necesito que me des la fuerza que solo una amiga puede dar. Eres la única persona que nunca ha esperado nada de mi ―la tatuadora iba aflojándose con cada palabra― Por favor Luu... por favor ―eran las últimas suplicas que iban a salir de la boca de Brittany.

No soy para ti (Lumity G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora