8. ¿Se apellida Suleiman?

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Eduardo

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Eduardo

Mi papá es Batman.

Eso creí cuando era un niño, las expectativas son altas, tal altas como el Monte Everest, siempre creí que mi padre era un tipo de superhéroe, uno que salía en las noches a combatir a personas que robaban un banco o algo más heroico como detener un auto con una mano para salvar a una familia, lo veía salir en las noches con un traje negro y creía que debajo traería uno distinto para cubrir su identidad y protegernos, nunca se lo dije a nadie para que él tampoco corriera peligro, eso me convertía en un buen compañero.

Me pasaba la noche entera esperando a que llegara pero el sueño era mi peor enemigo, una vez logre mantener los ojos abiertos, solo un segundo más, creí que mi padre llegaría con los nudillos mallugados, con alguna cicatriz de pelea que cruzara su barbilla, esa noche por alguna razón me parecía especial y lo fue.

Cerré las cortinas, apagué todo incluído el televisor y me senté en el sillón individual, la oscuridad no me dejaba ver ni un alma, le pedí a mi mamá que me dejará solo pero ella insistió en llevarme a mi habitación y cuando vi que entro a la suya corrí a esperarlo, puse en práctica todo lo que sabía de espías, aunque no era una gran variedad de técnicas logré bajar a la sala sin que mi madre se diera cuenta.

Prendí una lámpara porque también sabía algo sobre interrogatorios, un ruido logro asustarme, a mí, un espía entrenado, vi una sombra debajo de la puerta de la entrada, era mi padre o algún ladrón intentando entrar en la casa, espere expectante el encuentro, un ladrón no tendría la llave de la casa así que asumí que era mi padre.

Él entro con el mismo traje que llevaba antes de salir de casa, lo observe con cuidado, ninguna mancha, perfectamente peinado, sus zapatos sin ningún rastro, la mayoría de las peleas dejan una mancha de lodo difícil de quitar.

Pero no llegó con las manos vacías, no era nada de lo que había imaginado, no era nada sencillo descubrir lo que estaba pasando, tal vez era el sueño que intentaba ganar la guerra, mis ojos tal vez me nublaban la vista, un ataque muy bajo, mi padre finalmente logro verme, deseaba ser invisible pero nada funcionó, solo dijo mi nombre y en un susurro me pidió llamar a mi madre.

Una pregunta retumbo en mi cabeza, pero no sabía si mi padre querría responderla, o si aceptaría su doble vida salvando a las personas de noche.

¿Por qué había traído a una niña a nuestra casa?

Después descubrí que sería mi hermana.

Años después me creí un tonto al descubrir que mi padre no era el tipo de superhéroe que asumí, ella no hablaba conmigo y yo no iba a hablarle y mucho menos rogarle, esto se había convertido en la ley del hielo más larga del mundo pero meses después solo cruzo una palabra conmigo "Tú papá si es un superhéroe".

Algo diferente, un doctor, abogado, científico, astronauta, un vaquero pero ninguna era su profesión y volví a estar confundido.

Actualmente el trabajo de mi padre me parece el más grandioso del mundo, cruzo las puertas del lugar para buscarlo, todos sus compañeros y empleados ya me conocen resulta que soy el hijo del jefe.

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