48. A+L=X

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Pocos días después — A metros de distancia del estudio de tatuajes de Luz.

―¿PUEDES APURARTE BLANQUITA CUL...―la bebé en sus brazos la detuvo― COLA GRANDE BLIGHTGAY? ―Boscha había sido la primera en abandonar su lindo auto para ir a la tienda de tatuajes.

Sacó a su sobrina del coche de seguridad del asiento de atrás y empezó a caminar pero se tuvo que volver cuando fue a decirle un comentario gracioso a su socia acerca de las horrendas calzas que estaba usando una mujer que justo cruzaba la calle enfrente de ella y se dio cuenta que caminaba sola.

Caminó con furia y con Emma tambaleándose en sus brazos hasta el auto nuevamente, para encontrarse con Amity revisándose en el espejo por decimonovena vez en lo que iba del pequeño trayecto que habían recorrido desde la oficina hasta la tienda de tatuajes.

―Dame un segundo ―pidió Amity sacando el maquillaje de su bolso para darse un retoque.

Boscha suspiró y apoyó su frente en la ventanilla de Amity para luego besar la cabeza de Emma. La pequeña chupaba ansiosa su sonajero sin importarle cuanto se demoraba su madre. Boscha pensaba quedarse calmada y tener paciencia hasta que vio como su socia sacaba el peine de su bolso.

― Amity... Por el amor de Dios... Por vigésima vez, te ves todo lo hermosa que alguien tan cul... De cola grande como tú puede verse. La rarita va a estar babeando por ti aunque uses una bolsa de papas y te maquilles como una pu... Como una mujer de la calle, que por cierto es lo que pareces ahora ―de un manotazo le sacó el rímel de las manos a su amiga.

― ¡OYE! ―a Amity no le gustó para nada― Boscha Banshees devuélveme eso ya mismo ―nadie le sacaba nada de las manos a Amity Blight. Bueno eso era antes, porque ahora estaba segura de que si tuviera el libro de todas las respuestas de la vida en sus manos y alguna de sus tres hijas o Luz se lo sacara de un manotazo a ella no le importaría.

La risa de Emma hizo que su ceño fruncido desapareciera en menos de dos milésimas de segundos. La risa de la bebé era tan hermosa como la pequeña de piel oscura como la de ella pero con el mismo pelo y ojos que Amity.

Boscha no hizo más que reírse mientras miraba la falsa amenaza de su amiga.

― Por Dios Amity, desde que eres madre y estás enamorada de la portadora del terrible martillo has perdido toda tu maldad ―la pelirosa se reía pero en realidad estaba muy orgullosa de su amiga. Boscha alzó a Emma para enfrentarla― ¿No es cierto pequeña culoncita? ¿No es cierto que desde que tu mamá está loquita por el rarón de tu otra mamá está hecha una blandita? ―la voz de la pelirosa era lo más ridículo del mundo y ni hablar de la cara de babosa que ponía Boscha cuando Emma le soltaba un millón de balbuceos por segundo.

Amity solo giró los ojos y volvió a recuperar de un manotazo lo que le habían sacado aprovechando que su hija mantenía distraída a su socia.

― Mira quién habla, señorita tengo que salir corriendo de una reunión de negocios porque Willow quiere un picnic improvisado en el parque o empiecen la fiesta sin mi porque mi hija quiere que cocinemos juntas ―era el turno de Amity de reír y de Boscha de girar los ojos.

Si había una competencia de dominadas claramente Amity y Boscha eran ganadoras.

―Como sea ―le restó importancia y volvió a posicionar a su sobrina sobre sus caderas― ¿Nos podemos ir ya? Quiero ver a mis otras sobrinas ―sentenció apoyándose en el auto y dándole la espalda a Amity.

―Dime como me veo. Y dime la verdad porque necesito que Luz me vea y se me tire encima, así que respira y dime que me veo deseable ―nuevamente se miraba en el espejo al mismo tiempo que se acomodaba el cabello para después acomodarse el escote de su ajustado vestido azul marino.

No soy para ti (Lumity G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora