49. Familias que Crecen

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Varias horas después - En Los Ángeles.

―Perdona que hayamos aparecido así de improvisto mamá ―después de un difícil viaje y con un gran agotamiento, Amity entraba a la casa de sus padres en busca de alivio paternal.

Emma llorisqueaba en sus brazos y una chinchuda Luna estaba agarrada de su vestido como si su pequeña vida dependiera de ello. Segundos después, Alador cruzaba la puerta con Beth y Sophie dormidas en sus brazos. El hombre se apresuró a dejarlas en distintos sillones por miedo a que se le cayeran por falta de fuerza.

― Amity... Hija, no quiero escuchar que te disculpes por algo así nunca. Para eso estamos tu padre y yo, para que ustedes pueden recurrir a nosotros ante cualquier inconveniente, además tú sabes que me encanta tener a las niñas aquí ―Odalia recibía a toda su familia con un poco de preocupación mezclado con felicidad por tener de vuelta a su hija y a sus nietas en la enorme y solitaria casa que solo ella y su marido ocupaban― ¿Sabes algo de Elisabeth? ―preguntó la mujer de inmediato.

Odalia se había enterado lo sucedido por la llamada que su hija le había hecho antes de subirse al avión para hacerle saber que en unas horas iban a estar aterrizando en Los Ángeles e iban a necesitar de la ayuda de ellos para sobrevivir estos días.

Amity agitó su cabeza en negativa.

― Luz se fue con Boscha y Willow al hospital antes de que papá llegara a buscarnos. Me costó convencerla de que nos dejara pero en el estado que estaba Boscha no podía permitir que Willow lidiara sola con ella ―era de lo único que estaba segura― Solo sabemos lo que Boo nos contó cómo pudo del llamado que recibió ―entre tramites, gritos, llantos y sollozos la pelirosa había contado todo lo que sabía― Al parecer se trata de un ataque al corazón, pero no sabemos bien ―finalizó con tristeza mientras asentía a la seña que le hizo su padre haciéndole saber que iba a acostar a las dos otras niñas― Apenas termine de darle de comer a Emma me voy para allá... ―un bufido de Luna la frenó e hizo que la empresaria mirara a la pequeña morena.

―¿Qué pasa con mi terrible nieta y su hermosa carita de enojada? ―Odalia se anticipó a su hija y agachándose como pudo y con el tiempo que su edad la dejaba se puso al nivel de su nieta mientras su hija se acomodaba en una silla para darle el pecho a la Clawthorne-Blight menor.

Luna empezó a gesticular y a revolear sus brazos enojada hacia cualquier dirección. Amity giró los ojos y no evitó una sonrisa por ver a su hija del medio así. La raroncita no era para nada celosa con sus hermanas, excepto cuando se trataba de la atención de Amity. Luna quería que la ojiambar fuera solo para ella y para nadie más.

―¡Maaa Emma! ¡Mii Emma! ¡Bee Emma! ¡Emma todo! ¡Luna nada! ―upss alguien estaba celosa― Yo... ¡Maaa! ¡Wiwi! ¡Wiwi! Nada ―se quejó que la falta de atención de la empresaria ante sus necesidades― Yo ¡Maaa! ¡vion! Maaa nada y Emma todo ―evidentemente alguien le había sacado su lugar preferido en las piernas de su madre y ni hablar de la cara que puso cuando vio a su hermana menor succionando el pecho de su madre, a lo Luz, agachó su cabeza y se quedó callada mirando el piso.

Odalia miró a Amity conteniendo una sonrisa.

― ¿Me parece a mí o alguien está celosa de su hermana? ―la empresaria asintió acariciando con su mano la cabeza de Luna.

― Luna cielo, ven con mamá ―exigió Amity recibiendo una suave negativa de cabeza. Y para colmo la pequeña traicionera se tiró a los brazos de su abuela como si fuera una bolsa de papa completando el rechazo hacia su madre. Odalia la acurrucó entre sus brazos dedicándole una sonrisa a su hija mientras Amity giraba los ojos― Es idéntica a Luz ―rebuznó tratando de que ya una dormida Emma soltara su comida― Con ellas todo es un doble esfuerzo ―dijo con alegría. Si había algo que le encantaba era contentar a sus dos morenas.

No soy para ti (Lumity G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora