11. Todo es culpa de Alex

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Leslie

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Leslie

─ Acompáñame ─

Ingenuamente creí que las primeras palabras que saldrían de su torpe boca se asemejarían a una creíble disculpa, si Alex fuera un bebe la única palabra que le enseñaría a pronunciar sería un "perdón", pero un bebe no haría nada estúpido como lo que este hombre con bellos en el pecho hizo.

─ ¿Me llevarás a un bosque para que nadie pueda escuchar mis gritos cuando te diga hasta de lo que te vas a morir? ─ gruño intentando soltarme de su agarre.

Logro quitarme su mano de encima y doy un paso atrás.

─ No voy a dar un solo paso con un cobarde como tú ─ le advierto.

─ ¿Esa es la forma de recibir a un viejo amigo? ─ se cruza de brazos.

Es como si la calle fuera un paso prohibido, ni una sola alma camina a nuestro lado, después de que terminara el entrenamiento Eduardo se ha marchado al igual que las admiradoras, solo estamos él y yo a la mitad de la banqueta, ha logrado jalarme unos centímetros y no puedo correr dentro de las canchas para librarme de la tensión que se empieza a formar entre nosotros.

─ Por si tu cabeza no lo ha entendido, ya no somos amigos ─ le recuerdo sintiendo que mi garganta arde.

─ Solo quiero hablar en un lugar donde estemos solos ─ cada vez que puedo lo miro de arriba abajo, botas negras sucias, su cabello está más lago de lo que recuerdo y del que le gusta tener, sus ojos muestran su cansancio, miro sus nudillos y están hinchados y el tono de rojo aún se alcanza a distinguir.

─ Si vas a disculparte puedes hacerlo aquí, donde las personas que pasen sean testigos  ─ inserto el mensaje subliminal en su torpe mente.

─ No tienes que sonar tan profunda ─ suspira metiendo las manos en sus bolsillos al darse cuenta de que los estoy mirando.

Este chico solía ser todo un galán, desconozco si aún lo es, además del tiempo separado de él su pinta no da la impresión de nada atractivo en este momento, lo que antes parecía derretirme ahora se ha esfumado o es que la luz de la luna me confunde.

─ Eso antes te gustaba ─

Y esas no son las palabras exactas que significan "muérete y espero que todo te salga mal", más bien son un intento de recordar todo lo que paso entre nosotros.

─ ¿Eso es lo único que tienes que decir? ─ pregunta como si yo fuera la que decaerá verlo y contar los momentos importantes de estos últimos meses para estar al tanto.

─ Eres tu quien me busco ─ hago una mueca al responder ─ Y si eso es lo único que tienes que decir es mejor que me vaya, tengo cosas más importantes que hacer ─

Pero no logro ni dar la vuelta cuando vuelve a tomarme de la mano.

─ Deja de tocarme, es lo último que quiero que vuelvas a hacer ­ ─ esta vez subo el tono de mi voz, tal vez así quede claro mi punto.

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