Enamorarte de una persona, bueno. ¿Pero que tal si son dos al mismo tiempo?
¿Cómo decidir cuando ambos te ponen a flor de piel?
Leslie contará su versión de la historia. Su propia historia de amor, si es que se puede llamar así.
Muchas personas cr...
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Leslie
Es la mejor escena que he visto en meses, podría dejar que ambos continúen haciendo cualquier cosa que tengan en mente, pero está noche está haciendo demasiado frio para dejarlos afuera, ahora no creo que lo tengan por el alcohol que corre por sus venas pero en algún momento lo sentirán, sin dejarme de reír bajo las escaleras lo más rápido que puedo, abro la puerta con mucha cautela de que mis padres no escuchen que dejo pasar a los locos que tienen la música de AC/DC a todo volumen afuera de nuestra casa.
Les hago una señal a ambos, Eduardo camina mirando el suelo y Raúl guarda el celular en su bolsillo.
─ Entren en silencio y suban las escaleras ─ no puedo dejar de sonreír y ellos por lo feliz que se ven la fiesta estuvo grandiosa.
Raúl casi se cae.
Corro detrás de ellos y los guío hasta mi cuarto, en cuanto los tres ponemos un pie dentro, cierro la puerta asegurándome de que nadie se ha levantado.
─ Den gracias a Dios que mis padres tienen el sueño pesado ─ susurro levantando las cosas de mi mesa.
─ Yo no rezo ─ comenta Eduardo deambulando por la habitación.
─ Solo es un decir ─ hablo entre dientes.
El icono de Skype vuelve a aparecer en mi pantalla, es Manuel de nuevo, entro en pánico cuando la llamada termina pero vuelve a insistir.
─ Escóndanse ─ comento volteando a verlos.
─ ¿Where? ─ pregunta Raúl mirando la cama.
─ ¿Dónde podríamos escondernos?, este lugar es tan pequeño que ni una cama KingSize cabría sin que este lugar se vea más diminuto ─ critica Eduardo.
Quiero matarlos en este momento, pero hay solo una cosa que deben hacer.
─ Solo salgan de cuadro ─ señalo a punto de contestar.
─ Pero... ─ intenta decir Eduardo pero lo callo.
─ Si quieres escóndete debajo de las sábanas pero nadie debe enterarse que están aquí, ahora cállate ─ tomo aire y contesto.
Las manos me sudan, ¿Cómo es que hace un momento me estaba divirtiendo?, empiezo a mover los dedos y en la pantalla aparece la cara de reproche de Manuel.
─ Soy Leslie ─ comento sin pensar.
─ Ya lo sé ─ responde en tono molesto.
Escucho risas detrás de mí, ni siquiera quiero ver donde se terminaron escondiendo.
─ ¿Estás bien? ─ bajo la voz con temor de oír su respuesta.
─ Por eso no soy el portador de noticias de nadie ─ repite, puedo ver su molestia, todo por enterarme de lo que pasa.
