¿Novia o niñera?

XXIV

Me quede atónita, no sabía con exactitud quiénes eran, aunque me daba un poco de consuelo el saber que ellos al igual que los Sakamaki conocían a Karl.
No tenía nada que hacer, después de aquella hermosa conversación me llevaron a mi habitación, era grande, con paredes color crema con acabados azules, la cama, un tocador largo con espejo incluido, un enorme armario de madera y una mesa, y sin mencionar el cuarto de baño, que al igual que la habitación era enorme, color azul marino. Después que me "instale", si así podría decirse, los cuatro hermanos salieron rumbo al colegio, ya que era de noche, yo no tenía nada que hacer, ya que literalmente no tenía nada de mis pertenencias, así que decidí recorrer la enorme casa.
Descubrí que tenía una enorme biblioteca, con tantos libros no podría acabar de contar, así que recorrí los pasillos en busca de un libro que me liberara de mi aburrimiento. Encontré uno sobre mitos y leyendas, era irónico y me causó un poco de gracia, siempre pensé que los vampiros eran cuentos de hadas, simples rumores de gente asustada, pero al parecer todo era verdad. Lo empecé a leer, el libro mencionaba otras criaturas, como centauros, sirenas, minotauros, hasta que llegue a la sección en donde hacían referencia al vampiro, aunque la mayoría de información no me sorprendía lo que me dejó intrigada fue el hecho que era algo básico lo que te explicaban, es decir lo que todo mundo en general sabe; que beben sangre para sobrevivir, son criaturas de la noche, si el sol los llegará a tocar sería algo mortal, la estaca de madera, pero no cosas como el hecho de que forman vínculos parecidos a los de una familia, o que pueden llegar a ser algo humanos, para el libro solo son monstruos despiadados. Claro cabe mencionar que el libro se veía viejo y desgastado por los años, tanto así que ni siquiera tenía editorial. Algo que me causo impacto y a la vez preocupación fue el hecho que según el libro, para un mal existe un bien, y bueno, ese hecho era que existía este grupo de élite llamados cazadores, se dedicaban a erradicar vampiros, pero con el tiempo se limitaron a solo aislarlos de los humanos, con el fin de que no causaran daños y pérdidas. Fue impactante pero interesante. En la página siguiente te mostraban un dibujo, era algo extraño, mostraba una daga la cual estaba cubierta de enredaderas, la cual estaba dentro de un conjuntos de formas parecidas a diamantes, en si la forma, igual, el dibujo estaba muy desgastado, era lo que podía observar en la tinta que prevalecía en la hoja.
De pronto escuche un ruido, me asusté, así que cerré el libro con rapidez, pero me relaje al ver que era Ruki, recorriendo los pasillos de la biblioteca, pero me pregunté que estaba haciendo aquí, no se suponía que debía estar en la escuela?

- ¿Cuando cumples años?- pregunto de la nada, sin expresión alguna en su rostro.
- Rayos, por todo lo qué pasó sinceramente lo olvidé, es pasado mañana, cumplo 16 años.
- A penas?- mencionó con expresión de disgusto- creí que ya los tenías cumplidos.
- Bueno, no sé si sepas, pero yo conocí a los chicos y a su padre porque necesitaba trabajo, así que entre como niñera, no como novia, y pude entrar así de joven gracias al consentimiento de mi madre.- esto último lo dije un tanto desanimada, ya que seguía teniendo muy presente el día de su funeral.
- Ya veo, entonces, suponiendo que conoces a los Sakamaki, y estando consciente de tu situación actual, no tendrás reproche en quedarte aquí.- estoy lo dije en tono de orden.
- Pero- mencione alterada- yo no me quiero quedar, ni siquiera tengo mis cosas, a parte, ya les expliqué que estoy enamorada de alguien más, esa no es razón suficiente para que me dejen ir?!?!- dije casi gritando.
- Que irrespetuosa eres, al parecer, no te enseñaron buenos modales, y no es razón, es más, es una razón para no dejarte ir. Nosotros no fuimos siempre lo que ves, nacimos como simples mortales, humanos, sufrimos de hambre y por dolor tanto físico como emocional, y esa persona nos dio una oportunidad. Es por eso que no la debemos de defraudar.
- Perdón, pero que no todos son sus hijos, es decir adoptados o no, son hijos suyos, así que el que yo escoja debería de estar bien, no?
De pronto, sin darme cuenta ya lo tenía enfrente de mi, con esa mirada fría y penetrante. Me aleje un poco pero empezó a dar pasos hacia mi, yo me alejaba y me alejaba hasta que choqué con un estante de madera, sentía escalofríos por toda la espalda, no hacia falta que me tocara, con tan solo su mirada era suficiente.
- No sabes lo que cada uno de nosotros siente, y por lo que hemos tenido que pasar, así que no te atrevas a pensar que sería así de fácil para nosotros, que no nacimos así. Entendiste?- pregunto cruelmente.
- Si- dije firme, aunque con un pánico, que me tuve que tragar.

Se alejó, en silencio, yo todavía en shock, asimilando que no podría salir de aquí hasta quien sabe cuando, me sentía enjaulada, frustrada, yo no me podía comparar con ellos, aunque quisiera intentar un escape, sería inútil, y no es que sea pesimista, sino que soy realista, no soy fuerte o rápida a comparación de ellos. Así que simplemente en ese momento tomé el libro, lo puse de donde lo agarré y me marché a mi habitación.
Estaba guardando mis cosas, ya que para mi sorpresa, al regresar de la biblioteca me topé con absolutamente todas mis pertenencias en la cama. Sobre mi laptop había un post it que decía:
"Asistirás al colegio con nosotros"

De por si, entendía que ambos clanes de hermanos no se llevaban bien, y para finalizar iría a asistir a la misma escuela que yo, vaya que suerte tengo.

- Me pregunto como es que alguien que se supone solo iba a trabajar termino convirtiéndose en la nueva novia- dijo en tono de pregunta y a la vez burlona el chico de ojos azul claro.
- Tienes toda la razón, como es que logro llegar a ese papel, o es que los Sakamakis han bajado su rango? - mencionó en tono completamente de burla y a la ves irritado aquel chico de estatura alta.
- Disculpen, quien rayos los dejo pasar??
- Estás en nuestra casa, podemos ir a donde queramos sin tu autorización- mencionó Yuma en tono irritado, casi gritando.
- Bueno, esta habitación me la dieron ustedes, y por el momento es mía, así que si, deberán de pedir permiso si quieren entrar.
- Ehhh, la gatita está enojada, pero decíamos en serio lo del porqué te eligieron a ti. Sabes porqué...?- dijo caminando hacia mi, ahora en tono serio.
- N-no, no lo sé
- Ese aroma - estaba ahora detrás de mi, oliendo mi cuello - siento que es familiar, aunque no logro recordar.
- Jajaja - reí nerviosa por la incómoda situación - te abras confundido de persona.
- No - afirmó Yuma - tu olor nos es familiar por un motivo en particular, somos buenos recordando eso, en especial un aroma tan dulce, que te hace perder el control.
No supe cuando pasó, pero a penas me fijé, esta en la cama, acostada, con ambas manos arriba de mi cabeza, y mi cuerpo estaba apresado por otro, y encima de eso, no podía mover siquiera mis piernas, ya que había algo que las separaba. La fuerza era tal que quede inmóvil, a parte de que me sentía cansada y sin fuerzas.
- Qué hacen los dos?! Déjeme ir -dije forcejeando.
- Sabes que es inútil -espetó el castaño.
- Neko-Chan es mejor que no lo hagas más difícil, será más complicado y doloroso para ti.
No dije nada, ya no quería alargar esto, sabía a lo que venían, después de todo, soy humana. Sentí presión en ambos hombros, para después sentir un dolor combinado con ardor, sentía como saciaban su sed. Trate de no quejarme, pero era inútil, y aunque les pedí que se detuvieran hicieron caso omiso a mi súplica. Solo me empecé a sentir más y más cansada, hasta que mi cuerpo no aguanto más.
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Pov Ayato:
No sabía en donde rayos se había metido, ninguno de nosotros tenía idea alguna, y aunque no lo mostráramos nos preocupaba el no saber de su paradero.
Todos estábamos reunidos en la sala de juegos, simulando tranquilidad. Hace a penas una semana todo estaba bien, y estábamos preparándonos para los 16 años de Anne, y ahora de la nada desapareció. Aunque no me sorprende, pasó lo mismo la última vez. Pero esta vez era diferente.
- Esa persona quiere hablar con nosotros - mencionó Shu, como siempre, adormilado.
- Que quiere ahora - dije molesto, siempre que nos pedía hablar era para darnos sorpresas, en su mayoría sorpresas que no nos agradaban.
- Es sobre Anne.