46. La última caricia

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Boscha cerró los ojos mientras escuchaba como su socia aceptaba la oferta de Crish y al mismo tiempo el brazo de Luz se resbalaba de su agarre. Después de contar seis segundos en su mente pensó que iba a escuchar gritos, pedidos de seguridad y hasta se estaba preparando para saltar a defender a su rarita de cualquier injusta acusación, pero en lugar de eso una mano cálida en su espalda la hizo reaccionar.

―Boscha... ―con su vista Willow le señalaba hacia su frente. Luz no había avanzado más de diez pasos lejos de ellas tres. La morena se había quedado con la cabeza agachada, con sus brazos tensos al costado del cuerpo y por lo blanco de sus nudillos se podía adivinar que no estaba para nada calma.

Boscha miró hacia su derecha y se encontró con que Brittany miraba a la tatuadora con preocupación. La joyera no parecía enfadada, sino más bien cautivada por toda la situación. Si otro hubiese sido el contexto, la pelirosa podría haber visto una debilidad en la mujer y aprovecharla para atacar. Pero este no era el caso.

La debilidad de Brittany se traducía en cariño por Luz y cualquier persona que comparta el mismo cariño por la rari que ella merece sus respetos. En su otro costado estaba Willow, su novia. La bailarina estaba aferrada a ella como si Boscha tuviera todas las soluciones, como si Boscha tuviera el hechizo para hacer que la tatuadora dejara de sufrir.

―¿Señorita se encuentra bien? ―la voz de un mozo que pasaba por allí cerca, hizo que tanto Brittany como Willow y Boscha se enfocaran en la morena.

La imagen fue de lo más devastador. Luz ya no estaba parada firmemente, al contrario, se había encuclillado sobre sus pies y usaba sus dos codos apoyados en sus rodillas para darle fuerza a sus manos y que sirvieran para esconder su cabeza.

―Boo... ―Willow no tuvo que ni decirlo. Boscha no tardó en arrodillarse junto a Luz.

―Rari... Luz... ―No sabía que forma de llamarla la iba a hacer reaccionar― Rari por favor, me estás preocupando... ― trataba de sacar la cabeza de Luz de la cueva que ella misma se había creado entre sus brazos pero la morena no cedía, su respiración era dificultosa y Boscha podía escuchar murmullos y sentir pequeños pero fuertes tiritones― No se qué hacer ―les dijo de forma frustrada a las otras dos mujeres que ya estaban a su lado.

―Luz, querida...―Brittany intentó sobarle la espalda mientras Willow solo estaba tiesa a su lado y lloraba sin parar. Al menos la bailarina se ocupaba que los ojos de cualquier curioso fueran hacia otra parte.

―Rari...―la voz de Luz la interrumpió.

―Ayúdenme ―el pedido fue seco y muy bajo, tanto que Boscha no creyó lo que escuchó hasta que levantó su cabeza para encontrarse con unas sorprendidas Willow y Brittany.

Boscha se movió con velocidad hasta que, sin importarle su elegante vestimenta, quedó sentada enfrente de Luz.

―Rari... ―agarró las manos que cubrían la cara de la morena― Quiero que me mires rari ¿de acuerdo? ―sabia que si Luz no aflojaba sus brazos no iba a lograr verla― Yo te voy a ayudar, te vamos a ayudar ¿cierto? ―las afirmaciones de las otras dos se escucharon rápidamente― Pero necesito que me mires por favor ―pocas veces como esa noche se había escuchado a Boscha Banshees decir tantas veces esas dos palabras― Rari... por favor... ―después de un cambio en su respiración Luz levantó su cabeza lo suficiente para que sus ojos miraran a la pelirosa― ¿Qué necesitas? ―no perdió tiempo.

―Tengo... Tengo. Quiero matar a ese tipo ―dijo respirando entre palabras. Boscha podía ver la rabia en sus ojos.

La empresaria miró rápidamente a su novia que ya había parado de llorar― De acuerdo...eeeee ¿por qué te frenaste? ―a esta altura y mientras la voz de alguna contratada cantante se escuchaba de fondo, pensaba que ya habría presenciado la forma en que la tatuadora le saltaba a la yugular al estúpido de Chadwick.

No soy para ti (Lumity G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora