14. Necesito un nombre

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Eduardo

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Eduardo

Recuerdo cuando era niño y me sentía feliz todo el tiempo.

Porque las personas solemos relacionar la niñez con la felicidad infinita que surge de un momento a otro, en el que creemos que es así como debemos de sentirnos todo el tiempo, solo es un engaño porque cuando te das cuenta "ya estas a punto de cumplir veinte" la niñez solo dura un Kiss, y de la nada ya está derritiéndose en tu boca o en la mano.

Porque la sensación de dulzura solo dura unos años.

─ Podrías dejar de comerte mis dulces y podríamos continuar ─ comenta el doctor alejándome el tazón lleno de caramelos y uno que otro chocolate.

─ Sabe ─ hago una pausa para agarrar otro dulce de canela antes de que se los lleve ─ Yo no creo en la terapia ─

Otros vente minutos haciéndonos tontos, lo único que he aprendido de estas sesiones es que mi hermana las disfruta más que yo, que mi madre quiere tenernos alejados de la casa el mayor tiempo posible, que este doctor es un fraude porque no me da un consejo útil, pero sin embargo aquí estoy.

─ ¿Y porque estás aquí? ─ pregunta tomando notas.

─ ¿Esa no es una pregunta que todo el mundo se hace y nadie sabe cómo contestarla? ─ alejo el cojín que tengo en mi regazo y lo lanzo al otro lado del sillón.

─ ¿No crees en la terapia pero si en las señales del universo? ─ toma su taza y se levanta para tomar un poco de café que hay en la mesa de la esquina de la habitación.

─ Yo no dije eso ─ levanto la vista para ver que solo le queda un poco de café en la vieja cafetera.

─ He notado que has estado un poco nervioso ¿es por la fecha de la firma del divorcio de tus padres? ─ se acerca de nuevo y se sienta enfrente a mí en su trono.

Cada vez que yo entro a este cuarto puedo ver como el me analiza, yo lo hago con él pero solo un poco, su camisa esta arrugada y por la cantidad que toma su café al parecer no tuvo una buena noche, su corbata está más ajustada de lo normal, tal vez salió apresurado de una que otra aventura de media noche, pero no me hagan caso yo no soy doctor.

─ Claro que estoy ansioso, esto está por terminar ─ mi plan era continuar pero veo que vuelve a hacer anotaciones.

─ Continua ─ me pide mirándome.

Me recargo en el respaldo y empiezo a autoanalizarme yo mismo.

─ Ahí puede escribir algo muy sencillo " Chico trastornado por una infancia difícil, es la persona que se describe en el perfil, malhumorado, callado, condescendiente, idiota, no tiene remedio, trata a las personas mal y está feliz porque sus padres finalmente se van a separar porque cree que así van a llevar una mejor vida" ─ tomo aire y recuerdo una cosa más ─ ah no olvide decir que soy atractivo, porque si lo soy, quiero que la persona que lea el expediente tenga la imagen completa de lo que las chicas llaman chico malo

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