Volviendo A Casa

Cápitulo 12

Voy caminando por el largo pasillo empujando una cubeta con agua, es poco más de medio día y siento que mis pies no pueden dar más, cuando llegó al final del pasillo mojo el trapeador, lo exprimo y comienzo a trapear.

Han pasado dos semanas y media desde que fui por primera vez al prostibulo, durante la semana soy una más de las chicas del servicio, aveces en las noches el animal hace de las suyas con migo, los sabados en la tarde soy llevada a aquel asqueroso lugar y el domingo en la noche me traen de regreso.

Una vez termino de trapear ese pasillo continuó con los demás de la segunda panta, no falta mucho para mi descanso y en serio quiero aprovecharlo. Hoy es martes, mis piernas y brazos todavía siguen resentidos del sabado en la noche y parte del domingo en la mañana, no es nada bonito y comodo colgar del techo por horas boca abajo.

Durante mi poca estadia en aquel lugar logre entablar una pequeña amistad con Juan, cuando me regresan a mi "cuarto" es cuando me permito llorar, aprendí por las malas que si tengo alguna actitud así frente a los clientes me ira muy mal, Juan esa noche se quedo conmigo consolandome por horas, cosa que agradezco y valoro.

Por otro lado están Carina y Maurizio, estos al enterarse a donde me llevaron casi pegan el grito en el cielo, Maurizio estuvo a nada de ir con el animal pero entre Carina y yo lo retuvimos, en cambio ella si fue a reclamar, lo único que se consiguió fue una paliza para mi y trabajo extra para ella.

-Pequeña, ¿cómo estas?- escuche a Maurizio una vez entre en la cocina.

En respuesta subí los hombros, puse mi mano derecha a la altura de estos con la palma hacia abajo y la incline levemente hacia ambos lados rítmicamente.

-¿Te ha hecho algo?- intente decir no pero al fallar negué -no te fuerces, recuerda lo que dijo el doctor y mejor come, no te vaya a dar algo- resulta que el otro día vino uno de los tantos socios del animal, esté a comparación suya si era una persona amable, fue un accidente el que nos hayamos topado en un pasillo, no le importo que estuviera con la ropa de sirvienta, aun así me hizo una revisión rápida a pedido de Carina que se encontraba con migo en ese momento, al no poder hacer mucho volvió otro día con sus materiales y resulta que no perdí el habla, más bien mis cuerdas estan muy dañadas por forzarlas, eso quiere decir hablar mucho o muy fuerte, en mi caso gritar, si hay solución y por ahora sólo es evitar forzarlas más, poco a poco ir haciendo ejercicios y volvere a hablar con normalidad.

Me dejo en frente de mi un plato con lo que parecia ser un pedazo de salmon, esparragos y pure de papa. A pesar de que las comidas "decentes" sólo podían ser ingeridas por el jefe o sus invitados Maurizio siempre encontraba la forma de guardar comida para mi, ya que según él " yo necesito esos nutrientes más que ellos", aunque casi siempre terminabamos él, Carina y yo comiendo lo del jefe.

A los pocos minutos entro Carina y al igual que a mi le sirvio un plato de aquel manjar, una vez se aseguro de que nadie pudiera entrar nos acompaño con otro plato y entre los tres disfrutamos de las delicias de mi amigo, al final ellos terminaron hablando en italiano mientras miraban las puertas y ventanas, susurraban como si fuese algo confidencial pero de todos modos no entenderia ni un tercio de lo que dicen, no paso mucho cuando me empezarón a ver, no hace falta ser un genio para saber que de alguna u otra forma yo estaba dentro de su conversación.

Al terminar mi descanso me despedí con la mano y salí directamente hacia el salón de eventos, hoy me toca limpiarlo meticulosamente ya que en la noche habra una reunion con otros socios, estos a comparación con los de la última vez son aquellos que trabajan de manera legal, los otros por lo poco que me contó Andrea son narcotraficantes o algo así.

Ingreso al gran salón y camino directamente hacia el fondo, primero comienzo con sacudir el polvo de todos lados, segundo me ocupo de despejar absolutamente todo el salón, barro y trapeo hasta por debajo de los muebles, con un trapo humedo me encargo de pulir y encerar todos los adornos del techo con ayuda de una escalera, después de unas 3 o 4 horas aquí metida limpiando llegan unos hombres, estos son los que me ayudaran a mover las cosas grandes.